Últimamente no hay acto que dé inicio al curso judicial cada mes de septiembre que no esté marcado por alguna circunstancia más singular que la anterior. En 2022, el protagonista fue el entonces presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y Tribunal Supremo Carlos Lesmes que avanzó su intención de dimitir ante la incapacidad de los políticos de renovar un órgano que llevaba años caducado. En 2023, en los imponentes pasillos del salón del alto tribunal se escuchaba una nueva palabra con la que todos parecían enfadados: lawfare. En 2024, los focos se dirigieron hacia la primera mujer en la historia de la presidencia del Poder Judicial, Isabel Perelló, ante su primer discurso tras un pacto 'in extremis' de progresistas y conservadores. Y este año, todas las miradas estarán sobre la toga del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz.

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Este viernes 5 de septiembre se celebra el acto de apertura del año judicial y por primera vez el jefe del Ministerio Público está procesado por un delito de revelación de secretos. El malestar por la presencia de García Ortiz ante el Rey Felipe VI y ante los magistrados que, eventualmente, lo juzgarán es patente. Estos días previos, altos cargos judiciales están dejando clara su opinión: "Será un esperpento".

Desde el punto de vista legal, el fiscal general del Estado mantiene todas sus competencias y puede pronunciar el discurso en el que cada año resume la actividad del Ministerio Público, las preocupaciones, las estadísticas, etc. El procesamiento por revelación de secretos que el Supremo ha acordado contra él no implica por sí mismo la suspensión ni el cese, pero son muchas las voces dentro de la carrera que le han pedido que dimita para no perjudicar a la institución.

Su actuación el próximo viernes para algunos es el culmen de un proceder irresponsable al mantenerse en el cargo. "Aunque se mantiene intacta su presunción de inocencia, resulta innegable que la imagen de la institución se ve resentida cuando quien la encabeza se encuentra en esta situación procesal. Y precisamente el hecho de que pronuncie el discurso en tales condiciones acentúa aún más ese desgaste de la apariencia de imparcialidad y el daño a la institución", refleja un magistrado.

"Es algo insólito en cualquier estado de derecho", indica otro togado del alto tribunal. "Sólo la presencia del Rey y de la presidenta del Tribunal Supremo, así como la deferencia que a estos se les debe, impiden que los magistrados eviten o abandonen el acto", revela. Las voces consultadas indican que no es de recibo que una persona que ha sido señalada como presunto autor de un delito al filtrar información sobre el procedimiento judicial contra el novio de Isabel Díaz Ayuso pueda presidir un órgano constitucional que está llamado a promover la acción de la justicia en defensa de la legalidad. "Inaceptable", opina un segundo magistrado del Supremo.

"Desde la institucionalidad de su cargo se va a dirigir a todos los magistrados de la Sala de lo Penal y de la Sala de lo Contencioso-Administrativo, existiendo (como existen) indicios racionales de criminalidad contra él", aseveran. Para otras fuentes del CGPJ la situación es "bochornosa" y que todo ocurra con la Casa Real de por medio agrava aún más la delicadeza de la escena. "El cuadro va a ser lamentable".

"Se está tensionando la institución mucho más de lo razonable", dice también un miembro del Tribunal Constitucional. "No es de recibo que un señor sometido a un proceso pontifique sobre la persecución de la criminalidad ante el mismo tribunal que le tiene que juzgar, y encima en presencia del Rey", agrega.

Fuentes de la Fiscalía General aseguran que García Ortiz estará en el acto y encajará en el papel institucional "que siempre ha defendido". Él ha argumentado en varias ocasiones que sus razones para no dimitir pasan por la protección del resto de fiscales, para que ningún imputado pueda denunciarlos y apartarlos de sus cargos. Por su parte, el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, que también estará en el edificio de las Salesas, ha defendido en los últimos días a Ortiz: "Está en plenitud de sus facultades. Es muy conocida la posición que tiene nuestro Gobierno de apoyo al fiscal general del Estado, a la magnífica labor que está llevando en la persecución del delito y en contar la verdad".

El discurso de Perelló

Isabel Perelló, por su parte, dará su segundo discurso con la satisfacción de los deberes cumplidos. El pasado año, el Poder Judicial se comprometió a renovar todos los altos cargos que estaban caducados o vacantes después de tanto tiempo de bloqueo en el órgano y así ha sido. Antes de verano terminaron de completar la fotografía de la cúpula judicial con el nombramiento de los presidentes de la Sala de lo Penal y de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo, que eran los cargos más delicados.

Los jueces consultados han explicado que esperan de su discurso que "reafirme con contundencia" la independencia judicial como ya hizo en septiembre de 2024. "Sería deseable que trasladase la honda preocupación que existe en la carrera judicial en relación con la denominada Ley Bolaños, por el impacto que puede tener en dicha independencia", reflejan.

Este es otro de los puntos que, probablemente, pueda marcar las palabras de la presidenta después de que los jueces hayan ido a la tercera huelga en su historia. Otros son más descreídos: "No creo que Perelló se vaya a meter en esas honduras en su discurso. Al final supongo que hará lo mismo que haremos todos allí: poner cara de circunstancia y hablar lo menos posible con esas dos personas[García Ortiz y Bolaños]."

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