El 61,7 % del presupuesto de 2016 para I+D+i no se gastó, lo que le convierte en el año con un menor porcentaje ejecutado, en su mayoría fondos financieros -créditos- además de una pequeña parte de recursos no financieros -229 millones de euros de subvenciones- que se quedaron sin utilizar.  Así lo pone de manifiesto el informe Análisis de los recursos destinados a I+D+i contenidos en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) aprobados para el año 2017 elaborado y presentado hoy por Nazario Martín, presidente de la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE) junto a José de Nó y José Molero, coautores y expertos analistas.

El informe señala, además, que "la caída de los presupuestos para I+D+i en 2017 ha sido superior a la de los presupuestos generales", lo que muestra "la nula prioridad que tienen las políticas de ciencia" en España, donde sólo se dedica a esta materia el 1,2 % del PIB, cifra por debajo del 2 % de media de la OCDE y lejos del 3,5 % de Corea.

En relación a Cataluña, Martín ha señalado que la ciencia "debe estar al margen de los vaivenes políticos" pues en España "ya tiene bastantes problemas", y ha calificado de "lamentable" que las empresas que hacen ciencia tengan que tomar decisiones en base a aspectos ajenos.  Además, ha destacado el "descontrol generalizado" de becas y convocatorias para la formación de investigadores, como las ayudas para la Formación de Profesorado Universitario (FPU), que han disminuido de más de 100 millones de euros en 2011 a poco más de 83 millones en 2017, algo "dramático" para el día a día de los grupos de investigación y que "castiga a la formación".

El número de investigadores por cada 10.000 habitantes en España está "muy por debajo" de dicho ratio en países como Francia o Alemania

"El sistema de ciencia no puede estar continuamente pendiente de la financiación disponible" porque "hay que trabajar a largo plazo", ha agregado.  Si se añade la disminución del número de becas al descenso en las ayudas a la formación de investigadores, "tenemos como resultado investigadores que van envejeciendo y una pendiente negativa que no se recupera", ha señalado Martín.

El número de investigadores por cada 10.000 habitantes en España está "muy por debajo" de dicho ratio en países como Francia o Alemania, de manera que "si queremos hacer un país de servicios vamos bien, pero si queremos un país de ciencia y tecnología, este no es el camino", ha expresado Martín.

Por su parte, De Nó ha lamentado que se trate a la I+D+i como "cualquier actividad de la Administración" algo que puede "limitar su funcionamiento" y que no haya visión estratégica a medio o largo plazo sino "pura continuidad" y sin preguntarse "para qué"