Por lo que pueda pasar. Los socialistas valencianos siguen creyendo más factible un acuerdo de PP y Vox para investir a un nuevo president de la Generalitat que releve a Carlos Mazón, pero esa opción tampoco es segura al cien por cien porque en cualquier momento las negociaciones, que prevén duras por las exigencias de la ultraderecha, podrían descarrilar. Ese escenario incierto ha hecho que la cúpula de Diana Morant reaccione y empiece a hacer movimientos para reforzar su maquinaria electoral. El primero, una ruta por las comarcas para "pisar el territorio, hablar con la gente y trasladarle que hay futuro y alternativa a la infamia de Mazón". En una siguiente fase, y en función de cómo vayan desarrollándose las conversaciones de PP-Vox, se podrían agendar mítines entre la secretaria general del PSPV y el presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez. La consigna, que también lanzan desde la Moncloa, es que "hay que estar preparados".
Cuando Mazón compareció el lunes en la sede del Palau, pocos minutos de las 9 de la mañana, para anunciar su renuncia —no pronunció la palabra dimisión—, después de un fin de semana de ruido, desesperación y tensiones dentro del PP, en Ferraz y en el PSPV pensaron que la dirección de Alberto Núñez Feijóo tendría avanzadas las conversaciones con Vox para propiciar un relevo al frente del Consell más o menos rápido.
El líder de Vox afirma que esta vez serán "más firmes y mucho más exigente" con el PP porque están "acostumbrados" a que les engañe. "Nosotros nunca tememos unas elecciones", indica
Pero el paso de las horas y los días han mudado las percepciones. Porque, como destacan distintos dirigentes del PSPV y de Ferraz, el primer contacto exploratorio entre Feijóo y Santiago Abascal se produjo el martes, y ayer miércoles la ultraderecha designó a Ignacio Garriga como el interlocutor con el PP. El líder de Vox anticipaba también ayer, en una entrevista en La Vanguardia que se publicará el domingo en su integridad, que en su formación serán "más firmes y mucho más exigentes" porque ya están "acostumbrados a que el PP trate de engañarles". Pero Abascal también avisó de que no descartan las urnas: "Nosotros nunca tememos unas elecciones. Lo que tememos es defraudar a nuestros electores. En unas elecciones, se puede ganar o perder, y lo asumimos con absoluta deportividad. Lo que no seríamos capaces de asumir es convertirnos en estafadores de aquellos electores que han confiado en nosotros".
El PP, recuerdan en la dirección de Morant, "ni siquiera ha dado a conocer cuál es su candidato a la investidura", pero el nombre tiene que quedar propuesto antes del 19 de noviembre, cuando se agota el primer plazo. "Es que pensábamos que todo sería más rápido. Pero no tienen ni un nombre para la investidura y el PP tiene miedo de quemarlo", apunta un máximo responsable del PSPV. "Pero es que... ¿quién se lanza a esta aventura sin tener esto cerrado? Han tenido un año para pensar alternativas y para conversar con Vox", completa otra integrante de la cúpula.
¿Quién se lanza a esta aventura sin tener esto cerrado? Han tenido un año para pensar alternativas", indica una integrante de la cúpula
Los populares caminan un sendero plagado de incertidumbres. Para el 19 de noviembre tienen que tener lista su propuesta de candidato, y el debate de investidura se deberá celebrar entre el 24 y el 28. Con la primera votación, si es fallida, se abre un plazo de dos meses para elegir nuevo president. Si se consume ese tiempo sin alcanzar una investidura exitosa —esto es, a finales de enero—, se disolverán Les Corts y la Comunitat Valenciana se dirigirá hacia unas elecciones autonómicas que se celebrarían entre los 54 y los 60 días siguientes. Esto es, a finales de marzo.
Una posibilidad que barajan los socialistas es que Vox quiera estirar la cuerda y prefiera "dejar la herida abierta" hasta que pasen los comicios extremeños del 21 de diciembre. "Los de Abascal pensarán así que el enfermo [el PP] se va desangrando y ellos van ganando votos. Lo vemos eso más factible que una investidura viable en noviembre. Lo que es evidente es que el PP le interesa cerrar esto cuanto antes, que a Vox puede interesarle fortalecerse antes de las extremeñas y a nosotros ir a elecciones ya, en marzo", manifiesta un alto mando del PSPV.
