Si aplaudió hasta Cayetana Álvarez de Toledo es que la cosa no le fue nada mal al líder del PP, bromeaban algunos de sus compañeros de escaño. Pero lo cierto es que esta sesión de investidura, por mucho que esté condenada al fracaso y el panel del Congreso arroje hoy un resultado de 172 votos a favor frente a 178 en contra -salvo algún error- ha dejado buen sabor de boca a una bancada y a unas baronías que ven reforzado el liderazgo de su presidente nacional.

Es cierto que Feijóo se había preparado tanto para el cuerpo a cuerpo con Pedro Sánchez, primero, y con Yolanda Díaz, después, y fue el primer sorprendido por la intervención de Óscar Puente "y quién no. Pensaba que saldría el presidente del Gobierno y que era una estrategia de despiste, pero no", confesó a los periodistas al término de la jornada. Que contaba con Sánchez y Díaz lo demuestran las alusiones de muchas de sus réplicas. De hecho, recordaban en el PP, los dos socios de Gobierno sí intervinieron en la moción de censura encabezada por Ramón Tamames, promovida por Vox. Pero la decisión socialista de "rebajar" el debate y con ello, al propio Feijóo, además de ahorrarle al jefe del Ejecutivo en funciones explicaciones sobre la amnistía, subvirtió la importancia e institucionalidad de la cita.

La escenificación de ayer estaba diseñada para transmitir una imagen de cohesión

A pesar del contratiempo, el líder del PP y aspirante a la presidencia del Gobierno se reforzó ante los suyos, en una formación política que vivió hace año y medio un proceso traumático y necesita ahora de certezas y de estabilidad, independientemente de que algunas de sus estrategias no hayan sido comprendidas en las últimas semanas. También necesitaba sacudirse el estado de postración de las elecciones del 23-J cuando las urnas les negaron la posibilidad de gobernar tras una recta final de campaña que se les atragantó. El proceso comenzó este domingo en la manifestación contra la amnistía y tenía su continuación en el debate de hoy. Génova está a la espera de acontecimientos. Creen que se entra en una etapa de incertidumbre de la que no se ha dicho la última palabra y puede abrir una ventana de oportunidad a su líder, que no se cansa de decir que "ahora o pronto", llegará al Palacio de la Moncloa.

De hecho toda la escenificación de ayer estaba diseñada para transmitir una imagen de cohesión en torno al líder y de voluntad de no tirar, al menos por el momento, la toalla. Entró en el hemiciclo acompañado de sus diputados mientras que once presidentes autonómicos del PP siguieron su discurso desde la tribuna de invitados.

La izquierda agita el fantasma de Pablo Casado para augurarle el mismo destino

A juicio del andaluz Juan Manuel Moreno, su jefe de filas hizo "un discurso serio, muy institucional y ofreciendo pactos al PSOE", un PSOE, agregó en conversación con El Independiente, "que ha desaparecido tal y como le conocíamos" al elegir a un diputado de segunda fila para dar réplica al líder del PP rebajando la institucionalidad del momento. También la madrileña Isabel Díaz Ayuso puso el acento en la unidad de todos los barones en torno a Feijóo. Se trata de las dos baronías hacia las que se pone el foco cuando se habla de un escenario postfeijóo, argumento recurrente en los partidos de la izquierda.

De hecho, la portavoz de los comunes, Aina Vidal, le predijo, como antes Óscar Puente que "usted va a pasar por la suerte de Pablo Casado". Y agregó: "La bancada que le aplaudía entonces le aplaude hoy. Usted está sujetando la vela del señor Moreno Bonilla". Por su parte el socialista prefirió citar a Ayuso como la gran contrincante del gallego, al igual que Gabriel Rufián, que le advirtió, tal y como hiciera con el propio Casado, que tuviera "cuidado porque veremos a Ayuso dándole el mismo jarabe que ustedes le dieron a Casado. Les he visto aplaudir con las orejas, como hicieron con él".

Por su parte, para el murciano Fernando López Miras "no sólo hemos visto a la persona que ganó las elecciones generales, a quien el Rey encomendó presentarse a la investidura, sino que hemos visto al presidente que necesita España y los españoles”, dijo para agregar que “hoy Alberto Núñez Feijóo ha convencido a mucha gente de izquierdas y de derechas” porque “ha dicho lo que piensa la inmensa mayoría de los españoles que están fuera del Congreso de los Diputados”.

Álvarez de Toledo -que viene a ser el termómetro del sentir de un sector, no grande, pero muchas veces disconforme con Génova- no tuvo inconveniente en difundir por la mañana un vídeo en el que se la ve aplaudiendo las palabras de Feijóo sobre la defensa de España como una nación de "ciudadanos libres e iguales". Y al término de una primera sesión maratoniana subía la apuesta: "Al final este aciago debate ha sido enormemente útil. Toda España sabe ya que, además de mentiroso, Sánchez es un cobarde. Que el PSOE ha mutado en una facción corrosiva y pendenciera. Y que hay una alternativa a la degradación y la amnistía. Enhorabuena, @NunezFeijoo".

Todo un gesto para una diputada que no oculta su opinión ni su costumbre de pensar por sí misma.