El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, no entró a valorar la actitud de su compañera de filas y homóloga madrileña, Isabel Díaz Ayuso, al comienzo del encuentro entre Gobierno y presidentes autonómicos, aunque culpabilizó al Ejecutivo, en todo caso, por haber introducido esa posibilidad de traducción simultánea para el uso de las lenguas cooficiales. "No soy ayusólogo", trasladó el dirigente andaluz, después de una Conferencia de Presidentes que acredita el fracaso por la ausencia de acuerdos. Así, Moreno Bonilla, rehuía la posibilidad de dar su punto de vista de lo ocurrido y se adhería a Génova, que desde Madrid y en palabras de su secretaria general, Cuca Gamarra, avaló por la mañana a Ayuso por considerar que el Gobierno hace "instrumentalización de las lenguas cooficiales" y que las usa para la confrontación.
Aunque en privado algunos barones autonómicos mostraron su descontento con la salida de Ayuso, considerando que debería haber seguido la línea del resto, manteniéndose en la reunión mientras Imanol Pradales y Salvador Illa usaban el euskera y el catalán. Y en su caso, como hicieron algunos barones, sin utilizar los pinganillos.
Con todo, Moreno Bonilla evitó generar cualquier debate y centró el tiro en el Gobierno, contra quien protestará el PP en conjunto el próximo domingo en Madrid, en la Plaza de España. Era el objeto de confrontación de los populares esta jornada, algo de lo que dejaron constancia exigiendo elecciones generales a Sánchez en la reunión además de remarcar exigencias como la necesidad de más médicos, prolongar la vida útil de las nucleares o incrementar la coordinación y abordar la lucha contra la inmigración ilegal o la okupación.
Moreno Bonilla acusó al Ejecutivo de haber sido el "promotor" de este desplante por haber abierto la "polémica" permitiendo el uso de las lenguas cooficiales. "Así lo ha decidido Sánchez, para que haya cierta polémica en esta materia. Le interesa que desviemos por ahí el tiro", afirmó el presidente autonómico, poniendo de contraste los temas que exigía el PP y que creen que interesan a los ciudadanos de sus regiones.
El andaluz no quiso "interpretar las decisiones ni las posiciones" de su compañera de partido, porque cree que no le corresponde. "Lo tiene que valorar ella, cada uno debe dar explicaciones por lo que hace, y cada uno tiene libertad para hacer lo que considere más oportuno". Moreno Bonilla sí puso hincapié en que, al contrario que Ayuso, él sí se quedó a oír "las intervenciones de todos los presidentes". "Me interesaban todos", advirtió en una comparecencia de prensa posterior.
Aunque el andaluz puso en valor su "respeto" por la diversidad lingüística de España, cree que a veces puede resultar "ridículo" que la ciudadanía vea cómo todos se saludan y toman café en el momento previo, hablando en castellano, para luego entrar en materia y que "nos pongamos unos pinganillos para hablar entre nosotros", dijo el popular, coincidiendo con la posición que Ayuso trasladó dentro del encuentro antes de irse temporalmente. Puede resultar "algo extraño e incomprensible para una buena parte de los españoles". "Ir más allá de lo razonable no es sensato", continuó Moreno Bonilla.
Ayuso no pide que la sigan
La presidenta de la Comunidad de Madrid, en su comparecencia previa, afirmó que no quiere ni necesita que nadie la siga. Afirmó que no quiere "hacer sainetes con nadie", pero que cree que debía ser coherente con lo que expresó el jueves en la Asamblea de Madrid durante el pleno; el compromiso a marcharse si se hablaba en otras lenguas cooficiales para intervenir. Algo que sí hicieron compañeros de filas como Alfonso Rueda o Carlos Mazón, aunque a modo de saludo para luego pasar al castellano.
Ayuso aseguró que ningún presidente le ha pedido "permiso" para hablar esas lenguas. "Ni para hablar en valenciano o en gallego". "Me parece bien que cada uno hable y se exprese como uno considera, y "yo pido libertad para manifestar que esto no me gusta, que yo estoy en contra". Ayer en el Parlamento autonómico advertí que esto a mí me parece una farsa, el ir acostumbrándonos a hablar entre los que estamos aquí con pinganillo". Apuesta por el castellano entre diferentes, y le "duele" que se use la lengua para "romper" la "unidad de España", algo que defiende por "encima de todo". Sobre todo si sobre la mesa están cuestiones que afectan a todos, como la inmigración.
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6 Comentarios
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hace 1 segundo
La libertad que vende Ayuso es de boquilla.
O haces lo que yo digo o me enfado
Todo lo resuelve como una buena facha, con autoritarismo.
No engañas a nadie
hace 27 minutos
Lamento ser impopular, pero lo de Ayuso ha sido una mamarrachada que va a costar al PP más de lo que hipotéticamente le pueda aportar.
Ayuso me temo que no entiende que se puede ser español de muchas formas, que ser madrileño de Chamberí no es la única y que millones (literalmente millones) de ciudadanos españoles que no son nacionalistas hablan alguna lengua vernácula. Y merecen respeto.
hace 1 hora
Maricomplejines es una raza que no acaba de extinguirse en el PP.
hace 10 horas
Éste cantamañanas que se coja de la mano con Frijolito y se vallan a Abisinia, a ver si los quiere alguien. Menudos par de inútiles
hace 14 horas
Este es un rojiprogre de cuidado…ya sabemos a quien no votar
hace 17 horas
Bonilla, es «sorayo». Ya sabemos de que pie cogean los Sorayos, lo peor del PP