Evidentemente, el mitin de este miércoles en Málaga de los socialistas, en plena recta final de la campaña de las elecciones europeas del 9-J, podía resumirse en una imagen, en un gesto: la foto de Pedro Sánchez acompañado de su mujer, Begoña Gómez, un día después de que ella fuera llamada a declarar como investigada para el próximo 5 de julio. La imagen era potente por sí misma, era la demostración palmaria de que el PSOE pretende hacer de la imputación de la esposa del presidente un revulsivo electoral, una palanca para movilizar a sus votantes.

Pero el acto también fue relevante por otro motivo. Porque sí había una novedad en el discurso. Por primera vez, el jefe del Ejecutivo citó en un mitin de campaña a la agrupación de electores Se Acabó La Fiesta, que lidera el agitador extremista Alvise Pérez, a quien todos los sondeos publicados en las últimas semanas dan entrada en la Eurocámara.

Hay un hilo, un nexo de unión entre Abascal, Feijóo, ahora Alvise, las asociaciones ultraderechistas y todo el resto de máquinas del fango. Su propósito es derribar al Gobierno"

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno

Lo hacía el presidente para establecer una equiparación entre PP y Vox con la plataforma del activista y con las asociaciones de ultraderecha que llevaron el caso de Begoña Gómez a los tribunales. Y lo hacía también tras agradecer a su partido la "solidaridad", "empatía" y "compañerismo" mostrados hacia él y hacia su mujer. Sánchez unía así la investigación judicial de su esposa a la contienda política de estas europeas del 9-J.

"Somos muy conscientes", señaló, "de que hay un hilo, hay un nexo de unión entre [Santiago] Abascal, [Alberto Núñez] Feijóo, ahora Alvise, que parece que desgraciadamente puede salir al Parlamento Europeo, las asociaciones ultraderechistas de HazteOír, de Manos Limpias y todo el resto de máquinas del fango. Sabemos cuál es su objetivo: su único propósito es derrotar y derribar al Gobierno que sube el salario mínimo un 54% en cinco años o que revaloriza las pensiones en un 34%", explicó.

El presidente no regresó a la referencia a Alvise en el resto de su discurso en el mitin, pero esa sola alusión ya era significativa. Lo que pretendía, como señalaban desde el entorno de la candidata, Teresa Ribera, era, por un lado, alimentar más, subrayar la división de la derecha, pero equiparando a Feijóo con las dos candidaturas ultras. El PP compite en su espectro contra Vox, al alza, según las encuestas, y contra Alvise, a quien el CIS incluso coloca por delante de Podemos. Al meter a Se Acabó La Fiesta en campaña, Sánchez intenta restar fuerza al PP para nutrir a sus adversarios. Porque cuanto más se debilite Feijóo, más tendrá de cerca el PSOE empatar con él o incluso superarlo. Según el último sondeo del CIS, publicado este lunes, el PP pierde un 14,3% de sus electores hacia Vox y un 5% hacia la agrupación de electores de Alvise.

El segundo objetivo perseguido por Sánchez es la llamada al voto útil, la movilización de apoyos en torno al PSOE. Él mismo lo defendió durante el mitin en Benalmádena: animó a todos los progresistas y europeístas a votar "en masa" a los socialistas "para que gane la política sana, para que ganen los avances sociales y sea derrotada la política sucia y los recortes y la agenda reaccionaria de Feijóo y Abascal, de esa internacional ultraderechista". Para animar a los suyos, el PSOE tira tanto de su discurso, un calco del empleado en las generales del 23-J —la papeleta encabezada por Ribera para "pinchar" de nuevo "el globo de la derecha y la ultraderecha"—, como de Begoña Gómez, víctima de los "ataques" de esa "máquina del fango" con la que, a juicio del presidente, se ha alineado el juez instructor de la causa, Juan Carlos Peinado.

Alvise es una desgracia más, pero llegados a este punto es mejor que la derecha se divida en tres que en dos. Máxime teniendo en cuenta que la izquierda se ha dividido en tres", aseguran fuentes próximas a la candidata Ribera

"Alvise es una expresión más del trumpismo hispánico, cuyos máximos exponentes son Abascal e [Isabel Díaz] Ayuso, porque Feijóo es un mero elemento de arrastre —analizan desde el entorno de la candidata—. La derecha estaba dividida en tres [PP, Ciudadanos y Vox] y estaba en vía de reagruparse en dos [PP y Vox]. Alvise es una desgracia más, pero llegados a este punto es mejor que la derecha se divida en tres que en dos. Máxime teniendo en cuenta que la izquierda también se ha dividido en tres [PSOE, Sumar y Podemos]". De este modo, continúan las mismas fuentes, "el único voto útil contra el trumpismo en España es el PSOE. Y la prueba del nueve es que la derecha dirige todos sus cañones contra el PSOE. Pasa olímpicamente de Sumar y de Podemos".

"A fin de cuentas, Alvise es uno más de este fango", resumen desde el círculo de confianza de Sánchez. Y completa otro integrante de ese primer anillo de poder: "No hay que olvidar que Alvise ya divide a la derecha". La lectura es clara: un PP más debilitado por su derecha pone más fácil el triunfo al PSOE. Y en estos últimos días de campaña, en la recta final, la convicción creciente en la cúpula es de que habrá un buen resultado. Hasta ven posible la victoria, un sorpaso que por el momento no ha previsto ninguna encuesta, salvo el CIS.