Hoy se ha anunciado un nuevo récord de teleportación cuántica. Científicos chinos han logrado teleportar una partícula 1203 kilometros desde un satélite hasta una estación en tierra. La anterior marca era de poco más de 100 kilómetros y sin salir al espacio. Paso a paso se está abriendo una nueva era de la comunicación, en la que la información será incorruptible y la velocidad de computación será extremadamente superior a la de los sistemas electrónicos actuales.

La teletransportación o teleportación nada tiene que ver con transportar instantáneamente a una persona de un lugar a otro, como muestran tradicionalmente las películas, las series y los libros de ciencia ficción. Es algo bastante más sutil y poco intuitivo. No se teletransportan objetos, se transfieren estados cuánticos.

Para que dos partículas se puedan teleportar han de estar entrelazadas cuánticamente. El entrelazamiento cuántico es un estado que definieron, de manera teórica, los físicos Albert Einstein, Boris Podolsky y Nathan Rosen en 1935 y que se lleva demostrando empíricamente desde los años 60. El entrelazamiento cuántico sucede cuando dos partículas forman un sistema indivisible. Lo que le ocurre a una influye en la otra. Se comportan como un mismo objeto. Da igual lo lejos que estén. A metros, kilómetros o años luz. Esta situación es tan alucinante que Einstein la describió como “una espeluznante acción a distancia”.

Láser para crear fotones entrelazados

Láser para crear fotones entrelazados ÖAW/Pichler

Para teletransportar una partícula los científicos las entrelazan en el laboratorio y las separan kilómetros. Luego identifican la información que tiene una y que la hace ser ella y no otra. Trasladan esta información a la otra partícula, que al reproducir esta información se transforma en aquella que los científicos han querido traer, en la partícula original, que a su vez desaparece. En definitiva, se transportan estados cuánticos entre dos partículas separadas por una gran distancia sin ningún medio físico que las una.

Con esta tecnología en plena investigación, los ingenieros se afanan en desarrollar una nueva generación de ordenadores cuánticos ultrapotentes cuyos sistemas no solo serán mucho más veloces, también serán imposibles de hackear; si un pirata informático intercepta uno de los fotones entrelazados, el otro lo sabrá.

Para llevar a cabo su experimento los científicos de la Academia China de Ciencias han utilizado el satélite Micius, llamado así en honor al filósofo chino del siglo IV aC, que lanzaron el agosto pasado con la única misión de avanzar en el conocimiento hacia la comunicación cuántica. El satélite, que orbita a unos 500 kilómetros de la superficie terrestre, ha distribuido fotones entrelazados cuánticamente a tres estaciones: la Delingha en Qinghai; Nanshan en Urumqi, Xinjiang; y el Observatorio Gaomeigu en Lijiang, Yunnan. La distancia entre las estaciones y el satélite varía entre los 500 y 2000 kilómetros.

El experimento forma parte del proyecto de investigación QUESS (Quantum Experiments at Space Scale), dirigido por Jian-Wei Pan, de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China, en colaboración con la Academia de Ciencias Austriaca.

Hasta la fecha se han realizado experimentos similares pero sin salir al espacio. Entre ellos destaca el de la ESA, que mediante láser teletransportó fotones una distancia de 143 kilómetros entre las islas de La Palma y Tenerife. Otros experimentos han observado que a más de 300 kilómetros las turbulencias de la atmósfera impiden el correcto lanzamiento de uno de los fotones entrelazados. Ahora la teleportación con un satélite, como la presentada hoy, salva ese escollo y demuestra que la comunicación cuántica es posible a escala global.