La dirección del PSOE no va a entrar en el cuerpo a cuerpo con Felipe González y Alfonso Guerra. No irá a campo abierto contra ellos, ni les sancionará, ni mucho menos los expulsará, como sí hizo la semana pasada con otro histórico, Nicolás Redondo. Pero desde luego ni en Ferraz ni en buena parte de la dirigencia del partido han sentado bien sus aceradísimas críticas, las de los últimos días y las que vertieron juntos, al alimón, en el acto de presentación del libro del exvicepresidente del Gobierno La rosa y las espinas (La Esfera de los Libros), ayer miércoles en Madrid. "Desleales son los que no respetan las mayorías del partido", sentenció el secretario de Organización, Santos Cerdán, este jueves desde los pasillos del Congreso.

La respuesta del número tres del partido era suficientemente elocuente, pero no fue la única durante toda la jornada. En público y en privado. En el PSOE impactaron las palabras tanto de Guerra como de González la víspera, durísimos contra el presidente en funciones y contra la amnistía, una medida que consideran ambos "inconstitucional" y de la que el Gobierno aún no habla oficialmente aunque el camino hacia ella está ya allanándose. "No he sido desleal, no he sido disidente, más bien ha sido disidente el otro [Pedro Sánchez], que va cambiando", dijo el exvicepresidente.

Ábalos recuerda que González y Guerra deben respetarse primero a sí mismo y pensar a quién benefician sus palabras: a la derecha

"No podemos dejarnos chantajear por nadie y mucho menos por minorías en vías de extinción", completó el exjefe del Ejecutivo. "La paradoja que vivimos es que defendemos las posiciones del partido. Estamos apoyando al PSOE", siguió, ante un auditorio fervoroso y de elevada edad. Nadie de la dirección actual del partido ni del Gobierno estuvo presente en el acto. Sí acudieron los dos barones más distanciados de Ferraz, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page y Javier Lambán, exjefe del Ejecutivo aragonés y senador por designación autonómica.

Este jueves, Cerdán devolvió el golpe a Guerra al incidir en que quienes son "desleales" son "los que no respetan las mayorías del partido". El secretario de Organización recordó que en 2017 hubo una "decisión de los militantes", que eligieron democráticamente en primarias al líder del partido, decisión "refrendada" en el 40º Congreso Federal del PSOE, de octubre de 2021, así que "esa es la voluntad y la palabra del PSOE".

"Lo que puedan decir exdirigentes del PSOE los respetamos, pero no es la decisión del PSOE y, no como antes, ahora los militantes pueden elegir, por eso pasaremos a consultas cualquier formación de gobierno", defendió el número tres, informa Servimedia. Ahí intercalaba una crítica a la vieja guardia, por la mano de hierro que utilizaba entonces para que nadie se moviera en el PSOE y porque entonces sí que no había consultas a las bases. Cerdán no quiso entrar en la hipotética aprobación de la amnistía, hacia la que ya abrió camino Sánchez desde Nueva York ayer: se limitó a subrayar que el acto en el Ateneo de Madrid "fue una presentación de un libro de Alfonso Guerra que seguro que tendrá más éxito que las arengas que está alimentando".

Su predecesor en el cargo de secretario de Organización, el exministro José Luis Ábalos, verbalizó lo que muchos en el PSOE piensan sobre ellos, que es que tanto González como Guerra, y otros exdirigentes históricos, están dejándose utilizar por la derecha: "La opinión está muy bien, y que cada uno tenga una opinión, pero también hay que saber cuando conviene expresarla, en qué marco y a quién sirve. Cuando empecé a militar me dijeron muy claramente que lo que hay que pensar más allá de tener razón o no es quién se beneficia de cuanto dices y haces, y si el beneficio va para el adversario es evidente que no dejas bien a los tuyos", observó el extitular de Transportes.

Ábalos apuntó también a una crítica interna corriente a la vieja guardia, y es la falta de "lealtad", "sobre todo cuando uno ha tenido ya una vasta experiencia política y se ha venido caracterizando por la exigencia de esa lealtad en otros momentos". "Simplemente", concluyó el exministro, "basta con aplicarse lo mismo que hubiera pedido en otro momento y, por otra parte, creo que incluso respetarse a sí mismo y a un legado tan importante como el que representa". "Yo siempre respeto y admiro muchísimo a nuestros padres fundadores aunque no esté de acuerdo con ellos", terció Adriana Lastra, ex vicesecretaria general y diputada por Asturias. El presidente Sánchez llegó al Congreso recién regresado de Nueva York para la votación de la reforma del reglamento que permite el uso de las lenguas cooficiales, pero no hizo ninguna declaración a los medios.

