La repetición electoral que emergía como escenario probable en la noche del 23-J no es la alternativa que contempla Pedro Sánchez. En absoluto. Está convencido de que podrá gobernar, aunque primero los demás partidos deban hacer su digestión de los resultados, no solo el PP sino también los independentistas y en especial Junts, quien tiene en su mano ahora mismo conducir a España a unos segundos comicios. "Estoy seguro de que esta democracia encontrará la fórmula de la gobernabilidad", aseguró a los miembros de la ejecutiva federal este lunes, durante la reunión que mantuvo con ellos esta mañana, en medio de un clima de euforia por la sorpresiva remontada de su líder.

De hecho, la cita en Ferraz comenzó con un aplauso a Sánchez de su cúpula, al que él correspondió saludando uno a uno a todos ellos. Comenzó su intervención agradeciendo el apoyo de los electores —7,76 millones de papeletas, un millón más que en 2019— y resaltando que han sido 11 millones de personas los que han "votado avance". "Este país es referencia en Europa y en el mundo", recalcó a su dirección, "no es que hayamos llegado al 30% de los votos, es que hemos llegado al 32%". En concreto, al 31,70%, a falta del escrutinio del voto exterior, una cifra superior a la que cosechan los socialdemócratas en otros países de nuestro entorno, en donde se han conformado recientemente gobiernos de derecha y ultraderecha, como Italia o Finlandia.

Este país es referencia en Europa y en el mundo", recalca a su dirección, "no es que hayamos llegado al 30% de los votos, es que hemos llegado al 32%"

El presidente del Gobierno en funciones quiso sobre todo enviar un mensaje de sosiego a los suyos: no se precipitará ni dará pasos en falso. Ahora toca un parón vacacional hasta que la actividad política se retome a mediados de agosto, de cara a la constitución de las Cortes, programada para el 17 de agosto. Esa será la primera foto de la nueva legislatura, y el PSOE podrá retener la presidencia del Congreso, gracias a que el bloque de la izquierda —que conforman su partido (122), Sumar (31), ERC (7), Bildu (6), PNV (5) y BNG (1)— suma un diputado más que el de las derechas —PP (136), Vox (33), UPN (1) y Coalición Canaria (1)—. A partir de ese momento, el Rey deberá comenzar la ronda con los representantes de los grupos para nombrar candidato a la investidura, y cuando lo señale, ese aspirante deberá acudir al debate y conseguir su elección como presidente en primera vuelta, por mayoría absoluta, o en segunda ronda, a las 48 horas, por mayoría simple.

Sánchez necesitará la abstención de Junts (7 escaños) para poder mantenerse en la Moncloa. Los independentistas ya han advertido de que no darán sus votos a cambio de nada y ponen por delante la amnistía y el referéndum. Ni el presidente en funciones ni su dirección quieren situarse en ese escenario ni entrar en las negociaciones que vendrán. No es tiempo de hablar de Junts todavía, vienen a decir. Pero lo que sí expresó con nitidez el líder a su cúpula es que sí habrá investidura y no habrá repetición electoral, en línea con lo que anoche gritó en Ferraz a sus bases. Así hay que interpretar su sentencia clara de este lunes: "Estoy seguro de que la democracia encontrará la fórmula de la gobernabilidad". Es pronto para saber cuál es.

"Casado salió por la ventana"

Y lo es porque quedan muchas pantallas por delante. Fuentes de la dirección indican que los resultados del 23-J "llevan muchos mensajes para todos los partidos" y "todos ellos deben reposarlo, con tiempo", con tranquilidad. Para empezar, el PSOE quiere que el PP se cueza en su propia salsa, que se abran grietas internas, que se dé cuenta de su gatillazo. "El PP está hablando consigo mismo por ahora", señalan, apuntando también al clamor que se escuchó en Génova cuando estaba interviniendo Alberto Núñez Feijóo: "¡Ayuuuuuuso, Ayuuuuuso!". "La última vez que se gritó eso en Génova hubo alguien [Pablo Casado] que salió por la ventana", deslizan.

En Ferraz no creen que habrá una reunión pronto entre Sánchez y Feijóo: "Ya veremos si se produce en septiembre". Una abstención del PSOE está descartada

Feijóo ya dijo anoche que intentará la investidura y que buscará la abstención del PSOE. Abstención que en ningún caso llegará, y menos tras unos resultados que refuerzan a Sánchez y a su partido, ya que obtuvo más escaños, más papeletas y más porcentaje de voto. De hecho, en Ferraz enfrían la posibilidad de una próxima reunión del presidente con el jefe del PP. "Ya veremos si se produce en septiembre", comentan. En el PSOE están convencidos de que el líder de los conservadores pinchó por inflar las expectativas, por sus pactos con Vox y los patinazos de la última semana de campaña, entre ellos no ir al debate de RTVE. El resultado es que el PP, a su juicio, dejó libre la autopista del centro a Sánchez.

