Llega la hora del Rey. Él es quien tiene que decidir a quién designa como candidato a la investidura. A Alberto Núñez Feijóo, el ganador de las elecciones del 23 de julio, aunque sin opciones de alcanzar la Moncloa, o a Pedro Sánchez, el segundo más votado pero el único que, por ahora, puede tejer un acuerdo a muchas bandas que le permita revalidar su cargo de presidente del Gobierno. Pero en las últimas horas el camino se ha simplificado parcialmente para el jefe del Estado, porque el líder socialista promete no "darse codazos" con su oponente para ir antes a la investidura. Ni entrar en una "competición" con él. Esto es, Sánchez deja vía libre a Feijóo para que se someta él primero al escrutinio del Congreso. También para que se certifique por tercera vez su "fracaso". Pero al acudir antes a la Cámara, será él —aunque no solo— el que fije el calendario, ya que desde la primera votación fallida de investidura se empezará a poner el contador en marcha y quedarán dos meses únicamente para poder conformar un nuevo Gobierno. De lo contrario, España caminará a unas segundas generales, que como pronto tendrían lugar el domingo 17 de diciembre.

La ronda de consultas de Felipe VI —la novena en sus nueve años de reinado— arrancó este lunes y finaliza este martes por la tarde tras su entrevista, en estos dos días, con siete líderes políticos: los de Unión del Pueblo Navarro (UPN), Coalición Canaria (CC), PNV, Sumar —los cuatro que primero desfilaron por la Zarzuela—, Vox, PSOE y PP —los tres con los que se rematan los contactos—.

No solo Feijóo controla los tiempos, porque es Armengol la que tiene la potestad reglamentaria de señalar el pleno de investidura

Después, la presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol, será llamada de nuevo por el monarca y a ella le trasladará en primer lugar su decisión. A quién postula como candidato, aunque también cabría la alternativa de que dejase esperar unas semanas más a la vista de que ningún aspirante, ni Feijóo ni Sánchez, tienen amarrados los apoyos que hagan viable una investidura. Pero si propone a uno de los dos, Armengol, como presidenta del Congreso, tiene la potestad de convocar el pleno de investidura, como prescribe el artículo 170 del reglamento parlamentario. Esa es también la vía que tiene el PSOE para controlar los tiempos. La de la presidencia de la Cámara baja, que conquistó el pasado jueves por 178 votos, dos por encima de la mayoría absoluta, gracias al pacto tejido con Sumar y con las formaciones nacionalistas e independentistas (PNV, EH Bildu, BNG, ERC y Junts per Catalunya).

Los socialistas han ido reajustando su posición en las últimas semanas respecto a una hipotética investidura fallida de Feijóo. Primero defendieron que el líder del PP debía acudir primero al examen parlamentario para que se visibilizase su incapacidad de ahormar una mayoría que le haga presidente. Pero en la última semana se percibió un pequeño viraje. Lanzaron el mensaje de que era mejor que no lo intentara para que así no comenzara la cuenta atrás hacia los nuevos comicios y poder gestionar ellos mismos los tiempos. El presidente en funciones, de hecho, acusó a Feijóo el pasado miércoles, en la reunión con su nuevo grupo parlamentario, de "presionar" al Rey para que le postule. Y este domingo, el titular de la Presidencia, Félix Bolaños, negociador jefe y mano derecha del líder socialista, calificaba de "pérdida de tiempo" el empeño del jefe de los conservadores en acudir al debate en la Cámara baja.

Parece que necesita más información, y si tiene que ser una investidura 'fake', allá él", aseguran en Ferraz. "Lo que diga el Rey, y si Feijóo quiere hacer el ridículo, que lo haga", abunda un ministro

Pero este lunes, justo cuando daba comienzo la ronda de consultas de Felipe VI, Ferraz cambiaba el tono ostensiblemente. Volvía a su tesis inicial: que el presidente de los populares se estrelle, que siga cociéndose a fuego lento. "No estamos en una competición con el PP para ver quién va primero a la investidura —incidían fuentes de la sede federal del partido—. Lo que decida el jefe del Estado siempre estará bien. No vamos a darnos codazos con Feijóo. Si él necesita de un tercer tropiezo para darse cuenta de la realidad que le rodea, no seremos nosotros los que le quitemos esa idea. Tuvo el 23-J, la constitución de la Mesa del Congreso… parece que necesita más información, y si tiene que ser una investidura fake, allá él". "Lo que diga el Rey, y si Feijóo quiere hacer el ridículo, que lo haga", abunda otro alto mando del círculo más estrecho del presidente en funciones.

