La investidura de Alberto Núñez Feijóo no prosperará ni el miércoles ni el viernes en segunda vuelta, "pero tenemos la mayoría social y salimos claramente reforzados en nuestro liderazgo y como partido". Así al menos se consuelan los populares ante el enorme ejercicio movilizador de este domingo, a caballo entre un mitin y una manifestación, en contra de la ley de amnistía que estudia Moncloa para conseguir el apoyo de los siete diputados de Junts, tal y como vino a confirmar Pedro Sánchez desde Estados Unidos en su última comparecencia ante la prensa.

Dicha confesión aclaró el punto exacto en el que están las negociaciones con el prófugo Carles Puigdemont, después de meses aludiendo los socialistas a la "discreción" para soslayar lo que, por otro lado, tampoco estaban negando. Eso sin duda dio más fuerza al acto de ayer, una demostración de fuerza y de músculo que llenó no sólo la Plaza de Felipe II, sino también la confluencia de las principales calles de la zona como Alcalá, Goya o Conde de Peñalver.

El antecedente de Mestalla en 1996

"Hemos juntado más gente que en el acto de Mestalla de José María Aznar", presumían dirigentes nacionales del partido. Aludían al gran mitin de 1996 en el que el entonces aspirante a la presidencia del Gobierno, en competición con Felipe González, se propuso llenar un estadio de fútbol. Fue tal el alarde movilizador de entonces, que incluso acabó siendo considerado "contraproducente" pues desencadenó la activación del voto de la izquierda. Aznar ganó, pero sólo por 300.000 papeletas de ventaja. Fue lo que se llamó la "amarga victoria" frente a la "dulce derrota" de los socialistas.

Hace 27 años, en la campaña de las elecciones generales que tuvieron lugar en el mes de marzo, el PP valenciano "reventó" el antiguo campo de fútbol del Mestalla. Se le consideró uno de los mayores mítines de partido de la democracia, todavía imbatible... hasta ayer a decir de Génova. Entonces se calculó que Aznar reunió en el campo a más de 55.000 personas -el césped también se ocupó- y cerca de 15.00 e quedaron sin poder acceder al recinto.

La Delegación del Gobierno estimó ayer en 40.000 personas las asistentes al acto mientras que los organizadores elevaron esa cifra a 65.000. Lo cierto es que se desbordaron las primeras previsiones hasta el punto de que desistieron, contra la intención inicial, de alfombrar la Plaza de Felipe II de sillas para facilitar que más ciudadanos pudieran acceder a ese lugar. Aún así, las calles que pasan o desembocan en la zona se vieron saturadas. Todo gracias a un fortísimo esfuerzo del PP madrileño y cerca de 200 autobuses de toda España hablan.

Este acto no va a cambiar la aritmética del Congreso de los Diputados

Pero a pesar del enorme despliegue, este acto no va a cambiar la aritmética del Congreso de los Diputados y Feijóo sólo tiene 172 votos a favor frente a 178 que van a la contra en bloque. "No vamos a tener los votos suficientes para que salga adelante la investidura, pero tenemos la calle, los ciudadanos, la mayoría social" aducen adelantándose al que va a ser el intento frustrado de Núñez Feijóo por mucho que hayan apelado a la conciencia de aquellos diputados socialistas críticos que pueda haber en la bancada del PSOE.

El propio Pedro Sánchez aludió desde Barcelona al acto de Feijóo para acusar a los populares de no aceptar "el resultado de las urnas. La propuesta derogatoria de Feijoo y Abascal fracasó el 23-J y se van a abrir 4 años más en avances en convivencia y reformas". También de venir "de la policía patriótica y de obstaculizar a la justicia" a apelar "a la peor de las corrupciones que es el transfuguismo".

Feijóo terminará este lunes un discurso al que incorporó dos modificaciones significativas la semana pasada. Una, la confesión de Sánchez respecto a la amnistía tras defender que las actuaciones de los secesionistas en octubre de 2017 no deberían haberse "judicializado", y, dos, lo acontecido en el Congreso de los Diputados cuando se forzó el reglamento de la Cámara para imponer por la vía de los hechos el uso de las lenguas territoriales en todos los ámbitos de la actividad parlamentaria.

El PP no reunirá este lunes a su comité de dirección pues todo el equipo está centrado en dar los toques finales a la intervención de un debate que, al menos, pondrá en marcha el plazo de dos meses para que haya una investidura válida o se celebren elecciones generales de nuevo el 14 de enero del año que viene.