Citación de Pérez Llorca aún sin fecha
Una compañera de la ejecutiva recuerda que se cruza también la instrucción que sigue la jueza de la dana, Nuria Ruiz Tobarra, que este miércoles citaba a declarar como testigos al síndic (portavoz) del PP en Les Corts, Juanfran Pérez Llorca —número dos del partido en la Comunitat y presumible sucesor de Mazón al frente de la Generalitat—, al dueño del restaurante El Ventorro, en el que el president comió con la periodista Maribel Vilaplana el día de la riada, y a varios miembros del equipo del jefe del Consell. Las citaciones aún no tienen fecha pero la de Pérez Llorca, que había sido pedida por los socialistas, puede producirse en pleno proceso de investidura... de sí mismo.
En realidad, como analiza un dirigente socialista valenciano muy veterano, Vox tiene por delante un cálculo complicado. De un lado, si prefiere investir a un candidato del PP, puede permitirse el lujo de poner el listón muy alto —ya adelanta dos condiciones: rechazo al Pacto Verde europeo y un no rotundo a la inmigración "masiva"—, de vender muy caro su apoyo. Pero si se siente tentado de ir a elecciones, porque podría aumentar significativamente su representación en Les Corts desde sus 13 escaños actuales, corre el riesgo de que se le visualice como el "responsable" del adelanto y de que incluso pueda sumar y gobernar la izquierda, decidida a reeditar su Pacte del Botànic. "Es que ellos quieren elecciones —analiza otra dirigente con mucha experiencia—. A ellos les da igual si suma o no la izquierda, porque ellos subirían un huevo. Yo creo que el PP les puede convencer al final, pero apretarán duro".
En la dirección del PSPV perciben un empate entre las derechas y las izquierdas. Apuntan que lo que se está produciendo es una recomposición dentro de los bloques, especialmente en el conservador
En el equipo de Morant creen que si se abren las urnas, tendrían la posibilidad de volver al Consell, el que dirigieron desde 2015 hasta 2023 con Ximo Puig como president. Pero saben que la pelea no es sencilla y que los bloques están empatados. La dirección del PSPV es consciente de que no logra rentabilizar prácticamente nada el hundimiento de Mazón, y lo achaca a la imposibilidad de trasvase entre los votantes de derechas y los de izquierdas. Es decir, que lo que se está produciendo es una recomposición dentro de los bloques, especialmente en el conservador —a favor de Vox y en detrimento del PP—, y algo en el progresista (que beneficia a Compromís), pero no entre los bloques. En Les Corts salidas de las autonómicas de mayo de 2023, los populares se hicieron con 40 asientos, por 13 de Vox, 31 del PSPV y 15 de Compromís.
"Podríamos ser la fuerza más votada por el naufragio del PP. También hay que ver qué pasa con Podemos, que en 2023 quedó fuera de la Cámara [obtuvo un 3,52% de los votos, lejos del 5% necesario]. Estamos en un empate técnico —indican desde el aparato del PSPV—. Además, las encuestas hablan de una participación del 70%, un porcentaje difícil de conseguir si las autonómicas se celebran por separado. Lógicamente, juega en nuestra contra el desgaste del Gobierno central. Pero lo que parece claro es que si el PP tuviera claro que ganaba en las urnas, como han ido vendiendo, irían directamente a elecciones, y no lo hacen porque es un riesgo para ellos". Los socialistas cuentan con una alta movilización de la izquierda precisamente como castigo a un Mazón que ha acabado yéndose por su achicharramiento político por su gestión de la dana.
