"Decimos lo mismo en Valencia que en el resto de España", afirma una fuente de Vox en la Comunidad Valenciana después de confirmarse y ejecutarse el voto favorable a la investidura de Juanfran Pérez Llorca para dar el relevo definitivo a Carlos Mazón al frente de la Generalitat valenciana. Con esta frase, que es recurrente, y viene siendo expresada por diversas figuras de la formación tanto en público como en privado, por el propio Santiago Abascal mitin tras mitin en Extremadura, los ultraconservadores dejan claro que las condiciones aceptadas por el PP en el territorio valenciano serán la base de negociación de futuras investiduras.

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Ya lo insinuó directamente Abascal en el pleno del 12 de noviembre en el Congreso al dirigirse directamente a Feijóo: "¿Cómo va a explicar que podamos llegar a acuerdos y luego asumir discursos diferentes". En Vox, por ello, quieren retar al PP o a asumir el mismo marco en todos los enclaves como precedente nacional, o bien retratarles por oportunismo según el momento para agitar el trasvase de voto más conservador. De momento, el horizonte está puesto en Extremadura, ahora en precampaña, pero también en Castilla y León y Andalucía.

En esos tres feudos los de Abascal saben que serán imprescindibles salvo sorpresa de los populares. Las encuestas que vienen lanzándose en las últimas semanas, públicas, así lo acreditan, aunque en la formación prefieren mantener cierta distancia con ellas, al entender que buscan, dicen, movilizar la opinión y no reflejarla. La extremeña María Guardiola (29-30) quedaría a tres o cuatro escaños de la mayoría (33). En Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, que pasaría de media de 31 a 35 escaños, seguiría necesitando los mismos 13 escaños que mantendría Vox pasado el 15 de marzo. Y en Andalucía, la absoluta de Juanma Moreno pende de un hilo. De sus 58 escaños actuales, ahora bordea el mínimo exigido (55).

Aún sin un pacto programático claro sobre la mesa para el relevo de Mazón, el discurso de Pérez Llorca este jueves para la investidura fue bastante sugerente con menciones explícitas al rechazo del pacto verde; a la disposición de entrar en guerra judicial con el Gobierno para ejecutar las obras hídricas necesarias para evitar nuevas danas -aunque hay división de los expertos- como diques y presas, desvíos de caudales, tanques de tormentas, materializar obras como la del Poyo, el Turia, la A-3, Cheste o Forata, entre otras; o con el rechazo de la inmigración ilegal, pidiendo un reforzamiento de fronteras, la devolución de los menores extranjeros no acompañados con sus familias en origen -para lo que hay una partida presupuestaria de dos millones de euros- o con la disposición de ir igualmente a los tribunales contra un ejecutivo que Vox dice que utiliza la inmigración para "castigar" a las comunidades que no son de su cuerda.

A última hora de la jornada, Vox trasladó los puntos que considera que son parte de esos compromisos del PP. En el ámbito climático, Vox añade que el PP "exigirá en Europa un marco realista, mediterráneo y productivo"; pedirá "eliminar o reformar todas aquellas cargas y tasas autonómicas derivadas del pacto verde" y hará "del campo valenciano un sector estratégico". En añadido, "defenderá la continuidad" de la actividad de la central nuclear de Cofrentes, "que nos garantiza el 45% de la energía que necesitamos".

Por otro lado, aseguran que habrá "cero ayudas a ONG", se harán "pruebas de edad" a los menores migrantes o se publicarán "datos reales de delincuencia desglosados por origen, con total transparencia". Y se "protegerán los valores culturales y de convivencia exigiendo que quien llegue respete la ley, la igualdad y la dignidad de la mujer", lo que puede asociarse a la prohibición del burka y el niqab que defiende Vox.

Se mantendrán en la misma posición que en Valencia de cara a nuevas investiduras y que es el PP quien deberá decir si quiere o no secundar la postura del PPCV

Explícitamente, fuentes de la dirección nacional de Vox, aseguran que no supone polémica alguna reclamar lo mismo en todas partes, dado que creen que es parte de la coherencia política de un partido. Creen que a diferencia de ellos, es el PP quien deberá hacer "equilibrios" entre su discurso y sus liderazgos, con lo que dicen en Valencia, en Génova y en el resto de territorios. Los ultraconservadores vienen señalando ya desde la etapa de convivencia con el PP en hasta cinco gobiernos autonómicos las diferencias entre el ámbito regional y con el nacional, con Génova. Sigue habiendo una distinción notable con lo que representa Alberto Núñez Feijóo y el resto de barones. En vista a esa competición electoral que viene, la más señalada es Guardiola, a la que ven como una copia territorial de Feijóo.

