La petición de adelanto de elecciones generales para que los acontecimientos que rodean al PSOE nacional no pasen factura a los territorios regionales no pasó desapercibida en el PP. El presidente de Castilla-La Mancha y dirigente socialista, Emiliano García-Page, se pronunció este miércoles en ese sentido, teniendo en cuenta que el proceso electoral nacional, por los tiempos, acontecería solo tres meses después de las municipales y autonómicas de mantenerse 2027 como fecha en el horizonte. También por la posibilidad de que Sánchez decida jugárselo todo a una carta, lo que para García-Page, puede ser devastador para las baronías del partido. Porque podría producirse un efecto "arrastre". Eso "no puede volver a pasar", argumentó, dado que el último ciclo lo capitalizó la contienda entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo y los temas nacionales.

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Una de las gotas que colma el vaso para el castellano-manchego, fue la comparecencia de Leire Díez, la presunta fontanera de Ferraz, en la que se reafirma en su versión de ser una militante de base y periodista que investiga la corrupción institucional y "las cloacas del Estado", y la posterior irrupción del empresario Víctor de Aldama —uno de los nombres clave de la investigación del caso Koldo— y breve enfrentamiento verbal. Seguido ello del revuelo mediático. En general, esta situación que pone en jaque a los socialistas, que mantiene a Sánchez en silencio y que está llevando a Díez de plató en plató de televisión. "Es un drama lo que está ocurriendo", esa exposición, Leire no tiene "la más mínima base de credibilidad", consideró García-Page, que sigue esperando explicaciones del partido.

Ante este panorama, el PP nacional vuelve a reaccionar y reivindica que García-Page ordene a sus ocho diputados castellano-manchegos en el Congreso de los Diputados que dejen de respaldar a Sánchez y presionen obligándole así a adelantar elecciones generales. Es una petición ya recurrente en el PP de Feijóo, que se hizo, por ejemplo, a finales de 2022 y principios de 2023, cuando se suprimió el delito de sedición a petición del independentismo, o ya este año pasado, durante los trabajos parlamentarios para la aprobación de la ley de amnistía. El último en demandar ese plantón a García-Page, fue el portavoz nacional del PP, Borja Sémper, este jueves durante una entrevista en COPE.

Para Page es un drama lo que está sucediendo en torno a Leire Díez. No le da ninguna credibilidad

Page "tiene una opción para provocar lo que él defiende y es que por Castilla-La Mancha en el Congreso de los Diputados tiene ocho diputados socialistas que pueden actuar en defensa de lo que el señor Page dice. Y esto no hace falta que suceda nada, sino que simplemente reaccionen", se posicionó el político vasco y también diputado. Para él, "en un momento excepcional como el que padece" España, tocan "medidas y respuestas excepcionales". Sémper, cree que, pese a todo, esto debe ir más allá de Page. Debe haber "gente que levante la voz, que diga que esto no es digerible".

El PSOE más crítico con Sánchez empieza a denunciar la situación. A García-Page se le unió este jueves el expresidente de Aragón y ex líder socialista en la comunidad, Javier Lambán, que en la línea del castellano-manchego definió lo sucedido en el Hotel Novotel como "un espectáculo y una inenarrable tragedia". "Nos consterna y nos avergüenza como socialistas. Nos hace proyectar una imagen ante Europa desajustada con la realidad del país". Para Lambán, "por suerte, España no se parece en nada a esta señora, a los espectáculos de ayer". Así se expresó en Antena 3, a la vez que pidió "una reacción urgente del PSOE que cambie la estrategia de comunicación y la política".

En ese sentido, Sémper cuestionó el silencio interno en el PSOE más allá de esos pronunciamiento. Pero también criticó a los socios del Ejecutivo. A Sumar por estar "callado", aunque los magentas empiezan a exigir explicaciones y toma de responsabilidades. Cree que mientras la izquierda se ponía "estupenda" con otros casos de corrupción, ahora quedan "manchados" por ese silencio. Los populares, en cambio, les reprochan haber bloqueado la calificación de su petición de comparecencia de Sánchez, que de haberse producido esta semana estaría en visos de poder realizarse en la Cámara Baja antes del fin del periodo de sesiones. Ahora, de producirse, deberá de fijarse fecha fuera de él.

Dio protagonismo especialmente al PNV, además, con quien el PP lleva enfrentado desde el año pasado y con quien no ha conseguido reestablecer relaciones tras la moción a Rajoy de 2018, Sémper lo tildó de ser "subalterno" de Sánchez y uno de "los más responsables" de los socios de esa degeneración política. "Algo podrían decir" sobre "la corrupción", se expresó Sémper. Para Sémper, mientras los socios callan, cree que el Gobierno y Sánchez buscarán una "huida hacia delante" con la "mentira" como sostén para generar "división". Pero "no les va a salir bien", porque "la mayoría de españoles ya le han visto el truco", aprecia del portavoz a menos de 72 horas para la manifestación de Madrid contra el Gobierno.

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