El nuevo fracaso del Gobierno con la senda de estabilidad sirvió al PP para hacer un juego de palabras de la situación en la que se autopercibe y al mismo tiempo en la que ve al Gobierno. A la salida del pleno de este jueves, el último del año que se alargó hasta las 18 horas por el cúmulo de votaciones incluidas, el presidente popular, Alberto Núñez Feijóo, afirmó que mientras su partido "no tiene techo" electoral en Extremadura -la senda de estabilidad incluye el techo de gasto que se puede producir en un ejercicio-, al Ejecutivo "el techo se les ha caído encima".

El PP se ve con capacidad de arañar votos extra en la semana que resta de campaña. Sobre todo, cuando el Gobierno suma "un escándalo tras otro" cada semana, y ahora con dos grandes focos de crisis que afrontan los socialistas: interno, con las denuncias por acoso sexual y el caso Salazar aún candentes, y externo, con nuevas novedades sobre presunta corrupción.

El primero preocupa seriamente dentro del PSOE. Por el "machismo" que se ha evidenciado, dicen cargos socialistas, pero también por la deslegitimación del discurso feminista que hace que se compliquen las elecciones. Especialmente para retener y atraer el voto de las mujeres. En el PP creen que parten con ventaja con María Guardiola como la primera presidenta extremeña y una propuesta de Gobierno repleta de presencia femenina.

Esto, sumado a las causas que investigan a José Luis Ábalos, Santos Cerdán o presuntos subalternos como Díez, por supuesta corrupción, dan alas a Génova. Internamente, voces socialistas acucian un serio desgaste en el PSOE. Se empieza a extender la idea de "fin de ciclo". Los populares aprietan con las nuevas detenciones por parte de la UCO, como la de la fontanera socialista o uno de los colaboradores de Cerdán, Antxón Alonso -quien habría mediado con PNV y EH Bildu para la moción censura de Sánchez en 2018-. Desde el Gobierno se marca distancias.

El PP se ve aventajado frente a un PSOE en el que empieza a aflorar el desánimo interno. Hay voces que ven un claro cambio de ciclo

De hecho, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, lo hizo respecto a Vicente Fernández, otro de los detenidos que fue su mano derecha en Andalucía y luego en la SEPI. Tras su salida en 2019, trabajó en Servinabar, la empresa de Alonso con la que Cerdán y parte de la 'trama Koldo' habría cobrado comisiones irregulares por obras públicas.

Para el PP el cúmulo de estos escándalos sumado a la situación precaria y frágil en el Parlamento, sin posibilidad de sacar adelante Presupuestos o leyes ambiciosas, en minoría sin Junts -aunque critican la falta de posicionamiento contra el Gobierno, favoreciendo unas elecciones con una moción, más allá de vetos y dialéctica-, deja apenas sin oxígeno al Gobierno.

El encarcelamiento de Ábalos, de hecho, ha marcado un antes y un después en Génova, que asume ya que "con este Gobierno no puede pactarse nada". Este escenario crítico lleva incluso al PP a no precipitarse para cumplir con la renovación de los cuatro magistrados del Tribunal Constitucional que concluyen mandato el 17 de diciembre. Alejan el diálogo con el Gobierno y el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, de hecho. Creen que no hay una situación normalizada e insisten en la convocatoria de generales para que España de paso a un Gobierno encabezado por Feijóo.

Feijóo y el PP, volcados en Extremadura

Con este clima, y con las encuestas de cara rozando Guardiola la mayoría absoluta a falta de entre uno y tres escaños aproximadamente para llegar a 33, el PP se lanza a Extremadura de cabeza. Explotarán la deslegitimación feminista de los socialistas, la corrupción y esa precariedad gubernamental para extrapolarlo a Extremadura. A ello se dedicará Feijóo, que aterriza este viernes de nuevo en la región una vez concluido el ciclo de sesiones en el Congreso. Pasado el mediodía Feijóo estará en Telarrubias (Badajoz) donde visitará una empresa de dulces. Se trasladará después a una comida-mitin en Puebla de Alcocer. El sábado ofrecerá un mitin con la candidata en Navalmoral de la Mata (Cáceres).

