Se cumplió el guion. La investidura de Alberto Núñez Feijóo resultó fallida, en primera vuelta, al cosechar 172 votos a favor frente a 178 en contra. En una votación nominal, pública y por llamamiento, con poco o ningún margen a la equivocación, se confirmó un escrutinio que prácticamente no se ha movido desde el 23-J y que volverá a reproducirse dentro de 48 horas, el próximo viernes. Feijóo sumó a sus 137 escaños los 33 de Vox y los dos que aportan Unión del Pueblo Navarro y Coalición Canaria. El resto de la Cámara (PSOE, Sumar, ERC, Bildu, PNV, BNG y Junts) votó en bloque contra dicha investidura.

Y aunque se vuelve a votar el viernes, es a partir de este miércoles, 27 de septiembre, cuando se pone en marcha lo que Sánchez definió en 2016 como "el reloj de la democracia" esto es, el plazo de dos meses, hasta el 27 de noviembre, antes de ir a una convocatoria automática de elecciones el 14 de enero del próximo año. No pasará si se cumple otro guion, esta vez el de Sánchez, que tendría prácticamente culminado el acuerdo sobre la amnistía, si atendemos a las palabras de ERC, y a las del del jefe del Ejecutivo en funciones, cuando dijo que sería "coherente" con su trayectoria y lamentó la "judicialización" del proceso soberanista catalán de 2017.

Este debate de investidura le sirvió a Feijóo, en todo caso, para reforzar su liderazgo interno y transmitir la idea de que existe una alternativa de gobierno a la de Sánchez y sus pactos a varias bandas, incluido un Gabinete de coalición, esta vez con Sumar, lo que parece un socio algo más previsible que Unidas Podemos.

Tras el viernes el PP seguirá "trabajando por nuestro país" tras un debate que ha acreditado "quién ha ganado las elecciones y quién se ha quedado por cuatro votos de la mayoría absoluta", valoró Feijóo tras las votaciones. Asimismo, aseguró sentirse "satisfecho sinceramente" con su intervención de estos dos días.

Votación nominal

La anécdota de la votación la protagonizó Herminio Sancho, diputado socialista por Teruel. La secretaria segunda, la también socialista Isaura Leal, le reclamó el sentido de su voto. Él se levantó de su escaño y dijo "sí". Leal reprodujo primero ese "sí", pero enseguida reparó en que su compañero se había equivocado. "No… ¿perdón?", le repreguntó. Sancho entonces se dio cuenta del error, también advertido por su compañero de escaño, a su derecha, el sevillano Paco Salazar. Y fue entonces cuando ya votó bien. "No", ratificó. Las cámaras de televisión pudieron captar su agobio. Había errado, pero pudo ser subsanado el patinazo. Gracias, claro, a que esta era una votación pública y por llamamiento.

Lo del próximo viernes será un minidebate, con la actuación estelar, de nuevo, del diputado socialista Óscar Puente, y un resultado más que previsible. En el pleno, convocado a las 12.15 —la votación en ningún caso será antes de las 13.22, o sea, no antes de que se cumplan las 48 horas desde la primera ronda de este miércoles—, el líder del PP volverá a pedir al confianza de la Cámara, aunque el contador sigue parado en el 172 frente al 178. Es a partir de ese momento cuando le toca a Sánchez mover ficha.