La costumbre hace ley. Si la confrontación contra el Ejecutivo nacional de Pedro Sánchez se ha compartido en una de las claves esenciales del éxito de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid, por la proximidad en el territorio con la actividad política nacional y con las principales instituciones, el 2 de mayo ya es uno de los escenarios emblemáticos donde se escala esa rivalidad cada año. Es el Día de la Comunidad. Con el de hoy van seis fechas bajo su presidencia y ninguna exenta de polémica.
El covid impidió un gran acto en 2020, que fue utilizado para homenajear a fallecidos y a los sanitarios. A partir de 2021, Ayuso vira su estrategia hacia posiciones más duras y de presión contra Moncloa aconsejada por su director de Gabinete, Miguel Ángel Rodríguez. En esta edición de 2025, el PSOE ha contraprogramado a Ayuso en Madrid.
En 2021, por las restricciones tras el grueso de la pandemia, los actos fueron muy condensados también. Pero estuvieron marcados por ser la antesala a las elecciones autonómicas madrileñas, adelantadas, que se celebraron el 4 de mayo. Desde el PSOE-M y Más Madrid, se denunció que precisamente Ayuso aprovechó los actos con intencionalidad electoralista, para hacer "propaganda" al ser la protagonista. Especialmente, tras la entrega de la condecoración de la Orden del 2 de mayo al músico Nacho Cano, que revirtió el momento para agradecer a Ayuso su gestión de la crisis sanitaria y el "haber mantenido abiertos los teatros".
"Madrid se echó a la calle para demostrarle al mundo que no hay bien más preciado que la libertad", trasladó Ayuso en un discurso posterior. La presidenta repitió al frente de la Real Casa de Correos, con apoyo externo de Vox.
En la misma línea fue la fecha de 2022, el primer gran acto de Ayuso de este carácter, marcado por la presentación —un día antes— de su candidatura a presidir el PP de Madrid, y, sobre todo, por los ataques al Gobierno con exaltación de Madrid. Es la cuna "de las mejores oportunidades" en un periodo de "cambio de época"; frente al "intervencionismo, la imposición y la mentira". Los mensajes velados fueron una constante, con especiales menciones contra el independentismo. "Ante los que quieren levantar fronteras entre españoles, ante los que sospechen del diferente, Madrid siempre estará ahí", lanzó.
2023, el 2 de mayo de máxima tensión
Por delante de este 2 de mayo de 2025, el de hace dos años marcó la diferencia por el enfrentamiento directo con el ministro de la Presidencia y Relaciones con las Cortes —que ahora ostenta también Justicia—, Félix Bolaños. El Gobierno de la Comunidad de Madrid no dejó al ministro incorporarse a la tribuna de personalidades durante le desfile militar. Los días previos los populares madrileños limitaron el evento al ámbito autonómico, con excepciones para Margarita Robles, la ministra de Defensa, por la presencia del Ejército. También se invitó a la ministra portavoz y de Política Territorial, Isabel Rodríguez, por su relación regional de cartera, que declinó su asistencia. Bolaños asumió ese remplazo a título individual, pese a las críticas del PP. Ante ello, hubo silencio institucional desde Sol.
La polémica escaló tanto que desdibujó el propio acto como protagonista. Todo, con las elecciones municipales y autonómicas de 2023 de fondo, a nivel general, y con la intención tanto desde Moncloa como desde Sol por alentar la confrontación política. Los organizadores acabaron resignándose a la presencia de Bolaños, pero vetaron su entrada en esa tribuna. Consideraron su "auto invitación" como una "provocación". La polémica se dio tras los intentos del ministro de acceder para situarse junto a Robles y Ayuso. Finalmente, Bolaños quedó fuera. La jefa de Protocolo del Ejecutivo autonómico se lo impidió, interponiendo su brazo como barrera física:
No obstante, Ayuso sí hizo un hueco a su presidente de partido, el gallego Alberto Núñez Feijóo, que compartió escenario junto a ella, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, la ministra de Defensa, Robles, y el Jefe de Estado Mayor para la Defensa, Teodoro Esteban. Los socialistas criticaron con rotundidad que Bolaños quedase fuera por no estar vinculado al evento, mientras Feijóo sí fue aceptado. Tras el choque de la parada militar, todo transcurrió con normalidad. Desde el PP utilizaron ese adjetivo, aunque a Robles, por ejemplo, se la vio apurada, nerviosa, sin apenas intercambiar palabra e incómoda en la tribuna de honor.
Al día siguiente, Ayuso justificó ese veto e instó a que la próxima vez se sigan los canales correctos. "Cada casa tiene sus normas y estamos dando por normal que la presencia de un ministro sea de obligado cumplimiento porque así lo decida el Gobierno. No todo es el Gobierno, no todo es Sánchez". Es diferente con Madrid que con otras comunidades, "se nos exige que tengamos que rendirnos y no", se reafirmó Ayuso como presidenta de Madrid. A finales de mes, tras la polémica, la popular ganó su primera mayoría absoluta y Sánchez convocó adelanto de generales tras un batacazo generalizado en prácticamente la mayoría de los territorios.