La idea de la ejecutiva, con su ruta por las comarcas, es "pisar el territorio, hablar con la gente y trasladarle que hay futuro y alternativa a la infamia de Mazón" e insistir en comicios ya
Con esos elementos sobre la mesa, el PSPV anunció este miércoles la puesta en marcha de esa hoja de ruta por las comarcas para exigir elecciones ya, que es la apuesta que Morant puso sobre la mesa desde marzo y que ha repetido desde entonces. La decisión la trasladó el secretario de Organización autonómico, Vicent Mascarell, tras mantener una reunión de trabajo con el grupo parlamentario en Les Corts. El dirigente recalcó sus diputados que la dimisión del president es "solo el principio del camino", y solo con las urnas se podrá "pasar página de uno de los episodios más negros" de la historia valenciana. Los ciudadanos "tienen el derecho a decidir quién y cómo lidera la reconstrucción". Así, el partido lanza "una campaña de movilización con la que diputados y dirigentes socialistas recorrerán el territorio para insistir en la necesidad de convocar elecciones anticipadas".
Elecciones en todo caso no inminentes
"Nosotros no vamos a parar", subrayan desde el PSPV. La traducción es que el partido seguirá poniendo a punto la maquinaria electoral por si finalmente se abren las urnas en marzo. Por ahora, se tratará de un trabajo sobre todo en la federación, pilotado por la cúpula de Morant. "Nosotros estamos preparados desde el congreso que tuvimos [el pasado enero, que reafirmó a la ministra al frente del PSPV]. Al final, llevamos un año pidiendo elecciones", resume una integrante de la ejecutiva autonómica.
Por el momento, no está agendado un acto de Sánchez y Morant, que en todo caso llegaría más adelante porque ahora el PSOE, conceden en la federación valenciana, ha de centrarse en las elecciones extremeñas del 21 de diciembre
Por lo pronto, no se ha cerrado un acto de Sánchez y Morant que dé el pistoletazo de salida a la campaña. "Veremos si lo agendamos, pero en ese caso se hará más adelante —responden en el aparato—. Ahora mismo, Ferraz debe centrarse en Extremadura. Hay que tener en cuenta que, si finalmente nosotros vamos a elecciones, lo haremos para después de Fallas, por lo que estaremos unos cuatro meses parados. Es decir, que si hay urnas, no serán pronto. En cualquier caso, el control de lo que ocurra lo ha perdido el PP. Se hará lo que interese a Vox, que es quien manda". "Hay que estar preparados", coinciden en la Moncloa, donde confirman que Sánchez por ahora no aterrizará en el territorio: "Partido a partido".
No obstante, la opción que los socialistas perciben como más probable es la de acuerdo de investidura, aunque sea in extremis. Un miembro de la dirección, también alcalde, ve pacto "al 100%". "Harán el juego, pero será, a cambio de lo que sea. Aquí el PP dirá que sí a todo lo que le diga Vox", añade.
Los cargos ven más factible el acuerdo porque el PP rehúye las urnas y dirá "sí a todo lo que le diga Vox". En Ferraz recuerdan que para Abascal es un "riesgo" que se consolide un nuevo 'president'
"En realidad", completa un alto mando desde Ferraz, "todo es malo para ellos. Elecciones no ha dejado convocar Feijóo a Mazón porque seguro no les da para retener el Consell, ya que si no las hubieran convocado, y arrodillarse a Vox es pegarse un tiro en el pie, porque el precio de Vox... imagínatelo. Todavía no hemos vivido lo que va a pasar. Es que Abascal no puede tampoco dejar que se empodere como candidato un nuevo president, y un año medio de legislatura es mucho tiempo. Yo creo que lo que menos le conviene es seguir, porque es un riesgo para ellos que se consolide uno del PP hasta 2027. Al final, Vox sabe que le quita votos al PP y a nadie más. Todo depende de las encuestas que tengan".
Las dudas con Morant
Y si finalmente hay elecciones, bien en 2026 (anticipadas) o en mayo de 2027 (si se agota la legislatura), ¿la candidata será Morant con seguridad? En el PSPV la respuesta es un sí. Con completa seguridad. La ministra no acaba de entusiasmar, incluso los suyos reconocen que le falta tirón.