La relación con la líder extremeña en funciones no ha sido fácil. Fue la que más pegas puso a mediados de 2023 para ceder a la alianza con Vox, dándoles entrada en la Junta de Extremadura con la cartera de Gestión Forestal y Rural -que se desligó de Medio Ambiente-. La cuestiones de género y violencia machista fueron clave para esas reticencias. Pero la necesidad de no escalar en una guerra previa a las elecciones generales y que eso, además, afectara al resto de negociaciones territoriales, Génova ordenó a Guardiola claudicar. A diferencia de Castilla y León y Andalucía, es la única convocatoria, que abre el ciclo, que viene de un adelanto electoral.

Las tensiones con Vox no han hecho más que escalar tras la ruptura de julio de 2023. No se consiguió sacar adelante los presupuestos de este año, y en vistas a la imposibilidad de que prosperasen los de 2026, Guardiola apretó el botón electoral. Denunció el torpedeo de las conversaciones por parte con Vox, instando a aceptar cuestiones al margen del marco económico. Desde Vox no vieron compromiso por su parte desde el primer momento. Esa incompatibilidad llevó a la convocatoria y a querer damnificar a Vox ante el electorado conservador, aunque en las últimas semanas de precampaña, la debilidad del Gobierno y del PSOE, la situación judicial del candidato socialista, o los pronunciamientos sobre las nucleares, con Almaraz de fondo, han hecho priorizar el choque por la izquierda para arañar esos pocos escaños entre el votante decepcionado del PSOE.

En varias citas de precampaña, en Cáceres o Badajoz, entre otros, Abascal ha basado su estrategia en igualar las políticas del PSOE, de liderazgo histórico en la tierra, con las que quiere aplicar Guardiola, algo que se da a la vez que la popular arremete contra los socialistas. Se sobre entiende que tras el adelanto, las condiciones que pondrán sobre la mesa desde Vox para que Guardiola salga investida serán muy duras -igualmente lo será en Aragón si Jorge Azcón no consigue convencer a Vox y adelanta comicios, algo que está aún por ver-. A priori se despejan algunas demandas generales similares a las valencianas.

Exigencias equiparables para Guardiola

Como a Pérez Llorca, en unas hipotéticas negociaciones lideradas por Bambú, con Ignacio Garriga a la cabeza, frente a Guardiola, Vox pediría la misma contundencia contra la agenda climática, el rechazo de nuevos repartos de menores, rebajas fiscales -sobre todo en vivienda, agricultura y para las familias-, y reducción de las "subvenciones ideológicas". Sería ahondar en lo ya sugerido de cara a esos presupuestos fallidos, donde se exigió suprimir las ayudas a la cooperación internacional, a sindicatos y patronal, y a las políticas de igualdad y programas vinculados a la ideología de género. También la derogación de la ley LGTBI regional, Ello pondría en un brete a Guardiola, dada su posición en contra de la violencia machista. Estas últimas cuestiones se han omitido en Valencia, a priori.

Por otro lado, se añadiría la supresión de la ecotasa a la producción de energía nuclear. La protección de Cofrentes es equiparable a Almaraz. Pero, además, y adecuando el asunto a la realidad hidráulica de Extremadura, se exigirían infraestructuras necesarias y compromiso con pelear con el Gobierno. También con la defensa de un plan hidrológico nacional. Como ya publicó este medio, volver a entrar en los gobiernos no es una prioridad. Más en un momento de crecimiento electoral consecuente de la capacidad de oposición y de tirar del PP hasta sus máximos.

Día 1 post pacto valenciano

Aunque uno de los factores para desencallar el relevo valenciano ha sido precisamente evitar vacíos en la reconstrucción y abocar a unas elecciones autonómicas a la comunidad, con este desenlace tanto PP como Vox consiguen dejar espacio entre la investidura de Pérez Llorca y el inicio de la campaña electoral. Entonces, empezarán las hostilidades para intentar cambiar en lo posible la proyección en las encuestas. Sobre todo, con la crítica puesta a Génova y a Feijóo, que genera nula confianza a Vox. Lo dejó claro José María Llanos en Valencia, el síndic del partido.

Insisten en ello perfiles como el portavoz económico y diputado, José María Figaredo. Éste ya advirtió a los de Feijóo el miércoles que si quieren pactos con Vox tendrán que dar un giro de 180 grados en las políticas. Este pacto no cambia nada para ellos, seguirán en posiciones duras.

Este ciclo de comicios es esencial para empezar a definir el estado de fuerzas de PP y de Vox -así como del Gobierno de fondo-. Un buen resultado de los populares permitiría a Feijóo afrontar unas futuras generales con mayor seguridad externa e interna. De lo contrario, una subida importante de Vox obligaría a Génova a replantear su itinerario y posición después de haber cedido hueco a posturas más duras en inmigración, con su plan nacional, o frente a cuestiones climáticas.

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