Ya están claros los contornos de la XV Legislatura en caso de que no prosperase la elección de un presidente del Gobierno. Llegará a su término el lunes 27 de noviembre, dos meses exactos después de la primera votación fallida de investidura, el miércoles 27 de septiembre. Si no hubiera un nuevo Ejecutivo en ese plazo, España irá a las urnas el domingo 14 de enero, justo a la vuelta de navidades. Unos tiempos que implican, por lo pronto, que Pedro Sánchez podrá culminar su mandato como presidente de turno de la Unión Europea, un cargo de máxima exposición pública y que le permite apuntalar su ya robusto perfil internacional. Y unos tiempos dilatados que permitirán a su equipo trabajar en su propia investidura, una tarea que en el PSOE y en Sumar asumen que no será nada sencilla y que, en última instancia, dependerá de la voluntad de Junts per Catalunya y de su líder de facto, el expresident Carles Puigdemont, prófugo de la Justicia española.

La presidencia del Consejo de la Unión Europea arrancó el pasado 1 de julio y concluirá el 31 de diciembre. Sánchez la estrenó con un viaje a Ucrania, donde se entrevistó con su presidente, Volodímir Zelenski, y ejerció de anfitrión en Bruselas de la cumbre UE-CELAC, que llevaba sin celebrarse desde 2015, una cita ya en campaña —igual que la cumbre de la OTAN de Vilna (Lituania)— y que le obligó a ir y volver para compaginar su actividad institucional con los mítines en el tirón final del 23-J. Sí aplazó, por las elecciones, el discurso inicial de la presidencia de turno de la UE en la Eurocámara, programado para el 13 de julio. Aún no hay fecha nueva, según indican fuentes de la Moncloa.

Sánchez viaja hasta India a primeros de septiembre para asistir al G20, y a finales de mes volará hasta Nueva York, a la Asamblea General de la Naciones Unidas

Lo que sí sigue en el calendario son las dos fechas más importantes del semestre español: el 5 y 6 de octubre Granada acogerá la III Cumbre de la Comunidad Política Europea y el Consejo Europeo informal. La primera congregará a 45 mandatarios europeos: los líderes de los 27 Estados miembros de la UE y los de otros 18 países que no pertenecen al club comunitario. La segunda es la cumbre en la que participarán los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión, previa al Consejo Europeo del 26 y 27 de octubre, que tendrá lugar en Bruselas, como todos los ordinarios, como el que se celebrará el 14 y 15 de diciembre.

Pero Sánchez tiene programados otros dos compromisos internacionales al margen de la UE: la reunión del G20 en India, el 9 y 10 de septiembre, y la Asamblea General de la ONU en Nueva York, en la semana que arranca el 18 de septiembre, una cita a la que el presidente siempre ha conferido mucha relevancia porque le permite encontrarse con mandatarios de todo el mundo y visibilizar su apuesta por una política multilateral. Por el momento, precisan en la Moncloa, esta es la agenda exterior más inmediata y que tiene cerrada y que podrá atender aunque siga como presidente en funciones, igual que Mariano Rajoy, recuerdan, cumplió con sus deberes internacionales en el largo periodo —casi un año— que estuvo sin plenitud de atribuciones. "Que los gobiernos estén en funciones muchos meses, como ha ocurrido en Bélgica o en Países Bajos, no es algo infrecuente en la UE", advierten fuentes del Ejecutivo.

Si España va a elecciones el 14 de enero, Sánchez podrá blandir su gestión al frente del Consejo de la UE. Porque si algo parece claro a estas alturas es que Alberto Núñez Feijóo no conseguirá ser investido el mes próximo, en la sesión que arranca el martes 26 de septiembre: tiene 172 apoyos amarrados (los 137 de su partido, los 33 de Vox, y los de los diputados de UPN y Coalición Canaria), a cuatro de la absoluta, pero no tiene posibilidad de estirarse, porque el PNV (5) se niega a entrar en cualquier combinación en la que entre la ultraderecha, y este miércoles se lo volvió a reiterar al PP el portavoz de los nacionalistas vascos en el Congreso, Aitor Esteban.

