En el PSOE se actúa, se piensa, con tiento. Con mucho tiento. Porque el camino hasta la investidura de Pedro Sánchez no está despejado y realmente nadie en las alturas del partido y del Gobierno es capaz de predecir cuál será la estación final, si los independentistas accederán a investirle como presidente. La dirigencia, los mandos del Ejecutivo, piden esperar, llaman a la prudencia, señalan a Alberto Núñez Feijóo. Pero no se atreven a anticipar pasos ni dan nada por amarrado. El último movimiento, el acto de protesta contra una hipotética ley de amnistía convocado por el PP para el 24 de septiembre, 48 horas antes del debate de investidura del candidato popular, cree la dirección socialista que podría ayudar a desatascar la reelección de Sánchez. Que puede servir para que ERC y Junts rebajen sus pretensiones. Pero tampoco es una opinión unánime en el partido y en el PSC: hay dirigentes, sin embargo, que entienden que el impacto es más neutro y que los separatistas "ya saben qué pueden esperar de PP y Vox".

Los populares se enredaron durante toda la jornada con las coordenadas de su acto "abierto" a la ciudadanía hasta que al final Feijóo, ya por la noche, y en Trece TV, confirmó que será un mitin puro de partido y en la plaza de España de Madrid. Con él, pretende levantar la voz contra esa eventual ley de amnistía que ni el Gobierno ni Ferraz confirman por ahora, aunque tampoco niegan que estén hablando de ella con las formaciones separatistas. La convocatoria del PP fue anunciada este miércoles por su número dos, Cuca Gamarra, apenas un día después de que el expresidente José María Aznar llamase a "impedir" un "proyecto de disolución nacional" y a decir "basta ya" como se hizo con ETA. Aunque fuentes del PP señalaron que Feijóo ya se lo había comunicado a sus barones en la comida que mantuvieron el lunes con él, el PSOE estima que se trata de una prueba más de que el dirigente gallego es un títere del "viejo PP", que no tiene autonomía, que se limita a "hacer caso u obedecer a Aznar, [Isabel Díaz] Ayuso y compañía buscando la confrontación y el enfrentamiento entre ciudadanos", en palabras de Patxi López, su portavoz parlamentario en el Congreso.

El PSOE incluso anhela una foto de Colón, la estampa de las derechas otra vez juntas, como ocurrió en 2019, imagen que le dio munición en las elecciones del 28-A

Los socialistas creen que la movilización del PP es pura "sobreactuación", porque nada el Gobierno ni el partido han anticipado de esa ley de amnistía, y porque Feijóo pretende "llenar el vacío" del PP, una formación "vacía de contenido, de propuestas, de liderazgo, y lo que es peor, vacía de un proyecto para España". A juicio de López, el único propósito de Feijóo es "atacar a los socialistas".

La cúpula de Sánchez no se declara en absoluto preocupada por el acto convocado por Génova. Incluso anhela que se reproduzca la foto de Colón, la estampa de los líderes de PP y Vox juntos, como en 2019 posaron Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal en la plaza madrileña, sirviendo una potente munición al PSOE de cara a las elecciones generales, las del 28 de abril, que el presidente acabó convocando apenas cinco días después. Pero justo Feijóo de lo que huye es de la reproducción de una imagen junto a Abascal, jefe de la ultraderecha y socio de gobierno del PP en decenas de ayuntamientos y en cinco comunidades autónomas.

Agenda internacional también en pie

Para Ferraz está convencido de que el PP no logrará nada con su movilización. "Esto se lo hicieron a [José Luis Rodríguez] Zapatero, le convocaban concentraciones y manifestaciones en contra de todo aquello que hacía avanzar al país", cuando lo que necesita España son liderazgos que persigan "la concordia, la convivencia, unir", y los socialistas "van a trabajar en esa dirección", dijo López a los periodistas en el patio de la Cámara baja, sin querer anticipar si su partido aceptará una ley de amnistía como le exigen Carles Puigdemont y ERC. "No es nuevo, la derecha no tiene nada que ofrecer", resuelven desde la dirección parlamentaria.

Sánchez tiene previstos tres mítines próximos: este domingo en A Coruña; el 24 de septiembre en Gavà, en la Fiesta de la Rosa, y el 1 de octubre en Sevilla. Se trata de "mantener en tensión a la organización", explican

Lo que sí certifican todos los dirigentes consultados es que este acto del PP no modificará la hoja de ruta diseñada por el PSOE y la Moncloa para las próximas semanas: esperar al fracaso de la investidura de Feijóo y a que Sánchez nomine a Sánchez para entonces, ya sí, formalizar las negociaciones con los grupos. Entretanto, el presidente en funciones continuará con su agenda, también la internacional —no pudo acudir el sábado y domingo pasados al G-20 en Nueva Delhi (India) por covid, pero sí viajará hasta Nueva York para asistir la semana próxima a la apertura de sesiones de la Asamblea General de la ONU, y ejercerá de anfitrión de la doble cumbre europea en Granada el 5 y 6 de octubre—, y de partido.

Así, este próximo domingo mitineará en Osoro, A Coruña, y el próximo, el 24, acudirá, coincidiendo con el acto del PP en Madrid, a la Fiesta de la Rosa de Gavà (Barcelona). El 1 de octubre, coincidiendo con el sexto aniversario del referéndum ilegal, protagonizará un mitin en Sevilla. Se trata de "mantener a la organización en tensión hasta que se resuelva el proceso de investidura", explican fuentes del aparato. Sánchez aprovechará estos actos para ir haciendo pedagogía puertas para adentro de la necesidad de pasar página "definitivamente" del procés. Necesita ir abriendo el camino de la amnistía, si es que finalmente da el paso y cierra un acuerdo con Junts y ERC.

