"El acuerdo se puede, se debe y se va a alcanzar". Pedro Sánchez está convencido de que logrará ser investido de nuevo como presidente del Gobierno "sin dilación", y es consciente de que la clave territorial será la piedra angular de esta legislatura. Con Yolanda Díaz ya en Bruselas para reunirse con el expresident Carles Puigdemont, el jefe del Ejecutivo aseguró en Madrid que "llega el momento de ser coherentes" con lo hecho en los cuatro últimos años para la "convivencia" en Cataluña, el momento de "seguir avanzando en ese propósito" y "dejar atrás definitivamente la fractura que vivimos en 2017", en pleno procés. Y lo hará con pleno respeto a la Constitución española pero también con "audacia".

Lo dijo el presidente del Gobierno en funciones en una conferencia de arranque del curso político en el Ateneo de Madrid [aquí en PDF], dos días después de su mitin en Málaga y casi dos semanas después de la audiencia con el Rey en su ronda de consultas para la investidura. En su discurso, no hubo coloquio posterior, esbozó sus prioridades para los próximos cuatro años después de condenar la "constante obstrucción" y "ambición" personal de Alberto Núñez Feijóo. Y la última de ellas, el último de esos objetivos desgranados para esta legislatura, es "seguir impulsando la convivencia", defendiendo la "España plural" y "dejando atrás el pasado de trincheras y barricadas dialécticas".

No podemos repetir los errores del pasado, es el momento de la política, de pasar página, de aprender de esos errores y de mirar hacia un futuro de convivencia"

PEDRO SÁNCHEZ, PRESIDENTE DEL GOBIERNO EN FUNCIONES Y SECRETARIO GENERAL DEL PSOE

El presidente esgrimió que eso es lo que ha hecho su Gobierno en el pasado mandato, cuando adoptó medidas "arriesgadas, valientes, también incomprendidas" para muchos ciudadanos, como los indultos o la supresión de la sedición y la reforma de la malversación, pero lo hizo por "un fin noble". El reto ahora, señaló, es "continuar avanzando en la solución de la grave fractura" que el Ejecutivo heredó del PP en Cataluña. Recalcó que la salida es apostar por "el diálogo y la concordia", por una vía "plenamente constitucional, que ha funcionado", porque Cataluña está "infinitamente mejor hoy que hace un lustro".

"Llega el momento de ser coherentes y de seguir avanzando en ese propósito por la convivencia", esta legislatura debe ser la que "deje atrás definitivamente la fractura" que el procés generó en 2017, sostuvo. Ahí estaba la clave, en el adverbio "definitivamente", porque ese es el argumento del Gobierno para justificar la adopción de medidas extraordinarias como la ley de amnistía, por la necesidad de enterrar el procés seis años después. Sánchez alegó que si los últimos años han sido los del "rencuentro y la concordia", los próximos cuatro serán los que consoliden la "cohesión territorial y garanticen la convivencia en democracia". "No podemos repetir los errores del pasado, es el momento de la política, de pasar página, de aprender de esos errores y de mirar hacia un futuro de convivencia", apuntaló.

Es, pues, señaló, el "momento de volver a la vía que nunca se debió abandonar", la de la política. Sánchez, para que no quedasen dudas, incidió en que su proyecto "respalda sin fisuras la Constitución" y que "aboga inequívocamente por una comunidad de ciudadanos libres e iguales en derechos y deberes que acuerdan convivir juntos bajo las mismas normas", "un proyecto común que se basa en el sentimiento, en el respeto y en algo muy importante, el afecto". Un proyecto también que "asume la diversidad territorial, la pluralidad lingüística y cultural con orgullo, como parte de la fuerza de nuestro país". Esa es su "idea de España", remarcó, también para poner distancia, por cierto, del plan del lehendakari, Iñigo Urkullu, que busca avanzar en un estatus diferenciado en Euskadi, Cataluña y Galicia. El presidente, por tanto, hizo hincapié en que todo aquello que se acuerde con el independentismo —no quiso entrar en concreciones— se atendrá al marco constitucional.

