El 24 de noviembre de 2022 se interceptó un paquete con material explosivo dirigido al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. No era el único. Otras cinco cartas similares se enviaron a la embajada de Ucrania y a la de Estados Unidos, así como a la empresa zaragozana Instalaza, a dependencias de la Basa Aérea de Torrejón de Ardoz y al Ministerio de Defensa.

El hilo conductor era protestar contra el apoyo de España a Ucrania frente a la invasión de Rusia. El autor, presumiblemente un único hombre: Pompeyo González, un jubilado de 75 años de Miranda del Ebro, en Burgos. La investigación fue llevada por los agentes de la Comisaría General de Información y coordinada por el juez de la Aundiencia Nacional, José Luis Calama.

El envío de paquetes bombas contra autoridades españolas y extranjeras conmocionaron a la sociedad. Las cábalas sobre el perfil del autor fueron numerosas, desde agentes extranjeros a grupúsculos de extrema izquierda. Cuando se descubrió que el responsable era Pompeyo, un señor de 74 años entonces crítico con la postura del Gobierno y cercano a postulados rusos, el foco mediático se fue apagando.

La Fiscalía de la Audienca Nacional solicita para él una pena de 22 años de cárcel por un delito de terrorismo con resultado de lesiones -por las sufridas por el empleado de la Embajada ucraniana Mykola Velychko- y un delito de fabricación, tenencia, colocación y empleo de aparatos explosivos, inflamables o incendiarios con finalidad terrorista. También se le pide que indemnice al herido con 1.500 euros.

El juez Calama señaló que en el contexto en el que se produjeron los hechos (con la guerra de Ucrania en marcha), así como la posibilidad de que los artefactos estallasen, "evidencian que en el ánimo" de Pompeyo estaba "alterar la paz pública", aunque no perteneciese ni colaborase con un grupo terrorista.

Los indicios

El juez instructor señaló que en enero de 2023, cuando se le detuvo, en su domicilio se encontró material pirotécnico, así como tornillos y muelles similares al percutor utilizado en las cartas y taladros con brocas de precisión similares a las empleadas para la elaboración de los referidos artefactos.

Otro de los indicios se halló en su teléfono. Los investigadores pudieron ver que había instalado en su móvil las aplicaciones de RT Noticias -Rusia Today- y Sputnik, que son los medios gubernamentales rusos.

Otro indicio es que los sobres de cartón dirigidos al Ministerio de Presidencia, Embajada de EEUU, y a la base de Torrejón de Ardoz, que no explosionaron, se encontraron matasellos del Centro de Tratamiento Automatizado (CTA) de Valladolid, código número 47. Y las imágenes captadas por las cámaras de seguridad de ese centro pusieron de manifiesto que esos artefactos habían sido procesados en el mismo, según señaló Europa Press.

Al realizar la trazabilidad de los sobres en sentido inverso, se vio que las rutas de los camiones de reparto permitían constatar que los envíos "podrían haber partido de diferentes buzones exteriores de la localidad de Burgos".

Además, el análisis de los sellos estampados determinó que las dos únicas expendedurías donde se pudieron comprar eran dos estancos situados Burgos. En cuanto a los sobres, el magistrado apunta que sus características conducían a una web de venta online, que una vez requerida facilitó que Pompeyo González había adquirido sobres de esas características para Miranda de Ebro.

Por otro lado, añadía el indicio recabado de Amazon sobre las compras que hizo de nitrato potásico puro, cable con mecha, interruptores, filamentos de cobre y bombillas incandescentes. También sobre la adquisición de pegatinas adhesivas de 100 x 50 mm, bisagras de 25 x 23 mm, toda clase de tornillería, brocas de precisión, plantillas para dibujar los números y el abecedario, plantillas para dibujar números y letras del abecedario, etc.

"La comparación y análisis científico de estos productos adquiridos y los utilizados en la confección de los sobres y cajas (...) permite constatar que las etiquetas autoadhesivas de color blanco adquiridas son del mismo tipo que las que se colocaron en el dorso de los sobres (...); que las plantillas para dibujar números y letras (...)fueron utilizadas para escribir los destinatarios y direcciones de envío", indica. Suma que las bisagras y que la broca helicoidal también corresponden a las usadas.