Aún quedan varios días para que llegue agosto, pero las temperaturas registradas en julio y el pronóstico de la próxima semana sugieren que este mes será el más caluroso desde que existen registros. Así lo aseguran tanto el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S) como un análisis realizado por la Universidad de Leipzig (Alemania), que además sostiene que julio de 2023 podría establecer el récord de temperatura en un mes de los últimos 120.000 años.

"Sabemos quienes son los responsables. Así que quiero hacer un llamamiento a todos para que nombremos a los culpables cuando hablemos de esto. El hecho de que julio sea el mes más caluroso jamás registrado es consecuencia directa de las emisiones que se queman en la producción y extracción de carbón, petróleo y gas", sostiene Catherine Abreu, directora Ejecutiva de Destination Zero, que asegura que las empresas de combustibles fósiles "conocen los impactos de sus actividades y han pasado las últimas décadas encubriendo la verdad sobre el cambio climático y la ciencia, luchando contra la política climática y socavando los intentos de poner esta crisis bajo control".

La opinión de Abreu coincide con el diagnóstico que hizo la Universidad de Leipzig. Y es que la institución alemana, aunque admite que el fenómeno de El Niño que acaba de declararse en el Pacífico podría haber contribuido en algo a esta situación, se muestra convencida de que "la razón fundamental por la que estamos viendo tales récords es la liberación continua de enormes cantidades de gases de efecto invernadero por parte de los seres humanos".

Lo cierto la escalada de temperaturas es preocupante. Según el C3S, las primeras tres semanas de julio han sido el período de tres semanas más cálido registrado, algo que relacionan de manera directa con las olas de calor que han azotado gran parte de América del Norte, Asia y Europa, así como las oleadas de incendios forestales que han sufrido países como Canadá y Grecia. Además, cabe recordar que el pasado 6 de julio la temperatura media diaria del aire en la superficie global registró también un nuevo récord (el anterior databa de agosto de 2016). Y desde mayo la temperatura media de la superficie del mar "ha estado muy por encima de los valores observados anteriormente para esta época del año".

Todo esto ha contribuido a lo inevitable. "Normalmente se espera a que acabe el mes. Pero es que vamos a estar bastante por encima del antiguo récord. Así que ya tenemos todos los datos que necesitamos para saber que julio de 2023 va a ser el mes más cálido", explica Karsten Haustein, climatólogo de la universidad germana. Según los datos que él mismo ha recopilado, este mes estará más de 0,2°C por encima que julio de 2019, el mes más caluroso que se había registrado hasta ahora.

¿Un récord de 120.000 años?

De hecho, el investigador va incluso más allá. "¿Será julio el mes más cálido de los últimos 100 años, 1.000, o incluso 10.000 años? Es una pregunta difícil de responder, porque antes de 1.850 no teníamos observaciones, al menos no suficientes para decir algo significativo sobre la media global. Pero sí tenemos datos paleoclimáticos, que se remontan obviamente a millones de años".

Según su análisis, puede que tengamos que remontarnos hasta el Eemian (el último periodo interglaciar, que tuvo lugar hace unos 120.000 años) para encontrar condiciones cálidas similares. Algo que, en cualquier caso, es imposible asegurar. "Los registros de temperatura paleolíticos no ofrecen una resolución temporal lo suficientemente alta, así que no podemos afirmar con certeza que no se hayan producido condiciones cálidas similares. Tal vez hubo algún mes durante el Holoceno que fuera más cálido, por improbable que parezca", explicaron desde la Universidad de Leipzig.

Para elaborar su estudio Haustein utilizó datos de estaciones meteorológicas terrestres y oceánicas de todo el mundo, así como registros de radiosondas y satélites. Esto, unido a que la previsión meteorológica ya permite predecir con fiabilidad la temperatura media de julio para el resto del mes, ha sido suficiente para permitirle hacer una afirmación tan categórica.

Una concatenación de fenómenos extremos

Friederike Otto, profesora de Ciencias del Clima del Imperial College (Reino Unido, quiso hacer una recopilación de todos los fenómenos extremos que hemos vivido en el mundo durante el pasado mes. La lista es larga y variada: olas de calor extremo en México o EE.UU, devastadores incendios forestales como los de Grecia, temperaturas de récord como los 52,2 grados en China y eventos de lluvias extremadamente intensas en Corea del Sur o Brasil. Entre otras muchas cosas.

"Esto no es un accidente. Sin el cambio climático inducido por el hombre, estas olas de calor habrían sido tan raras que serían el equivalente estadístico de un imposible. La temperatura media global no mata a nadie, pero es un asesino silencioso. Sólo en Europa miles de personas mueren a causa del calor extremo. Y son generalmente personas que ya sufren en nuestra sociedad porque tienen menos medios o menos capacidad", aseguró Otto.

Y añadió: "Por eso también tenemos que adaptarnos, porque incluso cuando dejemos de quemar combustibles fósiles mañana, no volveremos atrás. El planeta no se enfriará. Tenemos que vivir con esto y hacer posible que la gente viva con estas condiciones extremas en verano, porque no son raras, y cuanto más tarde dejemos de quemar combustibles fósiles, más frecuentes se volverán. Y mientras, las muertes por calor no harán más que aumentar. Así que debemos tomar medidas de adaptación para las ciudades y las comunidades".

El futuro del planeta

Sin embargo, tanto el C3S como la Universidad de Leipzig coinciden en el pesimismo que muestran sobre el calentamiento del planeta. "Dado que los efectos de El Niño sólo se manifiestan plenamente en la segunda mitad del año, seguramente junio -y ahora julio- vayan seguidos de más calor. Probablemente irán seguidos de más meses cálidos récord hasta, al menos, principios de 2024", informaron desde la institución alemana.

Estos cambios climáticos tan drásticos, según detallaron, también desencadenan olas de calor marinas y continentales sin precedentes, lo que a su vez incide aumentando el riesgo de temperaturas extremas en todo el planeta.

Las perspectivas del C3S van en la misma línea: "La Organización Meteorológica Mundial predice que hay un 98% de probabilidades de que al menos uno de los próximos cinco años sea el más cálido jamás registrado, y un 66% de probabilidades de que se supere temporalmente los 1,5°C por encima de la media de 1850-1900 durante al menos uno de los cinco años". Algo que, sin embargo, no consideran que necesariamente nos lleve a incumplir "de manera permanente" los objetivos de temperatura recogidos en el Acuerdo de París, sino que se refieren a "un calentamiento a largo plazo durante muchos años".