En el núcleo de confianza del presidente en funciones, consultado por El Independiente, están convencidos de que la "sobreactuación de la derecha" sí "facilita" la investidura de Sánchez, porque moverá a los independentistas a "apearse" de sus "posiciones de máximos". "No viene nada mal que se vea a la derecha radicalizada", indica otro alto cargo de la Moncloa.

No viene nada mal que se vea a una derecha radicalizada", indica un alto cargo de la Moncloa

"ERC y Junts saben que la única alternativa a la coalición progresista es PP y Vox —completa un integrante de la ejecutiva federal—. A Puigdemont hay que decirle que experimente dándole apoyo al PP. Mira si el PNV ha captado el mensaje de que no puede apoyar a Feijóo. ¿Los catalanes no llegarían a penalizarles en caso de que llegue a gobernar la derecha?". "Aznar siempre ayuda", apostilla uno de los dirigentes fuera de la cúpula pero con interlocución directa con el jefe del Ejecutivo.

"Veremos"

Sin embargo, hay dirigentes que creen que es mejor no anticipar pantallas, porque si algo caracteriza a los independentistas, y especialmente a Junts, es su imprevisibilidad. "No creo que el acto del PP vaya a impactar en algo la negociación con los indepes. En todo caso, puede avivar el independentismo si se percibe en Cataluña como catalanofobia, pero no de cara a la negociación", observa una dirigente de primerísimo rango de la cúpula, que añade que "algunos", en referencia al PP, "siempre han jugado a las polarizaciones", por lo que esta convocatoria no aporta realmente novedad respecto a la trayectoria de la formación. "¿Influye entonces? Pues a saber. Ojalá vean lo que enfrentamos", manifiesta esta misma fuente con cierto escepticismo.

No creo que el acto del PP vaya a impactar en algo la negociación con ERC y Junts. Algunos siempre han jugado a las polarizaciones. Ojalá los independentistas vean lo que enfrentamos", dice una dirigente de primer rango de la cúpula

Otro miembro del Consejo de Ministros de mucho peso carga, como todos, contra el PP —"se manifiesta preventivamente frente a cosas que no existen, buscando de nuevo crispación y enfado"—, pero también manifiesta dudas respecto a las consecuencias de este presumible mitin multitudinario de los conservadores: "Los indepes deben demostrar qué sentido institucional o destroyer tienen. ¿Son también del club de cuanto peor, mejor? ¿O entienden que es mejor gestionar la convivencia?".

En estas semanas previas a las conversaciones formales, el PSC suele mostrar una cautela reforzada, superior a la que se escucha en Ferraz. "ERC y Junts ya saben perfectamente qué pueden esperar de PP y Vox, no necesitan que se lo recuerden con una manifestación más o menos", apunta un relevante dirigente socialista catalán. "Veremos qué ocurre", se limitan a expresar en el entorno del primer secretario, Salvador Illa.

"No me fío del personaje [de Puigdemont] —recela otro integrante de la dirección del PSC—. Quién sabe qué sherpa necesita para descender de esas posiciones de máximos, ni cuántos necesita. Creo que todos van a esperar a ver qué respuesta tiene esta movilización del PP. A los populares los veo despistados y mareados, y nosotros por ahora seguimos en perfil bajo. Lo importante es que nuestro electorado no tiemble y aguante esta embestida donde predomina el relato de la amnistía, que estaría bien poderlo rebajar o derivar a otro término, aunque lo veo difícil".

Las manifestaciones de dirigentes socialistas contrarios a la amnistía se suceden a diario. Este miércoles, volvió a levantar la voz el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page: el PSOE se presentó a las generales del 23-J con el planteamiento de que "no cabía" en la Carta Magna, por lo que "si alguien quiere dar un cambio de enfoque o de idea". "Por tanto, que lo que no cabía en la Constitución quepa de un día para otro, esto, de entrada, como comprenderán, es enormemente grave", sostuvo. Page añadió que, ante la hipótesis de una repetición electoral, cree que su partido mejoraría los resultados del 23-J "siempre y cuando no alimentara ninguna ambigüedad respecto a la vocación constitucional" ni sobre la igualdad de los españoles, informa EFE.

Page vuelve a levantar la voz y recuerda que el PSOE acudió a las urnas del 23-J advirtiendo de que la amnistía "no cabía" en la Carta Magna

Entretanto, se sigue percibiendo un latido incómodo en los estamentos del partido —más allá de la vieja guardia o de los dos barones críticos, Emiliano García-Page y Javier Lambán— porque el trago de la amnistía sería complicado de digerir. También para la izquierda, como manifestaba este miércoles en una tribuna en El País el escritor Javier Cercas, confesado votante de los socialistas. Una amnistía como la de 1977, que borre por completo los delitos del procés, "deslegitimaría" la democracia entera y enquistaría el problema dando la razón a los promotores del procés. "No es problema de progresistas, sino de marco de convivencia y respeto. Por eso es peligroso y hay que ser cuidadosos —conviene un miembro del Consejo de Ministros—. Por eso los independentistas han de mostrar si tienen altura de Estado o no (y no está claro", y la "frivolidad de Yolanda Díaz", al reunirse en Bruselas con Puigdemont, "no ayudó".

La dirección socialista, por lo pronto, no da nada por hecho, calibra sus pasos. "Todo saldrá bien", llaman a la calma desde el equipo negociador. Sin más precisiones.