"Está todo dicho ya"

En Ferraz, no obstante, no quieren "dar más bombo" a las palabras del expresidente y del exvicepresidente del Gobierno, durante décadas distanciados y ahora juntos contra Sánchez y la amnistía. "Está todo dicho ya", explican en el círculo más próximo al jefe del Ejecutivo en funciones, en el que aseguran que no habrá llamadas de aproximación hacia ambos. En la dirección insisten en que ya eran conscientes de que la presentación del libro de Guerra era "el momento estelar" para ambos y que necesitaban calentar motores.

La vicepresidenta, criticando falta de rigor político y jurídico, ¿ella? Le habrá dado tiempo entre una peluquería y otra a tener un ratito para estudiar"

ALFONSO GUERRA, EXVICEPRESIDENTE DEL GOBIERNO Y EX VICESECRETARIO GENERAL DEL PSOE

No habrá sanciones para ninguno de los dos, repiten. En el equipo de Sánchez subrayan que hay que distinguir entre "discrepancias puntuales", como la que ambos exdirigentes manifiestan ahora, a las críticas reiteradas "contra el propio partido" que dirigía Nicolás Redondo, razón por la que se le acabó expulsando. Recuerdan que ni González ni Guerra han hecho manifestaciones contra los intereses del partido ni han flirteado con otros partidos, como Redondo sí hizo con el PP. Igual que otro ex, Joaquín Leguina, expresidente de la Comunidad de Madrid, expulsado en diciembre de 2022 por pedir el voto para Isabel Díaz Ayuso un año antes.

Ya Sánchez dijo a los periodistas en Nueva York que las críticas de la vieja guardia no hacían mella ni en el electorado ni en las bases del partido. Sus palabras, dicen muchos en la formación, suenan ya de otro tiempo. "Antiguas", resumió el ministro de Cultura, Miquel Iceta. "Es un tema que nos resulta ajeno", indicaba en privado otro miembro del Gabinete.

"Tenemos la consigna de no entrar a valorar —señalaba un diputado del PSC—. Pero el hecho de que Guerra denigrara a Yolanda Díaz ayuda a enmarcar". A retratarles. Y es que el exvicepresidente tuvo que bregar este jueves con otro torrente añadido de críticas por su menosprecio a la vicepresidenta segunda. Cuando la periodista Susanna Griso, conductora de Espejo público (Antena 3), le preguntó por unas declaraciones en las que Díaz cargaba contra la falta de rigor político y jurídico de González sobre González, Guerra se lanzó contra ella: "La vicepresidenta, criticando falta de rigor político y jurídico, ¿ella? Le habrá dado tiempo entre una peluquería y otra a tener un ratito para estudiar". La periodista le recriminó entonces el comentario, pero el exvicepresidente no reculó: "Es la verdad, le dedica mucho tiempo. No tiene esencia ninguna".

De inmediato, Díaz recibió el apoyo de dirigentes del PSOE y de Sumar. Y también de Podemos, incluida la titular de Igualdad, Irene Montero: "No es novedoso que algunos hombres respetados, como Alfonso Guerra, tiren de machismo en modo [Luis] Rubiales para cuestionar a una mujer que hace política. Hoy le ha tocado a Yolanda Díaz. Es tan habitual como inaceptable. España ya ha cambiado, aunque no se hayan dado cuenta", escribió la ministra en X (antes Twitter).

"Es absolutamente detestable" que Guerra dijera eso sobre "una mujer en política", denunció la exvicepresidenta del Gobierno y exsecretaria de Igualdad del PSOE Carmen Calvo. Que se juzgue a las mujeres "por el pelo en vez de por las neuronas" es algo que Guerra "debiera hacerse mirar".

"Reducir la política a bromitas machistas es degradarla", aseguró en X la portavoz de Feminismo, Igualdad y Libertades LGTBI+ en Sumar, Elizabeth Duval. Para Ernest Urtasun, portavoz de Sumar, las palabras de Guerra son "lamentables": "Algunos están perdiendo completamente los papeles. Afortunadamente España es mucho mejor que su machismo".

Tampoco González se frenó con Díaz durante la presentación del libro en el Ateneo de Madrid: le reprochó que quiera dar lecciones a Alberto Núñez Feijóo cuando nunca ha ganado unas elecciones, que hable de distintos tipos de amnistía o que se reuniese con Carles Puigdemont en Bruselas, un acto que "no es digno" y que impide a quien lo hace representar a los ciudadanos, informa EFE.