Desde finales del siglo pasado localizamos, constantemente, planetas fuera de nuestro sistema solar. Según el contador de exoplanetas de la NASA hemos dado con 4422, hasta junio de 2021. Pero hay 6761 cuerpos detectados candidatos a ser planetas provenientes de los 3280 sistemas planetarios que tenemos controlados hasta el momento. 

La mayoría de estos planetas los hemos detectado por el método de transición, esto es, los astrónomos los han “cazado” cuando se cruzaban por delante de su estrella mientras la observábamos. ¿Pero cuántos de esos exoplanetas nos cazarían a nosotros si tuviesen nuestra misma tecnología?

Las astrónomas Lisa Kaltenegger y Jaqueline Faherty se han hecho esta pregunta y los resultados de la misma acaban de ser publicados por Nature. Usando la base de datos de Gaia, que incluye un catálogo de objetos astronómicos cercanos dentro de los 100 parsecs -300 años luz del Sol- han calculado que podríamos haber sido detectados desde planetas ubicados en 1715 estrellas en los últimos 5.000 años, el tiempo en el que por aquí hemos estado más ocupados desarrollando una civilización. Los próximos 5.000 años la cifra se incrementa con 319 estrellas que nos tendrán a tiro.

Si esos planetas están en una región habitable respecto a su estrella, el mismo espacio que en nuestro sistema solar ocupan Venus, la Tierra y Marte, hay más posibilidades de que nos vean o escuchen. El estudio afirma que 29 explaneta potencialmente habitables que orbitan algunas de estas estrellas podrían haber visto la Tierra y recibido ondas de radio creadas por el hombre.

Llevamos más de cien años emitiendo ondas de radio que con nuestra tecnología podrían escucharse fuera. Estas señales de vida emitidas desde la Tierra podrían haber llegado, según los cálculos de estas investigadoras, a 75 estrellas.

La principal utilidad de esta investigación, según sus autoras, es que estrellas con capacidad de vernos deberían ser prioritarias en la investigación, de la misma manera que en la búsqueda de vida extraterrestre con transmisiones deliberadas deberían tener en cuenta los planetas de estrellas desde las que se nos puede ver y oír.