Todo son futuribles. Ni siquiera hay en el horizonte próximo la certeza de un adelanto electoral una vez que Pedro Sánchez parece dispuesto a resistir hasta 2027. Pero el PP está adelantando una estrategia de largo recorrido por la que busca acabar con la identificación de un tándem Feijóo-Abascal, desechar la idea de que el líder popular está condenado a formar un gobierno de coalición con Vox para hacer al líder de esta formación vicepresidente del Gobierno.

Lo cierto es que Feijóo no terminó de ser concluyente el pasado domingo. "Yo quiero un gobierno en solitario", dijo para agregar después que no habría cordones sanitarios a Vox, tampoco a Junts. No cerraba puertas. Pero no ha sido hasta hoy, a primera hora de la tarde, que su número dos, Miguel Tellado, aclaraba que no, que no habrá coalición gubernamental, incluso ante el riesgo de bloqueo y de repetición de elecciones generales.

De este modo, Feijóo y los suyos ponen la pelota en el tejado de Abascal en si estaría dispuesto a "facilitar" -bien apoyando o absteniéndose- la investidura del líder popular para desalojar a Sánchez de la Moncloa aunque no hubiera reparto de sillones ministeriales. El actual es el primer gobierno central de coalición de la democracia, "no lo tuvieron ni González, ni Aznar, ni Zapatero, ni Rajoy", recuerdan en el PP, a pesar de carecer de mayoría absoluta en alguna de sus legislaturas.

José Luis Rodríguez Zapatero, un entusiasta de la coalición con Unidas Podemos, primero, y con Sumar, después, así como con la alianza estratégica con los independentistas "no gobernó con IU a pesar de carecer de mayoría absoluta", aducen, aunque en 2004 consiguió 164 escaños y en 2008, 169, bastante lejos de los registros que dan los sondeos al PP. El más alto ha llegado a los 154 escaños.

Sumar más que todo el bloque de investidura de Sánchez

El objetivo es precisamente, conseguir más representación parlamentaria que todo el bloque de la actual investidura, de modo que no haya una mayoría alternativa que no pase por hacer presidente a Feijóo. En este sentido, desde el equipo del líder del PP explican, de manera mucho más clara que su jefe de filas el pasado domingo, que "si para llegar al Gobierno hay que hacer ministro a Jorge Buxadé - eurodiputado y presidente de Vox- ese no es nuestro modelo". Es Abascal el que debe decidir "si facilita la investidura" de Feijóo o contribuye a la continuidad de Sánchez unos meses más hasta poner en marcha el mecanismo automático de disolución de las Cámaras y convocatoria de las elecciones, todo ello en caso de un escenario en que ambas formaciones, junto a otras menores como UPN y Coalición Canaria, sumaran la mayoría absoluta.

"Lo anómalo es un gobierno de coalición" insisten en Génova para recordar todas las veces que los ministros de PSOE y Movimiento Sumar se han enfrentado y descalificado públicamente "y eso se tiene que acabar". ¿Significa que Vox queda como un mero espectador? En absoluto. La intención es, "sin duda, hablar con Vox y Buxadé sobre cuestiones de política nacional y de Estado" —hay que destacar que pese a las apreciaciones del PP, la vicesecretaria de Acción de Gobierno es Montse Lluís—.

Ante la primera reacción de este partido, criticando que "se están repartiendo los sillones, están hablando de gobiernos cuando no tienen absolutamente nada, cuando no han sido ni siquiera capaces de presentar una moción de censura", según ha dicho su portavoz nacional José Antonio Fúster, desde el PP replican: "No tenemos nada, pero sí tenemos claro lo que no haremos para conseguirlo. No estamos para paripés".

Vox votó a favor de la investidura de Feijóo en septiembre de 2023 "a cambio de nada". Lo hizo a sabiendas de que no tenía los apoyos necesarios

Sin querer desvelar si esta cuestión fue tratada en la reunión que Feijóo y Abascal mantuvieron el pasado 25 de junio en el despacho que el primero tiene en el Congreso de los Diputados, recuerdan los mismos medios consultados que Vox votó a favor de la investidura del gallego en septiembre de 2023 "a cambio de nada". Bien es cierto que se sabía de antemano que esa era una votación condenada al fracaso. Queda por ver si tras las próximas elecciones generales, aún sin fecha, suman una mayoría suficiente para sacar a Sánchez del Palacio de la Moncloa.

