Ya hay decisión del Rey. Felipe VI propone a Alberto Núñez Feijóo como candidato a la investidura como presidente del Gobierno. Él será el que en primera instancia, por tanto, se someterá al examen parlamentario, aunque no tiene ninguna opción de resultar elegido porque no podrá reunir más de los 172 apoyos ya atados. El jefe del Estado trasladó primero su decisión a la presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol, y después ella lo comunicó a los medios a su vuelta de la Zarzuela, pasadas las 20.15 de este martes 22 de agosto.

La razón esgrimida por Felipe VI es que el PP fue la formación que obtuvo mayor número de escaños (137) en las generales del 23 de julio, y en todas las legislaturas anteriores —salvo la XI, que resultó de las elecciones de 2015, tras las que Mariano Rajoy declinó el encargo real— el candidato del partido con más diputados fue el primero en ser propuesto por el Rey, y "esta práctica se ha ido convirtiendo con el paso de los años en una costumbre". Y "en el procedimiento de consultas llevado a cabo por Su Majestad el Rey no se ha constatado, a día de hoy, la existencia de una mayoría suficiente para la investidura que, en su caso, hiciera decaer esta costumbre", aseguró la Casa Real en un comunicado [aquí en PDF].

El Rey justifica que en todas las legislaturas, salvo la XI, siempre se hizo el encargo al candidato de la fuerza más votada, y "a día de hoy", no hay "una mayoría suficiente para la investidura" que pudiera "hacer decaer esta costumbre"

Así, no hubo sorpresas. Este lunes, cuando arrancó la ronda de consultas del jefe del Estado con los dirigentes políticos de siete formaciones —Unión del Pueblo Navarro, Coalición Canaria, PNV, Sumar, Vox, PSOE y PP—, los socialistas ya trasladaron el mensaje de que Pedro Sánchez no competiría con el jefe de los conservadores por ir antes a la investidura. Algo que el propio presidente expresó al monarca en su reunión de este martes, en la que se postuló para la investidura y en la que remarcó, no obstante, que solo hay una "mayoría parlamentaria posible", la encabezada por él mismo, pero que si Feijóo quería "darse de bruces" y quedar derrotado una vez más, estaba "en su derecho".

En su audiencia con el Rey, el líder del PP le informó de su disposición a ser candidato a la investidura. En rueda de prensa posterior en el Congreso, alegó que daba eses paso con un triple aval: ser el ganador de las elecciones del 23 de julio, contar con el apoyo de 172 diputados de cuatro partidos (PP, Vox, UPN y CC) y porque en estas condiciones es su "deber" acudir a la investidura. Feijóo insistió en que debe seguir siendo condición "inexcusable" para aspirar a ser presidente del Gobierno ser el candidato más votado y agradeció el apoyo explícito de esas cuatro formaciones para un Ejecutivo "en solitario" del PP.

Pero esos 172 respaldos están cuatro escaños por debajo de la mayoría absoluta, y el PNV (5) ya ha reiterado que no está dispuesto a avalar a Feijóo porque en esa ecuación es fundamental el concurso de la ultraderecha. Así, la investidura de Feijóo está abocada al fracaso.

"Formato no parlamentario"

El siguiente paso será la convocatoria del pleno, y señalar la fecha es una potestad exclusiva de la presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol, como prescribe el artículo 170 del reglamento de la Cámara baja. Feijóo deslizó que comenzaría a hablar con los partidos a partir del próximo lunes, cuando estarán constituidos los grupos parlamentarios, y echó el freno a la idea de que el debate pueda sustanciarse la semana próxima, como se había previsto. Reclamó así tiempo para negociar, porque "hacer una investidura sin hablar con los grupos supondría un formato no parlamentario" e implicaría "desigualdad" respecto a otros aspirantes. 

El monarca ya anticipa que si Feijóo fracasa, tramitará "sucesivas propuestas" de investidura hasta que un candidato logre la confianza del Congreso, y si no España irá de nuevo a elecciones

El manejo de los tiempos es crucial, porque una vez que se produce la primera votación fallida comienza a correr el plazo de dos meses para armar un Gobierno. Si se consume ese periodo sin que el Congreso elija nuevo jefe del Ejecutivo, las Cámaras quedarán disueltas y se convocarán nuevos comicios a los 47 días, y no a los 54, por tratarse de una repetición electoral.

Si la primera votación fallida no es el próximo miércoles, 30 de agosto —que llevaría los segundos comicios al domingo 17 de diciembre—, probablemente no se convocará pleno hasta finales de septiembre o primeros de octubre, ya que hacerlo antes implicaría que esas nuevas generales tuvieran lugar en plenas navidades. Armengol no anticipó nada de fechas: simplemente señaló que hablaría de inmediato con Feijóo para escuchar su parecer y ver cómo "enfoca" la investidura, aunque tratando de "poder facilitar las negociaciones".

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El comunicado de la Zarzuela también recuerda que, si el primer intento de investidura no tiene éxito, el Rey "tramitará sucesivas propuestas" en la forma prevista en el artículo 99 de la Constitución para que el Congreso "pueda decidir si otorga o no otorga la confianza al candidato propuesto" por Felipe VI. Y si no hubiera elección de un nuevo jefe del Ejecutivo, entonces el Rey procedería a la disolución de las Cámaras con el refrendo de la presidenta del Congreso.