Si hay repetición electoral, ¿17 de diciembre?

Es decir, que el PSOE busca de nuevo la visualización, en el teatro de la Cámara baja, de una nueva derrota de Feijóo, tras las generales de hace un mes y la conformación del órgano rector del Congreso, el pasado jueves, en la que la candidata del PP a la presidencia, Cuca Gamarra, solo obtuvo 139 apoyos. Los de su formación (137) y los de los diputados de UPN y CC. Punto. Ninguno más. Y fue así porque Génova, conocido a primera hora de ese pasado 17 de agosto el acuerdo del PSOE y Junts que aupó a Armengol, decidió no ceder ningún puesto en la Mesa a Vox (33 asientos), su socio de ultraderecha con el que ya gobierna en cuatro comunidades autónomas (Valencia, Aragón, Extremadura y, desde el año pasado, Castilla y León), en los consells de Baleares y en decenas de ayuntamientos de todo el país.

En la Moncloa invocan el precedente de la moción de censura, que se tejió en menos de una semana y resultó exitosa

Los socialistas, por tanto, anhelan esa muestra del "fracaso" de Feijóo, pero también miran con buenos ojos que sea él el que encienda el cronómetro. Si el líder del PP recibe el encargo del Rey, es probable que la sesión de investidura comience el próximo martes 29, de manera que la primera votación tenga lugar al día siguiente, miércoles 30 de agosto. A partir de esa primera votación fallida correrán los plazos: habrá solo dos meses para que la Cámara elija al presidente del Gobierno. Si para el 30 de octubre no lo ha hecho, se disolverán las Cortes Generales de inmediato y el martes 31 de octubre se publicaría el real decreto de convocatoria de nuevas elecciones, que se celebrarían 47 días después —no 54, al tratarse de una repetición de los comicios—, el domingo 17 de diciembre. A septiembre no sería conveniente llevar esa votación no exitosa porque supondría que las generales llegaran en plenas navidades.

En la Moncloa y en Ferraz insisten en que no resulta problemático para Sánchez que desde la próxima semana esté ya activo el contador de dos meses, y que ese estrecho margen no tiene por qué jugar en contra de las negociaciones con los partidos, especialmente con Junts. "A veces es mejor menos tiempo. Mira la moción de censura", advierte un ministro, que recuerda cómo en 2018 se tejió la elección de Sánchez como presidente en menos de una semana. "A Pedro no le va mal que el Rey designe a Feijóo. Nos pone ya un horizonte temporal", agregan fuentes próximas a Armengol.

La propia Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno y líder de Sumar, la última en pasar este lunes por la Zarzuela, reconocía que es mejor contar con un deadline, una fecha tope, porque eso estimula a los que se tienen que sentar a la mesa. "Sin lugar a dudas, cuando tenemos una limitación de tiempos, hay que negociar con prontitud. En política, el tiempo cronológico no va paralelo al tiempo político. Las horas se multiplican, los días se triplican... Si se pone el reloj en marcha, sabemos cuáles son los tiempos para la repetición electoral", señalaba la también ministra de Trabajo a los periodistas en el Congreso al término de su entrevista con Felipe VI. También añadió que la ciudadanía quiere un nuevo Ejecutivo "cuanto antes" para que resuelva sus problemas, porque el actual Gabinete en funciones tiene muy recortadas sus atribuciones.

