El embajador ruso en Madrid, Yuri Klimenko, ha negado rotundamente que Rusia haya interferido en ningún momento en Cataluña, asegurando que su país está interesado en que se mantenga la "integridad territorial" de España, al tiempo que ha calificado de "infundadas" las acusaciones de supuestos contactos de ciudadanos rusos con dirigentes independentistas.

En una declaraciones a Europa Press, Klimenko ha defendido que Rusia considera la cuestión de Cataluña "una cuestión puramente interna de España, que debe resolverse en el marco de su Constitución". "Rusia nunca ha interferido en la situación en Cataluña y siempre ha estado interesada en su completa normalización y en el mantenimiento de la integridad territorial de España", ha recalcado el embajador.

Preguntado por la investigación judicial sobre la presencia de supuestos espías rusos en Cataluña ante del 1-O y las supuestas relaciones personales de políticos catalanes con ciudadanos rusos constatadas por un juez de Barcelona, Klimenko ha sostenido que Moscú no dispone de "tal información respecto a supuestos 'contactos' y 'relaciones personales' de altos cargos del Gobierno de Cataluña con ciudadanos y autoridades rusas".

Acusación "inaceptable"

"Consideramos absolutamente inaceptables las afirmaciones infundadas y acusaciones contra nuestro país de injerencia, que provienen de diferentes medios de comunicación españoles", ha reivindicado, en respuestas remitidas por escrito a las preguntas de Europa Press, esgrimiendo que se trata de "insinuaciones y una campaña de desinformación bien orquestada y planificada" contra su país.

Por lo que se refiere a la resolución aprobada en febrero por el Pleno de la Eurocámara en la que manifestó su "total indignación y profunda preocupación" por los continuos esfuerzos de Rusia por socavar la democracia en la UE, el diplomático ruso ha considerado que constituye "un nuevo ejemplo del nivel sin precedentes de hipocresía y doble rasero que domina esta institución".

Klimenko ha lamentado que "el Parlamento Europeo se ha convertido desde hace tiempo en una plataforma para caldear la desenfrenada propaganda antirrusa y la rusofobia". "Es curioso que los eurodiputados continúan fabricando una cadena interminable de documentos y resoluciones poco fiables y llenos de bulos, al tiempo que declaran la lucha contra la desinformación como una de sus principales tareas", ha valorado.