Ante 60.000 personas, según fuentes de la organización, y 40.000, para la Delegación del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo ha tenido su baño de masas en el mitin convocado en contra de la ley de amnistía que reclama Carles Puigdemont para dar sus siete votos a Pedro Sánchez. A dos días de su discurso del debate de investidura en el Congreso de los Diputados y consciente de que los números no le salen, ha afirmado que "ya sea un mitin, una manifestación, en el Congreso y en cualquier lugar, y ante cualquiera y costando lo que cueste, aunque sea la presidencia del Gobierno, defenderé que España es un conjunto de ciudadanos libres e iguales. Nos cueste lo que nos cueste", ha incidido.

Lo que hace el Gobierno y su socios "solo tiene un nombre: indignidad; un cómplice, el PSOE actual, y solo un responsable, aquel que está en el Palacio de la Moncloa tras perder las elecciones. Es falso que el independentismo sea decisivo en al gobernabilidad, es una falacia socialista más". En definitiva, dice, la intención de Sánchez de abrir una vía que satisfaga al prófugo Puigdemont, indultando a los imputados por el proceso soberanista, entre los que se encuentra el vecino de Waterloo, es "un fraude agravado por la misma persona". "Lo que no votó ningún español, al menos el 94 por ciento de los españoles, fue un cambio en el régimen constitucional. Eso no se votó, eso es un fraude agravado y reiterado por la misma persona", ha insistido.

Génova asegura que ha sido el acto político más multitudinario desde el mitin en Mestalla de Aznar en 1996

En el que consideran el acto político más multitudinario, -incluso superando el mitin electoral de Aznar en el estadio del Mestalla, Valencia, en 1996- ha hecho un agradecimiento muy aplaudido a Vox, a UPN y a Coalición Canaria por sumar sus votos a la investidura y una apelación a aquellos socialistas que se han posicionado contra la amnistía, como Felipe González y Alfonso Guerra, pero también otros como Ramón Jáuregui, Joaquín Almunia, Juan José Laborda u Odón Elorza. A continuación ha negado que el autoproclamado bloque de progreso sea "ni progresista, ni socialista".

A su juicio, defender "privilegios en beneficio político no es progresismo, sino elitismo. No somos tontos, no tragamos con esto". En este punto ha defendido a sus antecesores, esto es, José María Aznar y Mariano Rajoy, que le han precedido en el uso de la palabra, para reivindicar que "hay partidos que consideran a sus expresidentes dinosaurios. Para nosotros Rajoy y Aznar son la memoria de la mejor España", lo que ha arrancado una ovación entre los suyos.

Feijóo ha dicho deberse sólo al conjunto de los ciudadanos: "Yo lo tengo muy claro. Me debo al conjunto de españoles que conviven en nuestro país. Pasaré o no por la Presidencia del Gobierno, ahora o pronto. Pero en lo que a mí respecta lo que quedará para España será libertad, igualdad y dignidad" y poco antes ha lanzado que "allá él cómo quiere ser recordado en la historia de nuestro país", en alusión a Pedro Sánchez.

Ayuso crea un nuevo lema: "De ninguna manera"

Por su parte, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha levantado el ánimo de los miles de personas convocadas en al plaza de Felipe II y acuñado hasta un nuevo e imprevisto lema: "De ninguna manera". En un rosario de críticas contra la intención de Pedro Sánchez de "desjudicializar" un "conflicto" que nunca, a su juicio, debió llegar a los tribunales, en un claro giro de estrategia tras el 23-J, Ayuso se ha despachado a gusto.

Así, tras acusar a los socialistas de pretender "beneficiar a aquellos que dieron un golpe de Estado contra la convivencia y el Estado de Derecho, de ninguna manera". Decir "amnistía es decir que España es opresora, que en Cataluña hay un conflicto y no un proyecto totalitarista, de ninguna manera". "Destinar 450.000 millones para pagar a los que nos insultan y nos deprecian por ser españoles, de ninguna manera. Si Sánchez se deja humillar, allá él, pero de ninguna manera", ha ido repitiendo con el eco de las voces de los miles de asistentes.

A su juicio, el presidente del Gobierno en funciones pretende "premiar a los traidores. Quieren terminar con la España alegre y vital. Nuestra unión es su derrota. No vamos a dejar que ahora nos ganen, de ninguna manera".

Especialmente dolido se ha mostrado el ex jefe del Ejecutivo Mariano Rajoy, bajo cuya presidencia se produjeron los acontecimientos del referéndum ilegal del 1-O , la declaración unilateral de independencia y la intervención de la Generalitat catalana en aplicación del artículo 155 de la Constitución, a su juicio, determinante para parar la asonada secesionista. La amnistía "es inaceptable. Supondría que tendrían razón los que dieron un golpe frente a los honrados ciudadanos cumplidores de la ley".

La amnistía, ha agregado, "es moralmente inaceptable" y supone decir que "los que defendimos la Constitución, las leyes y la democracia no teníamos razón; decir a los jueces y fiscales y fuerzas de seguridad que la Constitución que defendieron no merecía dicha defensa y que conspirar es legítimo". Y ahora el Estado de Derecho, ha lamentado, "depende de las necesidades del gobierno de turno."

Por su parte, José María Aznar, ha apelado a la oposición cívica. "El silencio no es una opción responsable. Sean cuales sean sus ideas, los ciudadanos deben hacer oír su voz". También ha vaticinado que "la historia que se escriba no va ser benévola" no sólo con los independentistas, sino tampoco con los socialistas ni con los que callan, todo ello entre gritos de "Puigdemont a prisión".

Demostración de fuerza

Doscientos autobuses de toda España según la organización del evento, además de la fortísima movilización del PP madrileño, tenían como objetivo hacer una demostración de fuerza apenas dos días antes del discurso de investidura que Alberto Núñez Feijóo pronunciará este martes a las 12 de la mañana en el Congreso de los Diputados. Con la presencia de José María Aznar y Mariano Rajoy, de todos los presidentes autonómicos populares y con el papel también estelar de Isabel Díaz Ayuso, cuya intervención no estaba prevista en principio siquiera como anfitriona de la cita, el líder popular se ha dado el baño de masas que no cosneguirá en la Cámara Baja, donde sigue congelado en los 172 votos, ni uno más.