El plan era otro

Con la elección de la fecha de la investidura del candidato Feijóo, Sánchez ha querido lanzar varios mensajes. El primero es que ha preferido evitar un choque entre el líder del PP y la presidenta del Congreso, Francina Armengol. Génova ya había advertido la semana pasada que quería una investidura rápida, a finales de agosto, también con la intención de que una repetición electoral —la reválida que busca Feijóo, la única que le podría dar opciones de alcanzar la Moncloa— llegara antes de las fiestas navideñas, el domingo 17 de diciembre. El PSOE, también la semana pasada, deslizó que no tenía ningún sentido que el jefe del PP acudiera al examen en el Congreso porque no tenía ni tendrá respaldos, pero este pasado lunes Ferraz y la Moncloa cambiaron el paso y trasladaron que no entrarían en competición con Feijóo: le daban vía libre para que fuera a la investidura primero. El propósito era descargar de presión al Rey, para que tuviera más sencilla la designación, y desplegar una doble jugada: debate la próxima semana, el 29 y 30 de agosto, fracaso del político gallego y dos meses para negociar la investidura de Sánchez.

Si eres presidenta del Congreso tienes que guardar cierta neutralidad, y a fin de cuentas es lo que quería el PP, así que ya no se puede quejar", señala un alto mando de la cúpula parlamentaria del PSOE

Ese era el plan. Pero quedó desbaratado cuando Feijóo, tras su audiencia con el Rey, sorprendió pidiendo tiempo para emprender las conversaciones con los grupos desde el próximo lunes. Eso fue, de hecho, lo que trasladó a Armengol en su conversación del martes por la noche.

En el Gobierno y en el PSOE ya advertían de que no había ningún impedimento legal para perseverar en sus planes y situar el debate en la última semana de agosto, porque el señalamiento del pleno es una potestad exclusiva de la presidenta del Congreso, conforme impone el artículo 170 del reglamento de la Cámara baja. Pero ella, en una brevísima comparecencia sin preguntas pasados pocos minutos de las 11 de la mañana de este miércoles, anunció que la sesión tendrá lugar el 26 y 27 de septiembre, a los 35 días de la designación real, en la media de anteriores legislaturas.

¿Por qué? ¿Por qué el PSOE y Armengol no forzaron la máquina? La explicación que trasladan fuentes muy próximas a la propia jefa de la Cámara, de la dirección del Grupo Socialista, de Ferraz y de la Moncloa es la misma: se trataba de guardar "un mínimo de cortesía parlamentaria". "Si eres presidenta del Congreso tienes que guardar cierta neutralidad, y a fin de cuentas es lo que quería el PP, así que ya no se puede quejar", señala un alto mando de la cúpula socialista.

"Es la fecha que quería Feijóo, así que ahí la tiene. Y por medio, todo eran fechas raras y elecciones en Navidad", recuerdan desde el círculo del presidente del Gobierno en funciones. Llevar la primera votación fallida de investidura al 6, 13 o 20 de septiembre habría supuesto que las segundas generales se celebraran en Nochebuena, Nochevieja o el 7 de enero, un día después de Reyes. Es decir, que los socialistas han preferido esquivar una batalla muy dura con el PP a cuenta de la fecha, que habría desgastado a la recién elegida tercera autoridad del Estado, Francina Armengol. "Nosotros somos institucionales", recuerdan en la Moncloa.

En Ferraz subrayan la "impecable" actuación de Armengol y condenan la estrategia "dilatoria" de Feijóo, porque "bloqueará" el país un mes para "evitar el único Gobierno posible"

"El tiempo [de 35 días] es lo que se suele dar y lo que ha pedido. Impecable por parte de la presidencia del Congreso. Otra cosa es que la farsa de Feijóo vaya a tener bloqueado el país durante un mes, para evitar el único Gobierno posible y que el PP se abra en debates sobre su liderazgo. Que él deje de intentar engañar a los españoles, porque solo se engaña a sí mismo. Es un hombre derrotado, atado a una ultraderecha que despreciaba cuando llegó de Galicia", aseguran en Ferraz. Patxi López, portavoz parlamentario socialista, lo expresaba así en la SER: lo único que pretende el expresidente de la Xunta es "dilatar" y "torpedear todo" para llegar a su objetivo, que es una repetición electoral.

