El posicionamiento de Irene Montero como futura candidata a las elecciones generales por Podemos ha hecho que los morados reciban la mayor transferencia de voto de Sumar desde que se dividió el grupo parlamentario a principios de diciembre de 2023. Así lo estima en su último barómetro el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que dirige José Félix Tezanos, que desde que Podemos está en una posición combativa con el Gobierno de coalición lo ve más beneficiado.

Con una base de voto conjunta entre ambas fuerzas de izquierda del 10,2% —un 4% morado y un 6,2% magenta—, la izquierda a la izquierda del PSOE se dejaría un 2,13% del apoyo recibido en las generales de 2023 de celebrarse hoy elecciones, algo que, por ir en dos candidaturas distintas, pasaría también factura en aspectos como la proporcionalidad y la distribución de escaños. Aproximadamente Sumar obtendría 8 de sus 27 actuales; Podemos sumaría uno a sus 4.

En concreto, el barómetro de abril publicado este martes por el CIS apunta a que del total de los votos cosechados por Sumar en las elecciones del 23 de julio de 2023, Podemos se haría con el 26,1% de la intención de voto de ese espacio de la izquierda a día de hoy. En febrero el organismo determinó la cifra más alta de trasvase de electorado, situándolo en 24,8 puntos. Pero la elección de la exministra de Igualdad y número dos de Podemos como rostro visible a promocionar para 2027, si no hay antes un adelanto de comicios, ha sido clave. El trabajo de campo se ha realizado entre los días 1 y 8 de abril, por lo que no se tiene en cuenta el impacto que haya podido tener la V Asamblea Ciudadana Estatal del partido.

Sí que se contempla el discurso duro mantenido por Podemos contra el rearme europeo como elemento de disuasión de Rusia, por el que aboga el Gobierno alineado por el PP pese a la competencia mutua. También contra Sumar, quien los morados creen que debería abandonar el Ejecutivo al no mostrarse crítico. Lo cierto es que Sumar ha reprochado que se incremente el gasto en defensa si no va a seguridad. También, como Podemos, insta a que eso no perjudique los servicios públicos. Sumar lamenta que Podemos utilice ese discurso cuando, aseguran fuentes de alto rango de la confluencia, que Belarra tragó con una subida del 25% del gasto de Defensa en octubre de 2022.

Ascenso continuado de adhesión a Podemos

La ruptura de Podemos con Sumar estuvo azuzado por los vetos de Díaz a Montero y Pablo Echenique en la configuración de las listas, posteriormente en el acceso de miembros morados al Ejecutivo de coalición, y por último en la distribución de competencias parlamentarias, sin portavocía adjunta. Desde entonces, aunque con algunos pequeños altibajos, la progresión de robo virtual a Podemos ha ido en ascenso.

Nada más salir de la confluencia se apuntaba a un 14,7%. Tras las europeas y el éxito de la candidatura de Montero al Parlamento Europeo, se llegó al 22,9%. En diciembre, tras los escándalos de Errejón y el impacto en Sumar se estimó un 23,5%. Tras descender 2,4% al inicio de año y tocarse ese techo de febrero, ahora el organismo dirigido por Tezanos da su máximo a los magentas. A la pregunta de quién preferirían de presidenta del Gobierno, sin sugerir nombres matiza el CIS, un 7% de los votantes de Sumar en 2023 menciona a Montero, frente al 28,7% que insiste en Díaz. La mayoría menciona a Sánchez en un 38,5% y el resto prefiere a otra persona.

Sumar retiene cuatro de cada diez votantes

Desde esa división con Podemos, Sumar viene perdiendo progresivamente retención de votantes al mismo tiempo que se trasladan capas de ellos a Belarra y Montero. Del 54,1% de febrero de 2024, con un pequeño repunte de enero a ese mes, la cifra baja de los 50 puntos hasta noviembre. Desde entonces, se ha movido desde un 33% a algo más de los 37 puntos. En abril, Sumar consigue superar esa barrera y llega a un 38,2% en uno de los mejores momentos de Podemos.

Mientras aumentan esas salidas a Podemos, Sumar sí consigue reducir algo las fugas al PSOE. Uno de cada diez votantes apostarían por Sánchez. Es un 10,6%, frente al 13,7% de marzo, del 14,6% de febrero y del 16% de enero, donde casi el número llegaba a dos de cada diez electores.

Al remitirse el CIS a la candidatura de 2023, donde se presentaron en conjunto Movimiento Sumar, Catalunya en Comú, IU, Chunta Aragonesista, Compromís y Més per Mallorca o Más Madrid, es imposible determinar el peso que tiene cada formación dentro de ese tercio de electorado que retiene la plataforma de Díaz.

Se reducen los indecisos y la abstención

A la vez que se fortalecen Sumar y Podemos en cuanto a respaldo electoral directo de marzo a abril, se reducen los indecisos y los abstencionistas de la marca, lo que va de la mano. Conforme Podemos ha ido tensionando al Gobierno, más se ha reducido esas cifras. Por asuntos como el rearme; la retirada del impuesto a las energéticas al no encontrar respaldo PSOE y Sumar de PNV y Junts, o el problema de la vivienda y el condicionamiento de Podemos de reducir en un 40% el precios de los alquileres para respaldar unos Presupuestos Generales del Estado que se dan ya por imposibles.

La bajada de indecisos y abstencionistas es baja, no obstante. Del 15,1% al 14,2% en el primer caso, y del 2,3% al 1,6%. Por lo que entre uno y dos electores de Sumar dudan sobre a quién votar próximamente, y alrededor 49.000 personas no votarían.

La aspiración de Podemos es la de encabezar una candidatura de unidad, aunque avista solo a reagrupar a IU y los comunes bajo el liderazgo de Montero. Ambas fuerzas quieren primarias, con todo. Más Madrid, Compromís, otras fuerzas regionalistas menores y Movimiento Sumar o no están en los planes de Podemos, o los puentes entre ellas y los morados están dinamitados. Desde la confluencia de Sumar, aunque muchos creen que Podemos debe ser un engranaje más de una alianza amplia, perfiles como Mónica García, de Más Madrid, muestran ya su hartazgo con Pablo Iglesias, Montero y sus hojas de ruta. El PSOE, por su parte, se muestra temeroso. La posibilidad de papeletas divididas afectaría a sus posibilidades de revalidar el Gobierno, que ya son escasas en vista al conjunto de sondeos privados.