Esa masa de píxeles claros en la parte inferior izquierda de la imagen de la luna Europa es un géiser de vapor. El telescopio Hubble ha captado lo que la comunidad científica conoce como ‘plumas’ de agua emanando del interior de este satélite de Júpiter.

Estos chorros, que se elevan a más de 200 kilómetros de la superficie del satélite, probarían la existencia de un enorme océano bajo la capa de hielo que cubre Europa.

“Este descubrimiento es importante, sobre todo, para la NASA”, señala el astrónomo Javier Armentia, director del Planetario de Pamplona. “Es un momento crucial para la misión Clipper, que quiere mandar a Europa para investigar estas cosas”. Que haya un océano “es un buen escenario para buscar vida extraterrestre”.

El océano subterráneo de Europa tendría los elementos básicos para la química de la vida

Si el satélite carece atmósfera, estaría expuesto a las radiaciones del sol, incompatibles con la vida. Sin embargo, bajo la capa de hielo existiría protección, además de condiciones más favorables, similares a las de algunos lugares de la Tierra. Los cálculos teóricos otorgan a ese océano dos veces más oxígeno que hidrógeno.

Esquema geológico de la luna Europa

Esquema geológico de la luna Europa. E.I.

“Los astrobiólogos destacan que el agua líquida es un disolvente muy adecuado para la química orgánica. Además, descansa sobre el lecho rocoso del planeta. El océano tiene a mano todos los elementos (sales, silicio, etc.) para realizar una química como la del carbono, la de la vida”.

Estos ladrillos podrían ser similares a los que posibilitaron la aparición de vida en la Tierra hace más de 4.000 millones de años. Estos elementos también están en otra luna más pequeña, Encélado de Saturno.

El descubrimiento permitirá a la NASA investigar el satélite sin tener que perforarlo

La NASA se mostró entusiasmada este lunes con el descubrimiento que, no obstante, habrá de ser confirmado por un segundo equipo con otro instrumental. Para Geoff Yoder, responsable de misiones científicas de la agencia, “estas plumas nos permitirían tomar muestras del interior de otra manera” sin necesidad de perforar una capa de hielo de un espesor desconocido.

“La primera constatación de que esto pasa en Europa, en 2012, fue muy esperanzadora, pero había que confirmarlo”, recuerda Armentia. “No tenemos instrumentos capaces de hacerlo totalmente. El Hubble está trabajando al límite de sus posibilidades para captar este fenómeno, que además es transitorio”.

Sentencia Armentia: “No creo que nadie espere encontrar una célula que esté por ahí saliendo o una medusa que se escape por el géiser, pero sería apasionante”.