El presidente del Gobierno irá este miércoles a una votación agónica de tres decretos leyes por resistencias de sus socios de Junts, por un lado, y de Podemos, por otro. Si los independentistas de Carles Puigdemont no se abstienen y los morados no llevan hasta sus últimas consecuencias su rechazo a la reforma de las pensiones, se puede producir la primera gran derrota parlamentaria de Pedro Sánchez. En ese caso sólo le podría salvar el PP, pero Alberto Núñez Feijóo ha aclarado esta mañana de viva voz su negativa a "arreglar" a Sánchez "sus problemas internos de desgobierno".

El voto de los populares será pues, negativo. Sólo estaban dispuestos a abstenerse en el de las medidas económicas para afrontar la crisis en caso de que Moncloa hubiera aceptado, entre otras propuestas, la deflactación del IRPF para las rentas de menos de 40.000 euros al año. Además, desde Génova aducen que intentaron pactar ese decreto tanto con la vicepresidenta primera como con la tercera, María Jesús Montero y Teresa Ribera, respectivamente, y ni en un caso ni en otro, aseguran, recibieron respuesta.

Ni "presiones", ni "sobreactuación"

En este sentido, el líder del PP ha advertido que no aceptarán presiones del Gobierno y, mucho menos "con descalificaciones" o "sobreactuando" para intentar arrinconarles. "Nosotros -ha subrayado- a diferencia del Gobierno, somos totalmente libres".

Feijóo, que ha hecho estas consideraciones durante un desayuno informativo de Europa Press con el candidato del PP a la presidencia de la Xunta gallega, Alfonso Rueda, rechaza que "otra vez el Gobierno ha vuelto a abusar" dictando tres reales decretos leyes. "Alguno de ellos, explican, para afrontar una crisis económica que, por cierto, dicen que no existe, coherencia pura. Sánchez sostiene el Gobierno sobre sí mismo, el independentismo y la nada para el resto de los españoles" y eso se hace, a su juicio, "insostenible" para España durante los próximos cuatro años.

Tras calificar de "salto al vacío" la actuación de Sánchez, ha puesto el acento en que "no existe ni un propósito ni un programa común en el multipartirto que gobierna España y que pretende abrir una franquicia en Galicia. Sólo hay ansia de coparlo todo y arrimarlo al interés particular de cada uno. Para Sánchez, Galicia es una institución más a colonizar y para el independentismo, extender su ideología, y a los gallegos no les interesa".