Subir a la octava planta del edificio en el que se aloja la firma Baker Mckenzie, en la céntrica calle José Ortega y Gasset del exclusivo barrio de Salamanca de Madrid, puede ser algo así como acceder a un despacho en uno de los rascacielos de la Quinta Avenida de Nueva York. Allí se concentran el talento, el conocimiento y los negocios de una de las firmas de abogados mejor valoradas a nivel mundial.

"Todo pasa por Chicago", resumen al unísono los tres socios penalistas en la capital. Jesús Santos, María Massó y Juan Pedro Cortés lideran el equipo de abogados de lo penal que se sitúa, según uno de los rankings evaluadores, entre los tres mejores de España.

Pero aceptar una defensa no es una tarea fácil y no precisamente porque no tengan candidatos. "Para admitir a un cliente en cualquier asesoramiento, no sólo de penal sino de lo que sea, tienes que pasar por un conflict check [evaluación del conflicto]. Introduces los datos del cliente, las partes implicadas y desde la oficina de Chicago hacen una consulta global y aparece un listado en el que te tienen que dar el semáforo en verde para poder permitir la entrada", explica Santos.

A él no es difícil verlo por la Audiencia Nacional. De hecho, fue fiscal allí y dejó el Ministerio Público después de 25 años para pasarse al lado de las togas que no lucen puñetas. Desde entonces ha defendido a rostros tan conocidos como el expresidente del BBVA Francisco González, el futbolista Neymar, el Partido Popular o la exministra del PP María Dolores de Cospedal. También se ha encargado del magnate ruso Michael Fridman, pero tuvo que dejar su defensa.

“En el momento en el que aparece un potencial conflicto, que no es otra cosa que otro abogado de cualquier lugar del globo haya prestado asesoramiento a ese cliente o haya sido contrario, nosotros tenemos un sistema automatizado de envío de correo electrónico al letrado explicándole la asunción de asesoramiento que queremos realizar para que nos dé en menos de 24 horas el okey inmediato para poder asumir ese asunto”, relata Juan Pedro Cortés, quien también se ha desenvuelto en casos tan mediáticos como 'Gürtel', los 'ERE' de Andalucía o la defensa de Cristiano Ronaldo.

Al estallar la guerra entre Rusia y Ucrania la firma adoptó una política muy rígida en el conflicto, cerró las dos oficinas que tenían en Moscú y San Petesburgo y dejó de dar servicio a todos los oligarcas rusos. Los letrados de las 74 oficinas que están repartidas por todo el mundo (en España hay una en Madrid y otra en Barcelona) están sometidos la supervisión Estados Unidos.

Por eso, hay clientes que saben de antemano que no pueden aceptar. Por ejemplo, cualquiera que aparezca en la black list [lista negra sobre el fraude] del Tesoro Americano o de la Unión Europea. "De la noche a la mañana, en 24 horas estás recibiendo un mensaje de la oficina de Chicago que debes cesar la relación profesional con tu cliente", señala Santos.

Por descontado, no pueden hacerse cargo de nada que tenga que ver con delitos de sangre, ni narcotráfico. Así, Baker Mckenzie se caracteriza por un extremo cuidado de la imagen y la calidad. "Tenemos un manual que, digamos, es como nuestro código de conducta. Pero es como una biblia", bromea María Massó. La tercera socia también está acostumbrada a trabajar con casos de gran complejidad bajo el foco de los medios de comunicación como el del comisario José Manuel Villarejo o la defensa del exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato.

Si un cliente aparece en las listas de fraude de Estados Unidos o la UE en 24 horas deben dejar su asesoramiento

"A veces es enormemente difícil que [a los jefes de EEUU] se coloquen en la realidad penal de España para explicarles por qué llevamos la defensa de un partido político", ejemplifica Santos. "En inglés", se ríen. "Invertimos mucho tiempo en estos procesos", reconoce Cortés. "Digamos que si por Baker hubiese sido no hubiéramos llevado la mayor parte de los temas así más mediáticos. Hay ese punto de conservadurismo", expresa Massó, pero añade que "una vez lo explicas bien en muchas ocasiones la razón ha caído de nuestra parte. Hemos conseguido que la firma nos deje llevar temas que otra marca internacional no nos habría dejado".

Trabajo gratis y de interés público

Con tanto veto los objetivos financieros podrían ser más difíciles, sin embargo el despacho es maleable y entiende las dinámicas de cada una de sus sedes. “Es una firma donde la rentabilidad es un objetivo, lógicamente como todas, pero si miramos los parámetros de otras firmas aquí prima el servicio al cliente”, cuenta Massó. “Una cosa que me encanta de Baker es que entienden la idiosincrasia de las distintas jurisdicciones. Si te vas a cualquier otro despacho internacional y les preguntas cuáles son los objetivos de horas facturables en Estados Unidos y en otra jurisdicción te van a decir 'todas las mismas'. Baker entiende que en España no es realista pedir a la gente que haga 1.900 horas facturables al año porque eso es tener una semana de vacaciones y trabajar todos los fines de semana”, añade.

“¿Por qué uno de los despachos [internacionales] con mayor rentabilidad en el mercado legal no tienen oficina en Madrid? Pues porque no van a tener la rentabilidad que exigen. El cliente español no es como el americano que asume unos fees [honorarios] altísimos y por horas. El cliente español está acostumbrado a presupuestos más bajos", explica la socia.

El cliente español no es como el americano que asume unos honorarios altísimos, sino que está acosumbrado a presupuestos más bajos

Los procedimientos en el área penal son muchos más lentos. Un caso que llegue a copar todas las instancias puede llegar a los 10 años. “30.000 escritos que presentar, juicios de 6 ò 7 meses como el de Bankia que duró un año... eso no hay quién lo pague. Baker al final como tiene esa vocación de querer acompañar a sus clientes en el mundo entero”, esgrime.  