Las tiranteces con el Gobierno se replicaron en 2024, aunque ahí Ayuso rectificó y se abrió a invitar a miembros del Ejecutivo. Sin invitación directa a Bolaños, que optó por regatear la polémica, Ayuso sí invitó a Ángel Víctor Torres, ministro de Política Territorial, y al delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín. El rifirrafe entre Sol y Moncloa por las derivadas del caso Koldo o la investigación a Begoña Gómez, la esposa de Sánchez, cargaron de tensión ya de por sí el encuentro.
La presunta comisión de dos delitos de fraude fiscal y uno de falsedad en documento mercantil por parte de la pareja de la presidenta, Alberto González Amador, potenciaron la contraofensiva del Gobierno. También a través de Martín, que elevó los desencuentros con Ayuso. Martín también pidió la dimisión de Rodríguez por las acusaciones a periodistas en torno a este caso. Ayuso se marcó a fuego contra él unas declaraciones en las que Martín aseguraba que EH Bildu "ha hecho más por España que todos los patrioteros de pulsera", por su apoyo a distintas medidas sociales en el Congreso.
Ayuso asumió la presencia, con todo, pese a denunciar que Sánchez ha convertido a "los delegados del Gobierno en activistas políticos, en comisarios de su partido, cuando deberían ser una figura esencial para la seguridad ciudadana". Esto, pese a su relevancia, dejó paso a la confrontación de Ayuso por la carta del presidente, donde Sánchez anunciaba cinco días de reflexión tras prosperar la investigación del juez Peinado a raíz de una denuncia de Manos Limpias. Lo tildó de "infame". Lo que busca Sánchez es "impunidad". Le reclamó "explicaciones" y afirmó que "lo único que pretende [Sánchez] es el poder sin contrapesos". "Hay que ir preparándose porque el escenario es inédito, no tenemos que ceder un pelo y no tener ni un poco de miedo", recalcó, con una mirada, además, a las elecciones catalanas.
El PSOE se ausenta y contraprograma a Ayuso
El choque Gobierno-Madrid se ha implementado estos meses con la elección del ministro de Transformación Digital y exjefe de Gabinete de Sánchez, Óscar López, como líder del PSOE-M. Tras las experiencias anteriores y el clima con el Ejecutivo central, Ayuso ha vuelto a decidir no invitar a ningún ministro. Ante eso, los socialistas le han montado un Dos de mayo en el salón de actos de La Rosaleda, en el Parque del Oeste. "No vamos donde no nos invitan", aseguran desde el Gobierno, aludiendo al veto de Ayuso.
Como novedad, además de la fiesta de los socialistas, de la que aún no se conocen detalles y en qué consistirá, se ha descartado desde Defensa la parada militar esta jornada y el desfile aéreo de la Patrulla Águila. El Ejército solo participará en la habitual ofrenda floral a los caídos en el cementerio de la Florida y en la retreta del día anterior. Ayuso instó a Robles a reconsiderar su situación, pero ella se negó. Defensa considera que ese no es el papel que tienen que tener las Fuerzas Armadas. "Los actos civiles no son lugar para el Ejército", dijo Robles semanas atrás. El desfile del año pasado disgustó a Defensa con Ayuso pasando revista a las tropas a ritmo de chotis.
Además del mantenimiento de la pugna por las investigaciones a los distintos entornos de Sánchez y el PSOE, así como el de Ayuso. Con derivadas como la del fiscal general del Estado por la supuesta filtración de datos de González Amador, populares y socialistas vienen caldeando el ambiente. El PSOE-M acusa a Ayuso de utilizar el día como si fuese "el día de la alabanza del líder supremo". Se menciona una información de El Plural en el que se alude que Ayuso quiere convertir el acto en un ataque a Sánchez.
Ello en una semana marcada por el apagón, en el que Ayuso reclamara el nivel 3 de emergencia en la Comunidad, y después de que la presidenta reprochase al Gobierno la falta de información y actuación, dejando que España "se apagase a la venezolana". Ayuso, junto a Feijóo, ha sido una de las primeras voces que ha afeado la tardanza del Gobierno para ofrecer explicaciones, que aún no han llegado. Salió veloz al paso para evitar que "el Gobierno culpe a Madrid" del apagón.
Ante la publicación del PSOE-M el PP de Madrid contestó indicando que "mientras vosotros no celebréis el vuestro con putas y cocaína, todo irá bien". Intervino posteriormente el PSOE federal:
Esta jornada, con Gobierno madrileño y nacional evidencian su ruptura total con el desarrollo de esos dos actos. Está por ver el devenir del asunto energético. El Gobierno, por el momento, está pidiendo más información a las eléctricas para seguir valorando posibilidades. Por el momento no descartan ninguna hipótesis.
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