La presidenta del PP de Extremadura y candidata de la formación en las últimas elecciones autonómicas tiene despejado el camino a la presidenta de la Junta. Tras anunciarse un pacto de coalición con Vox, María Guardiola y el candidato de los de Santiago Abascal, Ángel Pelayo Gordillo han rubricado el acuerdo y comparecido en rueda de prensa. Allí, la popular se ha justificado tras virar de una posición enrocada y de ruptura con los ultraconservadores tras unas negociaciones fallidas. Y es que Guardiola rechazaba avanzar hacia una alianza interna. "Hemos buscado lo que nos une (...) por encima de diferencias ideológicas y programáticas. Nos une más de lo que nos separa", arrancaba Guardiola. Y aclaraba: mi cambio de posición es fruto de un "profundo proceso de reflexión, muy libre". "Mi palabra no es tan importante como el futuro de los extremeños", ha dicho, señalando que el acuerdo es "sensato, de moderación y que no retrocede en derechos".

Guardiola ha hecho hincapié en este último concepto tras una semana de críticas desde el PSOE por su cambio de criterio [se comprometió en campaña a no dar entrada a Vox en el Ejecutivo], y frente a un Vox que ha insistido en que la violencia no tiene género, que es "algo ideológico". Sin embargo, ha reconocido que el acuerdo no trata explícitamente la violencia machista. "No aparece, pero sí el rechazo a cualquier discurso machista". La líder popular y próxima presidenta considera que las palabras lanzadas el día de la constitución de la Asamblea, en la que rechazaba dar entrada a un partido que "niega la violencia de género", "deshumaniza inmigrantes", o lanza "a la papelera los derechos LGTBI+ [por la lona desplegada en el barrio madrileño de Goya, ya retirada]", se debieron a un momento de "enfado importante y frustración". "Se ha utilizado de manera torticera por quien quiere enfrentar", ha asegurado en referencia al PSOE y la izquierda.

Pero Guardiola cree "preferible que me frustre yo" en lugar del "futuro de los extremeños". "No he mentido nunca, mis principios siguen siendo los mismos", ha dicho en su comparecencia con Gordillo a su lado, manteniendo la compostura. "No asumo los postulados de Vox, ni ellos los del PP; tienen a disposición el acuerdo", ha mencionado para salir del paso. Presentará en "los próximos días" su candidatura, y ha afeado a los socialistas el "ejercicio de soberbia" al haber designado a Guillermo Fernández-Vara para el trámite en lugar de esperar para "permitir el acuerdo".

Gordillo, en un segundo plano, ha destacado que se trata de "un día histórico" para Extremadura en el que "dos partidos con pulso reformista" dan pie a un "cambio de gobierno". Y ha destacado el interés en fomentar la inversión y los proyectos locales, así como una reforma fiscal "en profundidad". "Vamos a trabajar para todos los extremeños", ha sentenciado.

Gestión Forestal y Mundo Rural, en exclusiva

En menos de una semana de reactivación de las conversaciones entre PP y Vox en Extremadura, ambas formaciones han sellado un acuerdo que tendrá como moneda de cambio una única cartera: Gestión Forestal y Mundo Rural. Aún no se conoce quién será el futuro consejero o consejera, pero lo decidirá expresamente Vox previa consulta al PP. Es mucho menos que la última oferta del equipo negociador de Guardiola antes de que, el lunes 19 de junio, se rompiera el diálogo. Entonces, con la condición de no entrar en el Consejo de Gobierno, el PP sugirió la presidencia de la Asamblea, una secretaría de la Mesa, secretarías y direcciones generales en algunas consejerías y un acuerdo programático de quince puntos. Pero desde Madrid el vicepresidente primero y de Acción Política, Jorge Buxadé, lo rechazó. Querían cuota de poder.

