El futuro del fiscal general del Estado se decidirá en las próximas semanas. Después de más de un año de instrucción y tras la celebración de un juicio marcado por versiones antagónicas, el destino de Álvaro García Ortiz queda en manos de siete magistrados del Tribunal Supremo.

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A lo largo de casi dos semanas, en la Sala de lo Penal del alto tribunal se han podido escuchar distintas versiones en contra y a favor de la inocencia del fiscal general. No obstante, las declaraciones de los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, y de la fiscal superior de Madrid han sido especialmente contundentes contra el máximo representante del Ministerio Público.

La fiscal Almudena Lastra fue la primera en apuntar en Sala directamente a su superior por la filtración del correo del abogado del novio de Isabel Díaz Ayuso. Como defendió durante la fase de instrucción, el pasado 3 de noviembre aseguró ante el Supremo que sabía que, en el momento en el que las comunicaciones del abogado Carlos Neira llegasen a manos de García Ortiz, éstas acabarían siendo filtradas. Así afirmó la testigo haberlo comunicado a la fiscal jefe provincial de Madrid, Pilar Rodríguez, durante la noche del 13 de marzo del 2024.

Al día siguiente, y con el 'email' de la defensa del empresario Alberto González Amador publicado en los medios, Lastra se dirigió a su superior para preguntar por las filtraciones. "Eso ahora no importa", respondió García Ortiz.

Crisis interna en la Fiscalía

Esta versión de lo que ocurrió la mañana del 14 de marzo de 2024 ha sido negada este miércoles por el propio fiscal general ante el alto tribunal. El acusado negó que Lastra se preocupase por la publicación en los medios de la comunicación por la que se le investiga, y ha asegurado no recordar las palabras que la fiscal aseguró haber pronunciado cuando hablaron por teléfono ese día.

La testigo también criticó la "urgencia" con la que se requirieron los correos electrónicos vinculados con la investigación a la pareja de la presidenta madrileña desde la Fiscalía General del Estado. Tal era el estado de nerviosismo y la necesidad de hacerse con las comunicaciones, como anotó la UCO en varios de sus informes, que el fiscal de delitos económicos Julián Salto tuvo que ausentarse de un partido de fútbol del que estaba disfrutando en el Wanda Metropolitano para atender a la petición de sus superiores.

El trasiego de comunicaciones entre los fiscales esa noche pone de manifiesto que desde la Fiscalía General era crucial abordar este tema cuanto antes. Al respecto, el jefe del Ministerio Público ha defendido que el único objetivo era "proteger la honorabilidad de la Fiscalía española".

Entre otras cosas, García Ortiz aprovechó para para criticar a la fiscal Lastra, de quien dijo que siente cierta "desafección" hacia él y su equipo. "Creo que se siente estancada laboralmente", llegó a afirmar.

Estas palabras ponen de manifiesto la existencia de una crisis interna en el seno de la institución. Durante la primera jornada del juicio, fue el fiscal Diego Villafañe quien aprovechó su declaración en el Supremo para poner en entredicho la versión de Lastra, sobre la que dijo que sentía "animadversión" hacia su superior.

Por su parte, la fiscal jefa de Madrid Pilar Rodríguez cerró filas en torno al número uno de la institución. Defendió a capa y espada la legitimidad de la dación de cuenta iniciada días antes para conocer todos los detalles del caso del novio de Ayuso y exoneró a su jefe de cualquier intento de filtración.

La declaración de los guardias civiles

Las declaraciones de los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que confeccionaron los informes decisivos de la causa también han sido lapidarias. Los investigadores citados este miércoles ante el Tribunal Supremo ratificaron que sus pesquisas ponen en el centro de la presunta filtración del correo del abogado del novio de Ayuso al fiscal general.

La testifical más relevante fue la del teniente coronel Antonio Balas, jefe del Departamento de Delincuencia Económica, que ha defendido el trabajo de la unidad de élite asegurando que no hacen "investigaciones prospectivas" y ratificando el informe en el que señalaron la "participación preeminente" del jefe del Ministerio Público en la filtración de información reservada sobre el empresario González Amador.

En concreto, los agentes se refieren al 'email' que su letrado Neira envió el 2 de febrero de 2024 a Salto, en el que se ofrecía a reconocer la comisión de dos delitos fiscales a cambio de llegar a un acuerdo. El teniente coronel ha situado la filtración del contenido de esta comunicación, publicada esa noche por la Cadena SER, en la Fiscalía General del Estado.

Balas ha explicado que todo lo que se filtró a partir de entonces estaba previamente en poder de la Fiscalía General y que nada de lo que apareció en la prensa era ajeno a la información que había recabado García Ortiz, que recibió los correos en su cuenta personal a las 21:59 de ese día. Los agentes de la UCO han expuesto que García Ortiz es la persona sobre la que tienen más indicios, resaltando el "dominio a todos los niveles" que tiene el fiscal general en la Fiscalía, una institución jerarquizada.

Tanto las comunicaciones para recabar los correos de la defensa del novio de Ayuso como las relativas a la difusión de la nota informativa en la mañana del 14 de marzo muestran, según la Benemérita, el "dominio" sobre la información del fiscal general.

Respecto del borrado de sus dispositivos, los agentes confirmaron que la eliminación del contenido de su teléfono se produjo el 16 de octubre de 2024 -el mismo día que el Supremo le imputó- y que cambió de terminal el día 23 de ese mismo mes. El móvil antiguo nunca fue devuelto.

El testimonio de García Ortiz

Tras dos semanas de juicio en las que Álvaro García Ortiz se ha convertido en espectador desde el estrado de las declaraciones de más de una treintena de testigos, este miércoles llegó su turno. Con semblante serio y escudado con su carpeta de apuntes bajó al banquillo de los acusados desprovisto de su toga para dirigirse al tribunal, proporcionando a los asistentes una imagen histórica e insólita en la historia de la democracia en España.

Tras optar por no contestar a las preguntas de las acusaciones, a las que acusó de ser "desleales" por haber ocultado información esencial en su denuncia inicial, ha defendido su inocencia y se ha desvinculado de haber filtrado los correos del abogado del novio de Ayuso.

Sobre el borrado de sus dispositivos, ha subrayado que esto responde a una práctica habitual por cuestiones de ciberseguridad desde que llegó a la Fiscalía General. Tras contestar a la última pregunta de la Abogacía del Estado, solicitó la venia al tribunal para hacer un último alegato, sirviéndose de las palabras que una persona que no conocía le dijo antes de entrar en la Sala de lo Penal: "La verdad no se filtra, la verdad se defiende".

Sea como fuera, la declaración del fiscal general no ha dejado indiferente a nadie. Ahora solo queda esperar el veredicto del tribunal que se espera que dicte sentencia antes de finales de año.

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