Cuando llegó el Covid todo el mundo tenía muchas dudas. Había noticias de sobra, pero muchas de ellas eran contradictorias y se entremezclaban con bulos y desinformación, algo que no contribuía precisamente a resolverlas. Una vez más, la información fiable y rigurosa se convirtió en algo fundamental. Y en ese contexto nació Carina.

Se trataba del primer asistente virtual desarrollado con inteligencia artificial que informaba sobre el coronavirus y su vacuna en castellano. Un chatbot que se entrenó para responder utilizando sólo fuentes contrastadas, acreditadas y científicas, y que actualmente puede contestar a más de 300 temas relacionados con la pandemia con una tasa de acierto del 91,70%.

Fue un éxito. Más de 300 empresas de diversos países del mundo la implementaron en su web. Y lo mismo sucedió con algunas administraciones públicas españolas, aunque Carina también contaba con su propia página web e incluso con una versión para WhatsApp y Telegram.

"Sigue funcionando ahora, aunque obviamente tiene menos actividad. Pero no nos lo pagó nadie, lo cedimos gratuitamente a las instituciones públicas", explica Andrés Desantes, que acaba de ser nombrado CEO de 1MillionBot, la compañía creadora de Carina, que se dedica a desarrollar asistentes virtuales de este tipo para las empresas.

"Ahora mismo podemos desarrollarlos a un nivel que no creíamos posible hace un par de años. Esto era cosa sólo de las películas. Si a alguien le gusta Marvel lo entenderá, porque es como tener un Jarvis particular como el que tenía Iron Man", relata Desantes. "Es un secretario personal capaz ayudarte en todas las facetas de tu vida. Organizarte el calendario, los emails, tus contactos, tu información e incluso la de tus hijos. En definitiva, acompañarte en todo lo relacionado con el día a día".

Estos asistentes virtuales pueden personalizarse según lo estime el cliente. Empezando por el sistema con el que estarán desarrollados, que puede ser el de Google, Facebook, Amazon, Open Ai... Pero en cualquier caso, para crearlos la empresa de Desantes siempre utiliza una combinación de la IA más "clásica", que está supervisada por seres humanos para evitar fallos, y de IA generativa, que hace que el proceso sea más rápido relegando las tareas más repetitivas y sencillas a la tecnología.

Según explica el CEO de 1MillionBot, pueden crear un asistente utilizando la IA generativa en unos 20 minutos. Si se utiliza la IA "clásica", el tiempo se dilata entre una semana o dos más. Pero, aún así, es un gran paso adelante. "Este sistema ha democratizado una tecnología que hasta ahora sólo gestionaban las grandes empresas, porque ahora cualquier bar, tienda o pyme puede tener un asistente", sostiene Desantes.

Pero las posibilidades van más allá de los asistentes virtuales. Lo explica Desantes: "La mayor parte de la población no sabe utilizar Chat GPT para sacarle todo su potencial. Hay tareas que son muy repetitivas, siempre lo mismo. Pero se puede crear una especie de botón de acciones rápidas con IA para poder hacerlas en un click y ahorrar tiempo. Es una herramienta que puede multiplicar la eficacia de la empresa por diez".

La mayoría de sus clientes son administraciones públicas y universidades. Un nicho en el que se han convertido ya en una de las empresas de referencia en España. Pero están dando el salto a Latinoamérica y a otros países europeos. En parte, porque la IA, que no para de crecer, ya lo permite. Hasta ahora las diferencias lingüísticas complicaban el proceso, pero hoy en día ya pueden exportar su trabajo de manera sencilla para adaptarlo a otras culturas e idiomas. Aunque el proceso, eso sí está siempre supervisado por humanos.

Pero, como en ocasiones los temas con IA pueden llegar a ser muy abstractos, vayamos a un ejemplo concreto. Situémonos en la Universidad de Alicante, que tiene unos 30.000 alumnos y sólo cuenta con un centenar de personas encargadas de gestionarlos, ayudarlos y dirigirlos. Es imposible, claro. Por eso 1MillionBot desarrolló un asistente virtual que ahora todos ellos pueden consultar para ver cuáles son sus clases, gestionar sus calendarios o consultar sus notas. Todos tienen su propio Jarvis.

Un mercado "demasiado grande"

"La IA clásica existe desde 1970, pero su gran problema fue siempre la parte computacional. Hacer funcionar los modelos a gran capacidad ha sido sólo posible los últimos 10 años. Se utilizaban bases de datos que eran relativamente pequeñas. Pero hace un año Open Ai se tiró a la piscina con la IA generativa y revolucionó el panorama. Todos tuvimos que volver a la casilla de salida", asegura Desantes.

La cosa explotó de tal manera que el experto considera incluso que la demanda "es demasiado grande" para la oferta que hay hoy en día. Y aunque lo considera una buena noticia, asegura que muchas empresas les dicen directamente que "quieren IA ya". Y no es eso. La inteligencia artificial es una herramienta, pero habrá que ver cuál es el problema, porque quizás no es la mejor solución. Y el objetivo es ayudar a esas empresas a ser más eficaces y eficientes.

En todo este proceso, España y en concreto Alicante, donde está instalada 1MillionBot, pueden convertirse en una potencia. Lo sabe Desantes, que viene de trabajar en el banco más grande de Europa: el BNP Paribas francés.

"Yo soy de Alicante, pero siempre he trabajado en el extranjero y no tenía la sensación de que éste fuese un país con un futuro muy tecnológico. Pero desde que llegué estoy bastante sorprendido. En Alicante y Madrid he visto todo un ecosistema de pequeñas empresas que tienen mucha gente y muchas ganas. Y están empezando a hacer cosas muy chulas. Si hay un buen empujón por parte del Gobierno central y de las comunidades podemos ser un centro tecnológico de referencia en el mundo", afirma Desantes.

Pero mientras, el experto pone encima de la mesa un tema candente y recurrente con la IA: la necesidad de regularizarla. Extrapolándolo a los asistentes virtuales, podemos poner un ejemplo muy claro, porque la tecnología ya permite crear chatbots de personas fallecidas. ¿Debería permitirse? Y si se permite, ¿es algo ético? "Claramente hay temas que la sociedad tiene que hablar, discutir y regular", concluye Desantes.