Nuevo portazo del PNV

El análisis de los socialistas, no obstante, es que el líder de los populares realmente no es consciente de la ratonera en la que se estaría adentrando. Porque están convencidos de que Feijóo "se va a cocer en su salsa" en un mes que se le va a hacer muy largo, porque va a recibir portazo tras portazo. Los populares pretenden reunirse con todas las fuerzas salvo Bildu, por lo que en su ronda incluyen incluso a la formación del fugado Puigdemont. "Junts es un grupo parlamentario que al igual que ERC, más allá de las acciones que cuatro personas, cinco, diez, las que fueran, llevaran a cabo, representan a un partido cuya tradición y legalidad no está en duda", afirmó en Onda Cero Esteban González Pons, vicesecretario de Institucional del PP. ERC ya adelantó que no le interpelan los populares y el PNV propinó ayer el enésimo portazo.

Los socialistas calculan que Feijóo se irá "quemando a fuego lento" en las próximas semanas mientras Sánchez avanza en su negociación

"Nos irá genial. Él se quemará a fuego lento durante un mes y Pedro tiene tiempo para su negociación", señalan en el entorno de Armengol. Porque esa es otra de las virtualidades de la fecha elegida por la presidenta. Sánchez contará con un total de algo más de tres meses para forjar su investidura. Ese es el plazo máximo, pero como advierten en la cúpula y en la Moncloa, nada dice que se tengan que emplear esos tres meses al completo. "No sabemos cuánto tiempo vamos a necesitar", indica un alto mando con mucho peso en el Ejecutivo. De hecho, en el equipo del presidente preferirían que las conversaciones no se eternizaran ni se llevaran al límite: "Cuanto más tiempo tienes, al final acabas mareando la perdiz".

Es pronto, por tanto, para adelantar fechas para la hipotética investidura de Sánchez, pero lo previsible es que la segunda ronda del Rey coincidiera con la última semana de septiembre. El 5 y 6 de octubre, Sánchez ejercerá de anfitrión en la doble cumbre en Granada y los fastos del 12-O hacen desaconsejable encajar el debate en esa semana, por lo que el camino parece más despejado a partir del 16 de octubre. El líder del PSOE podría ser elegido en primera vuelta si se reproduce la votación de la Mesa del Congreso: 178 votos, los que aglutinan su partido (121), Sumar (31), ERC (7), Bildu (6), PNV (5), BNG (1) y Junts (7). Otra ventaja de la fecha determinada por Armengol es que el PSOE se aleja de la Diada (11 de septiembre) y del aniversario del referéndum del 1-O, por lo que tendría más fácil entenderse con republicanos y puigdemontistas.

Por el momento, no hay concreción acerca de unas negociaciones que tanto los socialistas como la plataforma de Yolanda Díaz y los propios socios quieren guardar bajo siete llaves. La clave de bóveda será la ley de amnistía que reclaman ERC y JxCAT. Sánchez, el pasado martes, allanó el camino al advertir de que tendrá "el diálogo como método" y la Constitución como "marco". Pero la señal fue más clara aún cuando se le preguntó si creía que la amnistía que le piden los independentistas cabe en la Carta Magna. Hasta ahora, él y su partido insistían en que no, pero este martes afirmó que él no es quién para determinar si una iniciativa cuadra o no en la Ley Fundamental, porque esa es una tarea del Tribunal Constitucional.

El PSOE cederá dos de sus diputados a Junts para que pueda tener grupo propio y cree que así sigue "generando un clima de confianza"

Entretanto, y como subrayan en Ferraz, se siguen tendiendo puentes con Junts: este miércoles la dirección socialista reconoció que cederá dos de sus diputados a los de Puigdemont para que puedan disponer de grupo propio en el Congreso, y Sumar prestará otros dos a ERC. Ninguna de las dos formaciones soberanistas cumplen con el requisito de alcanzar el 15% de los votos en las cuatro circunscripciones en las que concurrieron. ERC no llegó a ese umbral en Barcelona y en Girona, y Junts no lo superó ni en Barcelona ni en Tarragona. PSOE y Sumar les ceden temporalmente dos parlamentarios a cada uno que, tras la constitución de los grupos, el próximo lunes, volverán a sus filas.

"Lo que es curioso es que, mientras el candidato a la investidura ha decidido perder unos días y recibir otro portazo del PNV, el PSOE es capaz de seguir por la senda del acuerdo y generando un clima de confianza", presumen en Ferraz. La esperanza es que, si se siguen dando pasos con Junts, la marcha atrás sea cada vez más difícil. Pero aún queda mucho camino.