Los populares españoles copian el modelo del partido conservador portugués, cuyo primer ministro, Luís Montenegro, acudió al congreso del PP. Él también se comprometió en campaña a no pactar con la ultraderecha de Chega y luchar por alcanzar la mayoría absoluta. No llegó a ese resultado a pesar de ganar los comicios, pero sí ha conformado un gobierno monocolor, incluso con una ultraderecha muy crecida hasta ser la segunda fuerza política del país vecino por delante de los socialistas.

Además, con esta nueva estrategia, Génova busca quitar una baza discursiva al PSOE cuando alerta del riesgo de un gobierno PP-Vox. De cumplirse lo comprometido, Abascal no sería vicepresidente, pero lo cierto es que sí podría poner un precio a su apoyo o a su mera abstención en una segunda vuelta de un debate de investidura.

Vox ve al PP de farol para "persuadir" el voto de la derecha

Preguntadas fuentes de la dirección nacional de Vox, éstas niegan comprar el marco de Feijóo. Insisten que en este momento, en el que ni si quiera se plantea una moción de censura para que caiga Sánchez no puede hablarse de futuribles, de qué pasará tras unas generales que "dependen solo" del socialista. Si ya hace unas semanas los de Abascal criticaban en conversaciones con El Independiente que Feijóo apostase de nuevo por la estrategia del 'voto útil', tras las declaraciones de Tellado insisten en la senda marcada por Fúster.

"Es un gigantesco error vender la piel del oso o ponerse a repartir ministros de un Gobierno inexistentes. Eso le pasó al PP el 23-J y no ha aprendido nada. Nosotros sí hemos aprendido mucho". "Nos negamos a hablar de esto hasta que no haya elecciones generales", se muestran tajantes desde Bambú. Insisten en "no fantasear" con los testeos de Génova. A nivel electoralista, se promociona que hay un interés de gran coalición a la alemana entre PP y PSOE. Algo que ninguna de esas dos fuerzas han pronunciado.

Otras fuentes de la primera línea del partido van más allá y sí entran a valorar en detalle el pronunciamiento de Feijóo y Tellado. Para ellas esta es "la típica estrategia preelectoral del PP". Ahora se dedica a "decir que solo gobernará en solitario para persuadir al elector de centroderecha que sí vota a Vox". Con ello, creen los de Abascal, lleva a pensar a los que no le votan que "lo más seguro es votar al PP para que pueda lograr una mayoría absoluta". "Esto no es nuevo, lo hemos visto numerosas veces ya. También hemos visto lo que sucede a continuación", declaran desde Vox: la estrategia no funciona a Feijóo, "Vox se mantiene firme o sigue subiendo" y "al PP le toca comerse sus palabras".

Vox opina que Feijóo quiere persuadir a sus electores. Estiman que no le va a salir bien. Pone el ejemplo de sus barones autonómicos: cinco acabaron gobernando en coalición en 2023

Hay que matizar que en las últimas generales, esa campaña del popular llevó a Vox a bajar de 52 a 33 escaños. Sí perdió representación frente a un PP que creció hasta los 137 diputados. En Vox, igualmente, alertan del peligro de estas campañas por el valor del voto. Anteriormente se recordó que Abascal quedó en las últimas generales a punto de ganar escaño en varias provincias por unos cuantos miles de votos que absorbió el PP sin que eso repercutiese más o menos en su representación. Insisten en que sin esa campaña de "agresión" de Génova podrían haberse conseguido los cuatro votos necesarios que ahora faltan para una mayoría absoluta de la derecha.

Ante las declaraciones del PP, en Vox ponen ejemplo de las palabras que en 2023, tras las elecciones autonómicas, hacían barones como Carlos Mazón. Éste pidió un gran apoyo para gobernar en solitario, y "al final fue el primero" que tuvo que asumir una coalición con Vox. Baleares fue la excepción de cinco territorios y más de un centenar de ayuntamientos. Dentro de esos futuribles, preguntados por las carteras que reclamarían, niegan hacer quinielas. Cultura siempre está sobre la mesa. Otras como Política Territorial dudan que el PP quiera cederla. Pero insisten, aunque hay disposición a entrar en una coalición como se ha hecho en las autonomías, ahora "no toca" hablar de ello.