Sin embargo, una de las pretensiones del PP es hacer una campaña dual, con Feijóo en 'modo nacional' y Guardiola muy pegada a los problemas del territorio. Lo justo para no beneficiar a partidos como Vox, que buscan una nacionalización total. El interés del PP en insistir en el desprestigio de los socialistas persigue el deseo de desentenderse tras el 21D de Santiago Abascal y su formación. De rascar el mayor posible voto centrado que les permita gobernar sin sobresaltos cuatro años. Y de conseguirlo, el PP asentaría un duro golpe a Sánchez, que pasaría a perder otro bastión histórico a nivel de voto. En los comicios de 2023, el ya fallecido Guillermo Fernández Vara superó en votos a Guardiola pese a empatar a 28 escaños. Ahora difícilmente superarán los 24.

Los populares esperan que el deterioro del PSOE les permita ganar y gobernar sin las manos atadas en Extremadura

Para alentar el voto moderado al PP, tanto Guardiola como Feijóo no están dejando de lado el choque con Abascal y los suyos. Con notoriedad respecto a los temas de igualdad o feminismo. Una forma de que las mujeres indecisas con el PSOE se decidan por Guardiola para contener a Vox, ante la incapacidad de que Miguel Ángel Gallardo sea alternativa real con Unidas por Extremadura. Al socialista, además de esos escándalos por acoso extendidos dentro de todo el partido, le pesa su procesamiento por haber colocado presuntamente al hermano del presidente, David Sánchez, en la Diputación de Badajoz.

Guardiola, la semana pasada afirmó que Abascal desprende "tufo machista". Feijóo consideró que Vox desprende demasiada "testosterona" y que debe emplearla para otras cosas. Todo, tras apuntar Abascal que de negarse a las exigencias de Vox el PP, las mismas de la reciente investidura en Valencia, quizá Génova debería "cambiar de candidata". Cualquier movimiento que suponga sacrificios al PP y acorralamiento, si no hay mayoría, precipitará unas segundas elecciones. Vox, que quiere prosperar desconsolidando al PP. Intenta asemejar a Guardiola con la izquierda, por esos reproches. La ha llegado a definir como "la Irene Montero de Extremadura".

El PP va con todo. En vista al deterioro de relaciones entre Guardiola y Vox, todo lo que no sea lograr una posición de ventaja que presione a Abascal será duro de afrontar. Esperan que esa percepción y el riesgo de repetición pese entre el electorado para apoyarles.

El optimismo contagia a Aragón

Sin que no haya comunicado oficial, diversas fuentes del PP en Aragón ya dan por descontado que entre el viernes y el lunes habrá un pronunciamiento del presidente Jorge Azcón para convocar un anticipo de elecciones autonómicas el 8 de febrero. Previo aviso a Génova. Ven imposible un acuerdo con Vox para sacar los presupuestos regionales de 2026, el mismo motivo que llevó a Guardiola a apretar el botón electoral. Los de Abascal exigen extrapolar el pacto valenciano también allí, y Azcón se niega en banda, más allá de pequeños guiños. Fuentes próximas al popular denuncian que Vox insiste en mezclar "un debate económico, de partidas, con pura ideología".

El martes ya hubo una primera toma de contacto entre líderes aragoneses, después de que el sábado Azcón diese un ultimátum. Este viernes a las 11 horas vuelven a citarse en la sede de la Presidencia. Y salvo sorpresa, Azcón confirmará el distanciamiento con los ultraconservadores para dar ese paso y añadir una nueva cita al calendario. Antes de las de Castilla y León en marzo y con Andalucía pendiente de fecha.

La euforia electoral del PP también se aprecia en Aragón. Las encuestas más recientes acompañan: pese a que sube Vox, el descalabro del PSOE les da alas en el reparto de escaños y podrían incluso gobernar únicamente con las fuerzas regionalistas. Fuentes nacionales aseguran desconocer los movimientos en Aragón, pero se aprecia cierto electoralismo. El miércoles, antes de una reunión con Pilar Alegría, Azcón marcó perfil reprochándole la connivencia con Salazar, su reciente comida: "Será un placer detallarle que la lucha contra la violencia machista es una prioridad para mi Gobierno, con el objetivo de que casos como el de su amigo Francisco Salazar no queden impunes".

Según fuentes del Gobierno, a la espera de que Azcón comunique una decisión que ven prácticamente cerrada, no creen que la insistencia del PP vaya a deteriorar la candidatura de Alegría. Lo cierto es que a Sánchez, el movimiento, le genera una crisis de Gobierno, dado que Alegría tendrá que abandonar en enero el Gobierno para presentarse. Aunque admiten que es un duro golpe por la defensa del feminismo, esperan que el electorado ven de forma positiva los últimos movimientos del PSOE para solventar errores que son incontestables, dicen. En Extremadura, por la proximidad electoral, otras fuentes del partido auguran un desgaste considerable.