De hecho, la marca les invita a tener una pequeña cuota de casos 'pro bonos', es decir, causas gratuitas para los clientes vinculadas a la defensa de algún interés público. La propia Massó está trabajando conjuntamente al equipo que formó Cremades Calvo Sotelo para auditar los abusos en la Iglesia. "He estado revisando los protocolos de prevención de acoso y de abuso a menores de todas las diócesis”, aclara ella que es especialista en Compliance. “Un trabajo ingente. Preguntando a expertos extranjeros, estableciendo los protocolos que va a ir en ese informe”, alaba Santos.

ADN internacional

Pero si tuvieran que definir el ADN de la firma, los penalistas lo tienen claro: Baker Mckenzie tiene despacho en prácticamente todos los países del mundo, es internacional “¿Eso qué implica? Implica agilidad, eficiencia a la hora de gestionar cliente, implica estándares de calidad homogéneos en todo el mundo, ser competitivo, que el formato de un proceso va a ser el mismo en todos los países y eso hace que los clientes vengan a nosotros”, relata Cortés.

Grandes multinacionales saben que tienen una persona en España que es capaz de coordinar un asunto en Tailandia

Con sedes en más de 40 jurisdicciones y a punto de abrir nuevos horizontes por ejemplo en India, explican que pueden dar una visión muy global en un entorno muy local. “Grandes multinacionales cuando necesitan un asesoramiento saben que tienen una persona de referencia en España que es capaz de coordinar un asunto en Tailandia sin ningún problema. Eso es lo que nos diferencia” , repone el socio más joven.

Y esta internacionalización la aplican también a su propia formación. Tienen por ejemplo programas de intercambios entre oficinas. "Es la experiencia que todos quieren. Venir a Baker para decir 'me voy un año a Chicago'. Esos movimientos tienen que tener un sentido estratégico para la oficina, hay sinergias que hay que cumplir, pero es verdad que se potencian muchísimo”, cuenta Massó. Así los vínculos se estrechan y las relaciones se engrasan para el trabajo de vuelta al país de origen.

También organizan reuniones de la firma por categorías en las que se juntan personas de distintas áreas pero del mismo rango y otros encuentros en los que se juntan los del mismo área. “Los socios, por ejemplo, nos vamos a ir ahora a Frankfurt tres días donde primero hay unas reuniones con clientes, luego tenemos sesiones de la firma, temas novedosos como la inteligencia artificial, cómo vamos a implementarla... y sobre todo relacionarnos, conocernos para no tener la sensación de que esto es sólo una oficina en Madrid”, explica Cortés.

La globalización llega igualmente a sus métodos. Las oficinas están continuamente buscando estar a la vanguardia en todos los asuntos para lo que crean grupos de trabajo sobre asuntos que puedan estar emergiendo en el mercado. "Tenemos un grupo sobre ciberataques en el que se va compartiendo información. Ahora con el tema de la Fiscalía Europea también hemos montado un grupo de trabajo para ver a quién le entra un asunto de la Fiscalía en alguna oficina, etc”, agrega el abogado. 

La carrera dentro del despacho

Para llegar donde están ellos, uno de los escalones más altos, hay que pasar por otros muchos peldaños. Actualmente, el equipo de penal de la firma cuenta con cuatro becarios, un máster de acceso, dos juniors, tres seniors, una directora de equipo y luego ya están estos tres socios. “Las carreras en los despachos sí que son un poco más similares. La idea es que cuando te incorporas sueles tener un contrato de prácticas (ahora es un contrato de máster de acceso), en un momento dado pasan a un trainee (que es un contrato de seis meses) y tienen que dar el salto a contrato indefinido. Cuando se da el salto a este contrato ya eres junior tres años, otros tres de senior y a partir de este momento hay un salto que es discrecional, que ya no es automático”, explica la socia.   

Ser socio es otro mundo: local, principal e internacional. "Socio internacional implica que eres administrador de la empresa. La relación es mercantil no es laboral. A partir de ahí ya puedes ser formar parte de comités de dirección, etc", cuentan. Entre Madrid y Barcelona hay 42 socios internacionales y locales.

Y para todo ello, pasan una evaluación en la que durante los meses estivales el edificio se convierte casi en un colegio en época de exámenes. “Desde la categoría más baja a la categoría más alta todos pasan por una evaluación enormemente rigurosa donde se analiza su actividad y sus resultados durante el año fiscal, facturación, la calidad de tu trabajo", cuenta Jesús Santos. Del resultado, se determina si el abogado progresa en la empresa, permanece en su categoría o dices adiós al puesto.

“Son objetivos que a lo mejor no tienes en mente porque van más allá del conocimiento legal, por ejemplo, qué haces en tu día a día para que tu entorno de trabajo sea más diverso y más inclusivo. Y eso se valora. Trabajo de responsabilidad social corporativa, trato personal, el trato con el equipo, si eres una persona diplomática, si eres agradable y educada…”, enumera Massó.

La puntuación va de uno al cinco. “Cinco es un unicornio, o eso nos intentan decir porque si no todos nos creemos cincos”, se ríe ella.  “Muy poca gente consigue el cinco”, aclara Santos. “La mayor parte es un tres, entendiendo que todo el mundo tiene cosas que mejorar, tiene objetivos”, explican. Y tu nota sólo la sabe el equipo directivo. "¿Y al día siguiente de esa evaluación de repente hay gente aquí con caras largas?": “sí, hay alguna situación problemática y todo coincide en el mes de más calor del año y de más cansancio”, refleja Santos.“Y en septiembre hay gente que no hay” bromean. Eso sí, en el área de Penal en el que trabajan confiesan que sus abogados son muy estables.