En términos de gravedad en las relaciones diplomáticas, retirar a un embajador definitivamente como va a hacer España en Argentina está a medio camino entre llamar a consultas y romperlas definitivamente. No obstante, la retirada no implica que la ruptura de las relaciones vaya a producirse.

Grados en las relaciones diplomáticas

La convocatoria de un embajador se produce cuando el Ministerio de Asuntos Exteriores hace ir físicamente a su sede a un embajador de otro país para expresar una queja. Allí se les puede transmitir la queja de forma verbal o a través de un documento (conocido como 'nota verbal').

La llamada a consultas es una circunstancia más grave, que se produce cuando el ministerio llama a su embajador para que vuelva al país. La ausencia puede durar días, meses o años. Durante ese tiempo, al frente de la embajada quedaría el encargado de negocios interino, un funcionario diplomático que sustituiría provisionalmente al jefe de la misión. Por lo tanto, bajaría la representación diplomática.

Retirar a un embajador definitivamente, como va a hacer España con la embajadora española en Buenos Aires, es un paso más en la escalada diplomática pero no implica la ruptura de las relaciones con un país. A partir de ahora, la misión diplomática española en Argentina no tendrá al frente a un embajador, sino a un diplomático al nivel de encargado de negocios.

La ruptura de relaciones es un acto con efectos jurídicos para el que no existe una doctrina unificada sobre cómo debe llevarse a cabo. Suele implicar la retirada de todo el personal de la embajada y el corte de todos los canales de comunicación entre los países implicados.