Con este acuerdo, sin embargo, el PP se garantiza gestionar Agricultura, competencias que Vox, junto a Educación o Cultura, exigían con anterioridad. Así lo ha asegurado la propia Guardiola. "Las competencias de Vox serán la gestión forestal, los incendios, la infraestructura rural, así como la caza, la pesca o la tauromaquia. No entrarán en niveles de poder secundarios", como sí ha ocurrido, por ejemplo, en Baleares. Ahora bien, aparte de anunciar que habrá un órgano de control para comprobar que se cumple el acuerdo, el PP cederá a Vox el senador por designación autonómica que le corresponde. Asimismo, para 'corregir' su veto en la Mesa de las Cortes, una vez arrancado el mandato se procederá a "modificar el reglamento de la Asamblea para que todos los grupos tengan representación en la Mesa".

María Guardiola (PP) y Ángel Pelayo Gordillo (Vox), durante la rueda de prensa tras la firma del acuerdo. EP

El acuerdo programático de Extremadura estará compuesto de nueve bloques y 60 mediadas, y va en la línea con los pactos de Valencia o Baleares. "Están centradas en garantizar un gobierno del cambio que revierta las consecuencias de la inercia política del PSOE en los últimos años". Tendrán como prioridad a "las familias extremeñas, combatir el paro, la pobreza, la falta de oportunidades y la despoblación", adelantaban horas antes de la comparecencia desde Vox.

Agilidad en los tiempos

Mientras que se esperaba que el PP retrasara los plazos para no llegar a un acuerdo con Vox en plena campaña de elecciones generales, algo que desde el partido de Abascal se auguraba, Guardiola, instada por Génova, ha decidido presionar el acelerador y despejar el camino tras baleares y a ocho días de que de inicio oficialmente la nueva carrera de comicios. Quedan únicamente los escenarios de Aragón, medianamente hecho, y la Región de Murcia por despejar. Ahí, el PP tiene previsto ir en solitario a una investidura para ejercer presión a Vox, que ha dejado claro que su objetivo crucial, al no haber logrado presencia en la Mesa de la cámara, es entrar en el Ejecutivo. Y al igual que en Extremadura, se pedirían las competencias medioambientales, aunque en este caso fusionadas con Agricultura, tal y como adelantó El Independiente.

Desde que Guardiola rompió públicamente con Vox, desde Génova se empezó a meter presión, así como por parte de otros barones. Fue crucial el acto de investidura de Isabel Díaz Ayuso como presidenta de la Comunidad de Madrid. Allí, ella y otros dos líderes que ya han pactado con Vox, caso de Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y León y de Carlos Mazón en Valencia, le pidieron que reflexionara y rectificara. Fue más dura la exdirigente madrileña Esperanza Aguirre, muy vinculada ahora a Ayuso, que le dijo que, de no hacerlo, podría hacer mucho daño a Feijóo de cara a las generales.

Previamente a la comparecencia y la firma del pacto, Abascal ha "celebrado" que "se vaya imponiendo la sensatez" en el PP. "Ya dijimos en campaña que ni regalos ni chantajes. Solo medidas para comenzar el cambio de rumbo" y tener "presencia en los gobiernos para garantizarlo. Es un acuerdo razonable". Por su parte, desde el PP, el portavoz popular Borja Sémper escudaba a Guardiola negando que haya mentido o que vaya a negar la violencia machista. "El compromiso contra la violencia machista es irrenunciable, el ADN de nuestro partido", ha dicho en una entrevista la vicesecretaria de Políticas Sociales Carmen Fúnez, que ha negado, como Guardiola, que Génova haya intervenido en la negociación y ha restado importancia a la tendencia de pactos con Vox aludiendo a otras negociaciones territoriales como con el PNV en País Vasco o el PSC en Barcelona.

En un comunicado posterior, fuentes nacionales del PP han recalcado que el acuerdo de investidura vía coalición sí "incluye de manera expresa la violencia machista como un problema real que hay que erradicar en la sociedad extremeña". Los populares justifican la entrada por haber logrado la segunda plaza en las elecciones y reivindican su derecho a gobernar en solitario allí donde han ganado como lista más votada. Ponen el ejemplo de Murcia. En contraste y ante las críticas del PSOE, el PP insiste en que el pacto no supone "cesiones ideológicas y confirma otra forma de proceder" frente a Sánchez.