No hay mucha gente que sepa que en un periodo de solo 24 meses, y sin tener ningún tipo de formación aeronáutica previa, se puede obtener la licencia de piloto de avión ATPL, que te permite (después de completar un curso de habilitación que varía de una compañía a otra) entrar a trabajar como copiloto de cualquier aerolínea comercial del mundo. Se trata de un trabajo muy demandado, en un sector en pleno auge que, sin embargo, va a tener grandes problemas en el futuro. Porque vamos a necesitar muchos más pilotos de los que hay actualmente.

Lo cierto es que la de piloto es una profesión bastante desconocida. Según varios estudios de European Flyers, una escuela con sede en Madrid y Alicante que ha formado a más de 2.000 pilotos de avión y helicóptero, 6 de cada 10 jóvenes españoles se plantea ser piloto de aviación, pero solo el 34% sabe lo que hay que estudiar para llegar a serlo. Además, el 42% no sabe que los pilotos de aviación pueden formar parte de los servicios de emergencias, y el 55% no conoce otras salidas laborales más allá de trabajar para las aerolíneas

Luis Miñano es director general de Europen Flyers. Según explica, los cursos de avión y helicóptero que ellos ofrecen constan de una parte teórica de 13 asignaturas, que se completa con horas de simulador y de vuelo real. Si todo va bien, en dos años los alumnos pueden conseguir el 'carnet' de piloto comercial, que les capacita para realizar multitud de trabajos aéreos.

Los requisitos de acceso para acceder a estos cursos son simples: pasar un reconocimiento médico, que aunque es muy exhaustivo no llega al nivel de los pilotos militares, acreditar un buen nivel de inglés (por lo menos un B2) y tener el bachillerato o un nivel de formación similar. El gran problema es el precio. Porque la licencia de avión en European Flyers está en 81.000 euros, y la de helicóptero en 100.000. "Efectivamente es caro", admite Miñano. "Pero es que realmente es lo que cuesta. El sector de la aviación es caro. La hora de vuelo es cara. Más luego el mantenimiento y el combustible. Todo está dimensionado a lo que vale", añade.

El experto detalla que las estimaciones de las propias aerolíneas hablan que de aquí a 2040-2045 van a necesitar 600.000 pilotos. Una cifra muy grande, que se explica por varios motivos. "No solo es que las aerolíneas hayan aumentado sus frecuencias de vuelo, sino que muchos tripulantes que se formaron hace 30 o 40 años están ahora en periodo de jubilación. Y el problema es que la demanda es superior a la capacidad de las escuelas para formar pilotos ahora mismo. Así que tenemos que adaptarnos", resume Miñano.

"En España calculamos que se necesitarán entre 1.000 y 1.500 pilotos nuevos cada año, y actualmente se licencian entre 500 y 700. Así que básicamente hay que duplicar la producción, por así decirlo. Y sucede algo parecido con los helicópteros", continúa Miñano. "Nosotros hemos firmado ya acuerdos con varias compañías aéreas para que nuestros alumnos, en cuanto terminen su formación, entren directamente a trabajar con ellos. Y con los helicópteros también. Hasta tal punto que algunos alumnos hacen la última fase de formación pilotando el mismo modelo de helicóptero que luego llevarán en la empresa", remata.

Durante el proceso de formación los simuladores tienen un peso importante. Porque son los que garantizan que cuando los alumnos cojan los mandos de una aeronave real estarán preparados. En European Flyers cuentan con varios. Desde pantallas Garmin hasta el que recrea el DA42, el avión que posteriormente utilizarán los alumnos en la fase de formación avanzada. Pasando por el simulador full flight del Airbus 320, que tiene incluso movimiento y permite reproducir de la manera más realista posible las maniobras de despegue y aterrizaje, así como cualquier emergencia, como un fallo en un motor.

"El atractivo que tiene esta profesión es que es muy vocacional. Yo veo que en nuestra escuela han entrado un montón de alumnos, y hay perfiles que tienen una vocación y vienen totalmente motivados y otros que no lo tenían tan claro, pero de alguna forma se han convencido de que es una oportunidad a la que podían optar. Pero en el momento que entran es increíble ver cómo viven cada fase, cómo se sienten cuando superan cada examen y cómo son capaces de despegar una aeronave y aterrizarla. Estar en el cielo, en un medio que no es el tuyo, es una pasada. A mí se me siguen poniendo los pelos de punta, porque la realidad es que es que una vez que estás de este mundo te sumerges totalmente. Y además te ves totalmente reconocido y reconfortado en lo que estás haciendo. Aunque es cierto que tienes mucha responsabilidad", zanja Miñano.

Pero más allá de las aerolíneas, lo cierto es que las licencias de piloto de avión y helicóptero ofrecen más salidas laborales. Aunque muchas de ellas son bastante más desconocidas. Miñano es el mejor ejemplo: ha trabajado realizando vigilancia forestal, colaborando en emergencias sanitarias (transportando pacientes y órganos) y apoyando a Salvamento Marítimo en la lucha contra la contaminación marina y el narcotráfico. También asistiendo a las pateras. Y es un trabajo que puede salvar vidas, por ejemplo, extinguiendo incendios o rescatando heridos. O realizar labores más técnicas, como fotogrametría para el catastro y planificación de construcciones como carreteras o líneas ferroviarias.

Y en medio de este contexto, el sector está en un momento de cambio. "Los aviones eléctricos ya funcionan, y también son aptos para la formación de los alumnos. Pero la realidad es que en las escuelas apenas suponen entre el 5% y el 10% de la flota. Y no son precisamente más baratos, así que ahora mismo no sale rentable apostar por ellos. Pero el futuro es la aviación eléctrica, es hacia donde vamos. Son aeronaves con un motor más pequeño, con un consumo muy inferior y que contaminan menos. Así que creo que en un periodo corto de tiempo, de un año o dos, la cosa podría empezar a cambiar", valora Miñano, que explica que ellos ya han empezado a renovar su flota.