Díaz también reconoce que con un 'deadline' todos están obligados a negociar con rapidez. También lanza un reproche a los independentistas por no reunirse con el Rey

La propia Díaz asumía que podría ser Feijóo el postulado por el monarca. Durante su comparecencia, lanzó un reproche a las formaciones independentistas que han decidido no acudir a la Zarzuela: "La ausencia de algunas fuerzas impide cotejar de primera mano cuáles son los apoyos de Sánchez". Desde el entorno de la vicepresidenta en funciones se mostraban así comprensivos con el hecho de que Felipe VI pueda nombrar primero candidato al jefe del PP, porque en teoría puede lucir más apoyos (un máximo de 172), siempre y cuando Vox le manifieste su respaldo, cosa que todavía no está clara, porque Santiago Abascal exige "explicaciones" a los populares por su veto en la Mesa. Sánchez, sin embargo, no tiene amarradas las alianzas y solo cuenta por ahora con el aval asegurado de Sumar, por lo que la cuenta se alza hasta los 152, y con ERC (7), Bildu (6), PNV (5) y BNG (1) llegaría a 171. "Respeto absoluto a la decisión que el jefe del Estado tome y vamos a respetar escrupulosamente la voluntad del Rey", garantizó Díaz durante su rueda de prensa.

"Completamente aislado"

Ella también añadió que si Feijóo quiere adelantarse ofreciéndose a la investidura es porque el PP está "en crisis" desde la caída de Pablo Casado, aunque la realidad es que está "más solo que nunca", "completamente aislado", sin posibilidades de conformar un Gobierno, sin "aliados", así que esa hipotética sesión de investidura del jefe de los conservadores sería un "fracaso". Es decir, que si Feijóo quiere exponerse al examen en la Cámara baja, aun consciente de que no tiene opciones, se debe más a una estrategia para mantener las riendas del PP.

UPN apoya a Feijóo y también CC, que se abre a apoyar a Sánchez también si acepta la agenda canaria. El PNV mantiene su veto al PP y Vox tiene dudas tras lo sucedido con la Mesa

No obstante, si Vox no presta su aval a Feijóo, puede regresar a la casilla de los 139, los de la votación de la presidencia de la Cámara, la que perdió Gamarra en favor de Armengol. Y eso cambiaría el escenario, porque el Rey podría entonces elegir a Sánchez o dar más tiempo a los partidos. De hecho, el portavoz del PNV, Aitor Esteban, ya aseguró en la SER este lunes, antes de verse con el monarca, que consideraba "precipitada" esta ronda de contactos porque aún no se han abierto las negociaciones, aunque en todo caso su formación no ayudaría en ningún caso al PP. Tras su audiencia con el jefe del Estado, el PNV no compareció, fiel a su tradición, y solo informó de que la cita había durado una hora. Javier Esparza, líder de UPN, sí comprometió su apoyo a Feijóo. También Cristina Valido, diputada de Coalición Canaria, quien no obstante anticipó que su partido abriría conversaciones con el PSOE si Sánchez es designado candidato y podría apoyarle si cumple con lo previsto en los Presupuestos de 2023 y con la agenda canaria.

Que Feijóo tenga que defender su investidura permitirá también a Sánchez continuar con sus negociaciones de manera reservada, discreción a la que apelan tanto el PSOE como Sumar. Y el nudo gordiano de ese diálogo será el alivio penal al procés, encajar lo que los independentistas llaman simplemente amnistía. Desde la Moncloa y desde Ferraz no dan pistas de esa negociación ni del alcance que podría tener. Díaz recordó este lunes que Sumar ha reclutado un grupo de una veintena de expertos para estudiar esa hipotética ley de amnistía, desde la premisa de que hay que "entender Cataluña como una solución, y no como un problema", y eso requiere de "audacia".

Díaz pide "audacia" y avala la amnistía y en su entorno aconsejan al PSOE "explicar" a los ciudadanos las decisiones que se tomen

Fuentes próximas a la vicepresidenta mostraron su convencimiento de que Sánchez logrará atraer a Junts, porque el paso clave, el primero, ya lo dio la semana pasada al votar a Armengol y, así, reintegrarse en la dinámica política, como hacía la extinta CiU. Pero aún faltan por construirse puentes de confianza, agregaron, igual que el PSOE debe "explicar a la ciudadanía qué va a hacer", tratarla como un sujeto político "maduro" porque a fin de cuentas, remacharon, el 23-J los españoles avalaron al Gobierno de su coalición y sus aliados.