También "con ambición"

¿Cuándo prevé que podrá ser investido? Sánchez no anticipó fechas, pero sí apuntó que luchará "con todas" sus fuerzas para lograr ser elegido, y lo hará "sin dilación, tan pronto como se consume este tiempo de espera inútil" de Feijóo, que tendrá que pasar por su propio debate el 26 y 27 de septiembre. Un intento, el del jefe del PP, "excéntrico", además de baldío. El cálculo que hace el Ejecutivo es que la sesión de investidura del líder socialista podría llegar a mediados de octubre, pero también dependerá de la evolución de los contactos con ERC y Junts.

Reconoce la "dificultad" de la investidura, que será una tarea "compleja y exigente" y avanza que, si la consigue, pretende abrir una etapa de "estabilidad"

Eso sí, también asumió la "dificultad del reto", ya que "la tarea de acordar e investir un nuevo Gobierno será compleja y exigente". Por eso agradeció a continuación "a todas las fuerzas con representación parlamentaria la altura de Estado que están demostrando en su voluntad de negociar y entenderse con el PSOE y con Sumar". El presidente aseguró que cuando reciba el encargo del Rey solicitará el respaldo de la Cámara con "humildad", desde la convicción de que "ninguna fuerza puede gobernar sola". Entonces mostró su convicción de que "el acuerdo se puede, se debe y se va a alcanzar", y confía en que España tenga un "nuevo Gobierno progresista que seguirá aportando prosperidad, estabilidad y convivencia, y que seguirá encarando el futuro como debe hacerse: sin temor, con ambición y con audacia". En ese punto también estaba invocando soluciones extraordinarias como la propia amnistía, que no obstante él no citó en ningún momento.

Sánchez se mostró también seguro de que la próxima legislatura también estará marcada por la "estabilidad", como se probó en los últimos cuatro años, ya que "cuando España no está atascada en conflictos internos", puede ser "escuchada e influyente en el mundo". Ahora toca "consolidar las reformas acometidas" y mirar "cuatro años más".

El presidente en funciones no hizo referencia al viaje de Díaz a Bruselas para reunirse con Puigdemont. Fuentes de la Moncloa señalaron que la vicepresidenta segunda acude "en nombre de Sumar y no representa al PSOE". La titular de Trabajo informó a la parte socialista del Ejecutivo "ayer domingo a última hora de la noche, a hechos consumados" y por tanto "no hay nada acordado". "Nosotros seguimos nuestra vía y no tiene nada que ver con nosotros", apuntaron. "Ella ya tiene su foto, a lo suyo. Nosotros, a lo nuestro, que es mucho más importante lo dicho por el presidente", añadía un miembro del núcleo duro del líder socialista.

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Los otros cinco retos

Impulsar la "convivencia" será uno de los ejes de esta legislatura, pero no el único. Citó otros cinco: seguir "modernizando nuestra economía", profundizar en la transición ecológica, continuar reforzando los servicios públicos, volver a poner en marcha el ascensor social y procurar la "igualdad efectiva de hombres y mujeres y del colectivo LGTBI".

Feijóo, asegura, está "más preocupado por mantener su puesto en su partido que por hacer algo útil para la vida de los ciudadanos"

Sánchez dedicó buena parte de su intervención a volver a glosar la importancia del resultado de las elecciones generales del 23 de julio, cómo España paró la "ola reaccionaria" que está inundando Europa y cómo las urnas demostraron  que "la destrucción de una obra de gobierno no puede constituir por sí mismo un proyecto político". Y cargó contra el PP y su líder por las "vergonzosas concesiones" a Vox y sobre todo por su actitud.

Tachó de "excentricidad" y "ocurrencia" su propuesta de gobernar dos años para luego disolver las Cámaras, "excentricidad" que solo puede plantear quien no tiene proyecto. Y auguró el presidente que "habrás más excentricidades" de Feijóo en estos 22 días "de la marmota" que quedan hasta su debate de investidura. A su juicio, el dirigente gallego está "más preocupado por mantener su puesto en su partido que por hacer algo útil para la vida de los ciudadanos". Actitud que no cree responsable, como tampoco lo es "convertir su frustración personal", que es legítima y comprensible, en un "bloqueo colectivo e institucional". Sánchez confía en que el líder del PP se dé "de bruces con la realidad" en su investidura fallida, tras el "fracaso" del 23-J y de la negociación para la Mesa del Congreso. Pero se debe de dar cuenta de dos hechos, le avisó: que "el PP no tiene los votos", y que "su socio exclusivo", Vox, "está en las antípodas de lo que hoy es España".