Pero los independentistas, a juicio del PSOE, también tienen que reflexionar. En Cataluña, Euskadi y Navarra los socialistas fueron la primera fuerza, lo que supone un espaldarazo a la política de diálogo y distensión del presidente y su apuesta por la "convivencia". "Hay una España que es plural, no monolítica, que es la que refleja el nuevo Congreso y la que tiene que sumir otro partido [el PP]", insisten en la dirección. En Cataluña, el resultado fue espectacular: 1,21 millones de votos, 19 diputados, más papeletas y más escaños que todo el independentismo junto, porque ERC (462.000 apoyos, siete asientos, seis menos que en 2019) y Junts (392.000 y siete asientos, uno menos que hace cuatro años, cuando concurrió con el PDeCAT) se quedaron por debajo y la CUP ni siquiera obtuvo escaño.

Por eso en Ferraz reivindican que el separatismo debe reflexionar antes de poner condiciones a su apoyo a la investidura. "Nuestra política ha conseguido más diputados que todo el independentismo junto, y lo ha hecho el PSC sin el PP. Y si contamos con Sumar, segunda fuerza allí, más".

El PSOE esgrime que el PSC ha tenido más votos y escaños que todo el independentismo junto. Descarta dar la alcaldía de Barcelona a Junts

Salvador Illa, primer secretario del PSC, ya avisó este lunes a Junts de que el PSOE jamás aceptará ni la amnistía ni el referéndum de autodeterminación. Y Jaume Collboni, alcalde de Barcelona, también anticipó que la capital catalana "nunca será moneda de cambio, ni lo ha sido ni lo será en el futuro". Es decir, que los socialistas no la sacrificarán para obtener la investidura de Sánchez y contentar a Junts. Opción que también descartan tajantemente en Ferraz. En la cúpula federal recuerdan que la formación de Carles Puigdemont tiene dos almas, una más pragmática y otra más radical, y por tanto "hay que dejar reposar todo". El PSOE tiene una baza inmediata que puede esgrimir: una Mesa del Congreso controlada por la izquierda podría facilitar a Junts tener grupo parlamentario propio (y por tanto, más recursos). Respecto a la detención de la exconsellera Clara Ponsatí y la petición de la Fiscalía al Supremo para que emita orden de busca y captura contra Puigdemont, en la cúpula socialista recuerdan que la Justicia actúa con autonomía y el Gobierno no tiene nada que decir.

Nada de "prisas"

No habrá "ni prisas ni carreras" para la investidura. En Ferraz señalan que se empleará para conseguir la reelección de Sánchez "el tiempo que sea necesario", y asumen que costará por Parlamento que han arrojado las urnas. Además, según vayan pasando las semanas, creen, los partidos irán moviéndose.

Los socialistas no creen que se mueva la composición del Congreso tras el recuento del voto exterior. Y advierte de que la relación del PP con UPN está "rota"

Desde la noche del 23-J, por ejemplo, se agregaron al bloque de PP (136) y Vox (33) los escaños de Unión del Pueblo Navarro (1) y Coalición Canaria (1). El PSOE no renuncia a sumar ambos apoyos. Lo ve más fácil con los foralistas navarros, ya que su interlocución con la dirección de Feijóo está "rota" y además el PSN entregó a UPN (y no a Bildu) el Ayuntamiento de Pamplona. Y el Gobierno navarro aún no se ha conformado. Con CC el diálogo será más complicado, porque acaba de formarse un Ejecutivo de coalición con el PP en las islas. Pero los nacionalistas canarios también han intentado mantener interlocución con quien liderase la Moncloa.

En cualquier caso, aun sumando los escaños de UPN y CC, no bastaría. Haría falta la abstención, como poco, de Junts, porque ahora los socialistas creen que no se moverá ningún escaño tras el recuento del voto de los residentes en el extranjero (CERA), que empezará a contabilizarse a partir del viernes. El PP, en cambio, aspira a conseguir tres actas más: una en Madrid, restándosela al PSOE; otra en Girona, quitándosela a Junts, y una tercera en Cantabria, a costa de Vox.

En la cúpula del PSOE dudan incluso de Feijóo acuda a un debate de investidura. No le quedará más remedio si lo designa el Rey como candidato y él acepta el encargo —Mariano Rajoy no lo hizo en 2016, por falta de apoyos—, pero en el equipo de Sánchez recuerdan que los rechazos ya declarados son más, ya que el PNV ha anticipado que no hará presidente a un Feijóo dependiente absolutamente de Vox. Además, el año que viene hay elecciones en Euskadi y el PNV se juega su hegemonía con Bildu.

En clave interna, el PSOE vive ahora en una "balsa de aceite": Sánchez ha tenido mayor respaldo que barones como Lambán

En clave interna, el PSOE vive ahora, presumen en Ferraz, en una "balsa de aceite", ya que Sánchez no tendrá contestación interna, al haber conseguido un mayor respaldo que en 2019 y mantener vivas sus opciones de continuar en la Moncloa. Además, ha logrado más apoyos que uno de sus barones más críticos, Javier Lambán, en su territorio, en Aragón (31,08% frente a 29,51%), y ha superado con nota el plebiscito sobre él mismo. Las dificultades pueden venir a partir de ahora, pero por el momento el PSOE quiere que sean los demás partidos los que asuman el coste de la derrota o del aumento de las expectativas. De momento, la ejecutiva no ha convocado al comité federal.