Pero en la federación, también el reducto crítico de parte de la cúpula provincial valenciana —la dirigida por Carlos Fernández Bielsa, alcalde de Mislata—, todos asumen que ella será la cabeza de cartel. Primero, porque fue reelegida a primeros de año como secretaria general. Dos, porque cuenta con el apoyo total y sin fisuras del presidente, de cuyo Gobierno forma parte desde julio de 2021. Y tres, porque se descarta por completo una pugna con Pilar Bernabé, delegada del Gobierno —ha sido y es el rostro de la gestión de la dana por parte del Ejecutivo central—, líder de los socialistas de Valencia capital, candidata a la alcaldía de la ciudad y secretaria federal de Igualdad del PSOE. "Ellas dos se llevan bien, en público y en privado", repiten varios dirigentes consultados.
La principal crítica hacia Morant es que no despega, que "no tira", que tiene una relación muy fría con los medios, que le falta empatía y no es muy conocida. Pero a su favor tiene el tándem con Pilar Bernabé. Ambas se complementan
Si hubiera algún tipo de cambio en la hoja de ruta, solo podría ser decidido por Sánchez porque, como cuenta un veterano, "no hay una pulsión real de crítica". A Morant se le achaca una relación muy fría con los medios —justo lo opuesto a su antecesor, el president Puig, periodista de profesión y muy cercano a los informadores—, falta de empatía y bajo conocimiento. Y, al continuar como ministra, no está a pie de obra, al contrario que Bernabé. "Pero ojo, porque Pilar se desgasta más que Diana. Quema más estar todo el día con la espada en la mano". razona un veterano. En el PSPV ha calado la tesis de que las dos dirigentes se necesitan y se complementan, y esa es una fortaleza, porque Bernabé podrá tirar del carro y obtener un buen resultado en Valencia capital, que aporta muchos votos para el conjunto de la Comunitat, y Morant puede así arañar sufragios del resto del territorio. El eslabón más débil es Alicante, justo donde más fuerte está el PP. Por eso en la cúpula defienden que, si hay elecciones, "hay partido".
"El problema aquí es que la gente no conoce a Diana —lamenta uno de los miembros del sector crítico de la provincia de Valencia—. Aquí la opinión es la misma: no conecta. Ni conectará. Es como cuando hay o no química. Y en estos tiempos eso hace más falta que nunca. Pero no prevemos cambios, salvo volantazo de Pedro, que no lo vemos. Lo triste es no tener posibilidades ni con lo que ha pasado. Diana tuvo la oportunidad de ponerse las botas y ganarse a la gente, y nada". Una dirigente con asiento en Madrid, en las Cortes Generales, sí observa que "cada vez hay más" cuestionamiento de Morant, más convicción de que "no tira".
El sector crítico, concentrado en la provincia de Valencia, considera que la ministra "no conecta ni conectará", que le falta "química" con la gente. Un veterano la disculpa: el PSPV siempre se halla "en la media de voto al PSOE" en toda España
Pero en la dirección minimizan esas dudas y reducen el frente crítico a Valencia, por las heridas que dejó la pugna entre la ministra y Fernández Bielsa en las primarias por el control de la provincia, que ganó el alcalde de Mislata por solo 21 papeletas. En opinión de un responsable muy respetado y con muchas antenas en toda la federación, el cuestionamiento es menor del que se percibe en los medios, y tiene menos sentido aún que Morant saliera ahora del Gobierno, porque perdería la visibilidad que ahora sí tiene, al lado del president en los actos públicos por su condición de ministra. "Hay que tener en cuenta que en la Comunidad Valenciana siempre estamos en la media de voto del PSOE en toda España, punto arriba, punto abajo —señala este dirigente—. Y tenemos que asumir que hay una parte de la población muy importante que está contra Sánchez. Para la derecha, el malo es él, el presidente. Capas templadas no hay, y Mazón ya está fuera". Si hay urnas, el PSPV cree que tiene opciones de recuperar el Consell y de poder firmar un Botànic III, pero también sabe que los números están justísimos y que, un año después de la dana, no ha reconquistado un terreno que podía presumirse fértil por el fiasco de Mazón.
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