La carrasca milenaria de la localidad oscense de Lecina ha sido elegida este viernes para representar a España en el concurso europeo a Árbol del Año 2021 al obtener casi 10.000 votos frente a otros ejemplares de comunidades como Galicia, Castilla y León, Comunidad Valenciana o Andalucía.

Finalmente, la única opción aragonesa, símbolo de lucha, fuerza y vida, ha resultado elegida con 9.929 votos, a más de 2.800 votos de diferencia respecto a la segunda aspirante.

Superada esta primera fase, el objetivo es ser la favorita entre alrededor de una veintena de árboles de toda Europa en una segunda votación que se producirá en febrero, según ha informado el ayuntamiento de oscense de Aínsa.

La carrasca de Lecina es sorprendente no solo por su gran tamaño (más de dieciséis metros de altura y siete metros de perímetro de tronco) o por su capacidad para adaptarse a los vaivenes del clima durante cientos de años, sino por la historia y las tradiciones que la rodean, ya que en sus alrededores se celebran desde tiempos ancestrales acontecimientos como bodas y bautizos o se firman acuerdos, al mismo tiempo que presume de tener su propia leyenda mágica.

Entorno protegido

Además, el ejemplar se encuentra en el Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara y en el Parque Cultural Río Vero, espacios protegidos en los que confluyen las comarcas oscenses de Alto Gállego, Somontano, Hoya de Huesca y Sobrarbe, haciendo del entorno un gran atractivo turístico.

"El indiscutible valor mediambiental del que gozan dichos territorios ha favorecido el nexo y la apuesta conjunta por la carrasca, parte innegable del patrimonio natural en el que se ubica", destaca el consistorio ainsetano.

El objetivo ahora es conseguir que la carrasca milenaria reciba el apoyo de personas de todos los rincones de España que apuesten por esta candidatura, "una oportunidad de oro para poner el Alto Aragón, Sobrarbe y Lecina en el mapa europeo", añaden desde el ayuntamiento de Aínsa.

La primera edición de la convocatoria se puso en marcha en el año 2011 por la "Environmental Partnership Association" (EPA), una organización orientada a la protección del medio ambiente y a la movilización de las comunidades locales.

El propósito del concurso es destacar los árboles antiguos como importante patrimonio natural y cultural, merecedores de admiración y conservación por parte de las comunidades a las que pertenecen.