"Nosotros vamos a seguir haciendo política antes y después del debate de investidura". De este modo justifican en Génova el gran acto que los populares celebrarán apenas tres días antes de la comparecencia de Alberto Núñez Feijóo en el Congreso bajo el lema "Por la igualdad de los españoles" y centrado en la posibilidad de que Pedro Sánchez se avenga a un sucedáneo de ley de amnistía para dar satisfacción a Carles Puigdemont.

El acto, según la versión del cuartel general de los populares, no fue una improvisación al albur del discurso de este martes José María Aznar en el Campus FAES llamando a la movilización, sino que estaba pensado "desde la semana pasada", hasta el punto de ser motivo de conversación en el almuerzo que el líder del PP mantuvo con sus barones territoriales el pasado lunes. El Independiente ha confirmado por parte de tres de los asistentes que esto fue así, aunque no falta quien afirma no recordar que el asunto se tratara en algún momento.

Versiones con alguna disparidad

"Se habló, no se llegó a concretar el día, pero sí se habló de hacer un acto", dice un destacado presidente autonómico según las versiones recabadas por El Independiente. Y agrega con un punto de ironía: "es evidente que Aznar no lo sabía y que no preguntó en Génova cuando dice lo que piensa". Otro más confirma que el tema "estuvo sobre la mesa", sin grandes concreciones y que si hubo quien no se enteró quizá era por un problema de alejamiento físico en la misma". Un tercero reitera la versión genovesa.

Es más, desde el cuartel nacional de los populares insisten en que el tema se trató internamente la semana pasada, acordaron hacerlo público este miércoles y, aún en el caso de no haber estallado la polémica en torno a la amnistía, "lo hubiéramos convocado igual como un acto político de partido previo al debate de investidura" con la voluntad, además, de celebrar este tipo de mítines, que no manifestaciones, todos los fines de semana hasta aclararse la situación política.

La gran diferencia entre un acto político de partido y una manifestación es, entre otras, evitar imágenes conjuntas como la foto de Colón del año 2019, que reunió a PP, Vox y Ciudadanos y sirvió de munición a los socialistas. Eso no significa que, conforme avancen los acontecimientos, los populares no se acaben poniendo al frente de una manifestación.

Se trata de un acto de partido, no de una manifestación, para impedir otra foto de Colón con Vox

A partir de ahí el contexto es el que es", explican, subrayando que "no se trata solo de un acto a la contra sino a favor de la igualdad de los españoles". Y ante el interrogante de si fue Aznar quien les marcó la pauta, ironizan con que "el partido al que incomodan sus presidentes es al PSOE".

Calientan así los populares el ambiente previo a un debate parlamentario del que ya se sabe cuál va a ser su resultado pero que Feijóo quiere aprovechar bien como arranque de campaña electoral, si finalmente se repiten las elecciones, o bien como declaración de principios de su actuación como líder de la oposición si hay investidura de Pedro Sánchez. Se trata de dar, dicen, "una imagen potente y un discurso sólido", precedido de una demostración de fuerza y de pulso político tomando como leit motiv un asunto sobre el que buena parte del socialismo no está cómodo.

Eso en lo que atañe a los márgenes de la política nacional. Porque esta batalla también se dirimirá en Bruselas. "Ningún escenario de defensa de igualdad de los españoles se va a descartar", advierten desde el cuartel general de los populares. A fin de cuentas Puigdemont se ha convertido en un vecino conocido, e incómodo, de la Eurocámara, a punto de convertirse en líder de un partido indispensable para la gobernabilidad de España.

Ayer se celebraba en Bruselas el debate sobre el estado de la UE, circunstancia aprovechada por la portavoz del PP, la catalana Dolors Montserrat, para denunciar ante la presidenta de la Comisión Europa, Úrsula Von der Layen, que la ausencia de Sánchez en Bruselas -a donde debiera haber acudido en calidad de presidente de turno del Unión- responde a que "no quiere que se vea en público lo que negocia en privado. No quiere coincidir con Carles Puigdemont, un prófugo de la Justicia que está aquí y le exige una amnistía a cambio de hacerle presidente. Un prófugo al que este Parlamento le levantó la inmunidad”, recordó.

"Una amnistía supone negar la existencia de delitos y fulminar la separación de poderes”, lo cual “no tiene cabida y vulnera en nuestro Estado de Derecho”, subrayó para advertir que "no vamos a callarnos mientras el presidente de mi país pretende ceder ante este ataque. El precio de la derrota electoral de Sánchez no puede ser la humillación a España. Evitar este atropello es una obligación para cualquier demócrata europeo”.

Siguientes pasos

En todo caso, desde Génova advierten de la dificultad actual de ir más allá de la mera denuncia política sin tener nada más sólido con lo que actuar ante las instituciones europeas. Salvo la voluntad de buscar lo que eufemísticamente llaman desde el PSOE un "alivio penal" a los cientos de imputados por actos relacionados con el proceso independentista, no hay ni una línea plasmada en un papel. Sumar disimula menos sobre sus pretensiones. Ni descarta la amnistía ni el referéndum y dicen estar esperanzados en la reedición de un gobierno de coalición con el PSOE.

Con el anuncio de este miércoles, el PP se adelanta además a Vox al tiempo que anuncia su presencia en la manifestación contra la amnistía convocada por Sociedad Civil Catalana en Barcelona para el día 8.