La baja de Lilith Verstrynge en el Congreso de los Diputados y del núcleo duro de Podemos el 26 de enero de 2024, donde ocupaba el cargo de secretaria de Organización -desde junio de 2021- generó sorpresa al darse poco después de la ruptura de los morados con Yolanda Díaz a finales de 2023. Meses después de las elecciones generales de julio. La hija del histórico dirigente de Alianza Popular, que pasó por una transición ideológica, por el PSOE hasta Podemos, Jorge Verstrynge, no apuntó a motivos concretos, aunque desde su entorno se achacaba posiblemente a problemas personales. Simplemente afirmó que las "despedidas son difíciles y tristes" y dio las gracias a la militancia por la confianza.

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"Lo fundamental es que te cuides y que estés bien. Podemos siempre será tu casa", le espetó Ione Belarra, secretaria general del partido y de la que Verstrynge ejerció de segunda, como secretaria de Estado en el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2023. Irene Montero, número dos de los morados, añadió: "La prioridad ahora eres tú. Te queremos y seguiremos caminando juntas". Tras esa separación de Sumar después de unas difíciles negociaciones, los de Belarra quedaron con cinco escaños en el Grupo Mixto, y la salida de la madrileña hizo correr las listas beneficiando a Sumar y dejando con un rostro menos a Podemos en el hemiciclo.

Las dudas de su marcha, finalmente, se despejaron este miércoles, algo más de un año y diez meses después. "Fui breve, pensando en todos aquellos que aún defendían el proyecto en el que ya no creía. Ingenuamente pensé que mi silencio los protegía. Lo vincula a un nuevo estadio de Podemos, con luchas internas e influencia de personalismos, alejados de los valores del principio.

La expolítica relata en un artículo publicado por la revista Equator que entre los motivos de su baja influyó el distanciamiento de los morados del diálogo. Lo titula Adiós a Podemos. "A partir de 2020, la principal experiencia de trabajar en Podemos fue la de un debate político cada vez más escaso y una creciente paranoia interna", explica Verstrynge. Coincidió con la entrada de Unidas Podemos al primer gobierno de coalición de la democracia.

Habíamos empezado a hablarle a fantasmas. La teoría de la conspiración se generalizó y culpábamos a periodistas y medios de comunicación

Ahonda en la cuestión explicando los cambios internos que experimentó desde entonces: "Habíamos empezado a hablarle a fantasmas". "La constante amenaza del fascismo y la búsqueda de enemigos internos convirtieron la política en un ejercicio de lealtad ciega", asegura. Por otro lado, indica que "la teoría de la conspiración se generalizó y culpábamos indiscriminadamente a periodistas y medios de comunicación, hasta el punto de afirmar abiertamente que era mejor tener votantes que no leyeran las noticias. Los medios ya no eran una herramienta, sino un enemigo", explica la exmorada de un partido que ha optado en los últimos años de construir su propio conglomerado de medios con Canal Red y Pablo Iglesias como matriz.

Critica el rechazo a Sánchez y la "omnisciencia" de Iglesias

Actualmente Verstrynge es docente de Relaciones Internacionales en el Instituto de Estudios Políticos de París. En el texto cuestiona la posición díscola de Podemos, ya fuera del Gobierno de coalición, contra el presidente Pedro Sánchez y el Ejecutivo. "Habíamos dejado de hablarle a la gente. En lugar de demostrar -a los electores- que aún podíamos hacer política decidimos votar en contra o amenazar" con hacerlo a "todo lo que sugiriese el Gobierno". Ese cambio de criterio, reprocha, no se explicó a los votantes.

En parte la exdiputada achaca esos cambios a la influencia externa de Iglesias. A un exlíder de Podemos mediatizado y de tránsito de tertulia a tertulia. Sus posiciones, a menudo "marcaban la agenda" de los de Belarra. Era "omnisciente en los chats grupales" del partido. Esa presencia "constante" de Iglesias marcó la alianza con Sumar. Verstrynge relata: "Decidió dar un discurso oponiéndose a la nueva alianza de Díaz y me preguntó si podía reunir a 40.000 personas, algo imposible. Entonces, quizá hubiéramos podido movilizar a 2.000 como mucho". "¿Cómo podía no entender que Podemos ya no era un partido capaz de reunir a 40.000 personas en ningún evento y menos en uno que tratase una nueva escisión en la izquierda?" lamenta la exsecretaria de Organización.

Lamenta que Podemos no creía en el asentamiento territorial y que algunos dirigentes propusieron suprimir las delegaciones para priorizar a diez líderes nacionales fuertes

Sobre ese deterioro de las siglas, la exparlamentaria comenta una experiencia personal como responsable territorial. Ya después de las generales de 2019, con el desgaste más que patente, con 35 escaños en coalición con IU y las confluencias, explica: "Después de asumir el cargo, un miembro de Podemos me sugirió disolver todas las delegaciones -autonómicas- para convertir el partido en uno con solo diez líderes nacionales fuertes. No era en absoluto viable. Me costaba entender que alguien tan influyente en Podemos lo respaldase, pero la actitud era la típica de un partido que no tenía interés en tener estructura. Verstrynge afirma que "a menudo" los líderes de Podemos tenían "otros intereses". Destaca los mediáticos de Iglesias. Y ahora la demanda de financiación para abrir un nuevo bar en Madrid, utilizando a sus votantes.

Verstrynge lamenta que el verdadero motor de la izquierda que dio pie a Podemos fueron los movimientos sociales. Pese a cuestionar los métodos de los partidos del sistema, cree que Podemos adquirió todos "los vicios antiguos" y no aportó "ninguna innovación organizativa relevante". Por ahora la exdirigente de Podemos prefiere seguir centrada en la docencia, lejos de la política.

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