Los detectores que la Universidad de Huelva opera en el Complejo Astronómico de La Hita, en Toledo, y en Sevilla captaron durante la madrugada del 12 de abril una roca procedente de un asteroide que entró bruscamente en la atmósfera en forma de bola de fuego y que pudo ser visto desde más de 400 kilómetros de distancia.

La roca que originó esta bola de fuego entró en la atmósfera a unos 65.000 kilómetros por hora sobre el norte de la provincia de Cáceres, avanzando en dirección noreste y finalizando a unos 35 kilómetros sobre la provincia de Ávila, según el análisis de la Red de Bólidos y Meteoros del Suroeste de Europa por el investigador responsable del Proyecto SMART, José María Madiedo, profesor de la Universidad de Huelva.

La velocidad provocó que la roca se volviese incandescente y se generase la bola de fuego a una altitud de unos 91 kilómetros. Estos detectores forman parte del Proyecto SMART, que motoriza el cielo para registrar y estudiar el impacto que tienen las rocas procedentes del Sistema Solar en la atmósfera de la Tierra, según informa Europa Press. Finalmente, la roca se destruyó en la atmósfera y ningún fragmento llegó a caer al suelo.