La Organización Meteorológica Mundial (OMM) cree que cada vez hay más probabilidad de que se produzca, a finales de este año, un episodio de El Niño, un fenómeno que puede afectar al clima de todo el planeta. La posibilidad de que ocurra un episodio de El Niño durante los meses de mayo a julio ronda el 60%, y esta cifra se incrementa hasta un 70-80% durante el periodo de julio a septiembre.
El fenómeno de El Niño es un patrón climático natural que se relaciona con el aumento de la temperatura en la superficie del océano en las áreas centrales y orientales del Pacífico tropical. Su periodicidad se encuentra en un rango promedio de entre 2 a 7 años y la duración de sus episodios suele estar entre 9 a 12 meses.
“Acabamos de vivir los ocho años más cálidos de los que se tiene constancia, a pesar de que durante los tres últimos años el episodio de La Niña ha ejercido un efecto de enfriamiento que ha ralentizado transitoriamente el incremento de la temperatura mundial”. declaró el Secretario General de la OMM, profesor Petteri Taalas. “Lo más probable es que la instauración de un episodio de El Niño provoque un nuevo repunte del calentamiento global y aumente las probabilidades de batir récords de temperatura”, añadió.
El fenómeno del Niño puede tener efectos como sequías, inundaciones, variaciones en temperaturas y precipitaciones, lo que a su vez puede tener un impacto en diversos sectores económicos, incluyendo la agricultura y la pesca.
Cómo afecta a España el fenómeno de El Niño
España no está en una región que se vea muy afectada con el fenómeno de El Niño. No obstante los meteorólogos señalan que hay una consecuencia posible: la llegada de las ansiadas lluvias. “Las estadísticas dicen que si el niño tiene una cierta magnitud, que parece que sí va a ser un Niño intenso, hay una cierta probabilidad -no muy alta- de que nuestro otoño sea más lluvioso de lo normal”, asegura José Miguel Viñas, meteorólogo de Meteored. Esta buena noticia está muy en el aire porque “la correlación es pequeña y el comportamiento de cada Niño es distinto”, matiza.
Ricardo Torrijo, portavoz de la Agencia Española de Meteorología (Aemet) confirma la existencia de esa tendencia: “Su efecto a nivel global sería un mayor calentamiento y en nuestro país sí se puede asociar El Niño a mayores precipitaciones otoñales en la península y, a lo mejor, a menores lluvias al final del invierno y en primavera”, afirma.
Pero Torrijo, igualmente considera que cada Niño tiene un comportamiento distinto porque depende de muchos factores. “Esto no es matemático, es una tendencia. Puede ocurrir una cosa u otra”, asevera.
Si bien la posibilidad de un otoño lluvioso suena a música para nuestros oídos por la sequía que atravesamos en España y Europa, lo que sí se va a constatar es la subida en los termómetros. Según la OMM con el Niño se produce una subida generalizada de las temperaturas. “Si eso finalmente ocurre estaríamos ya hablando de que podríamos alcanzar, si no este año, el próximo o el siguiente, el famoso 1,5 ºC. de media en el mundo con respecto a la era industrial”, explica José Miguel Viñas. Pero este grado y medio” sería reversible, quiero decir, por la temporalidad del Niño”, afirma el meteorólogo. El planeta volvería a enfriarse por debajo de esa temperatura. Al menos esa es la teoría.
Esta subida debida al Niño repercutirá un pico de calor, pero lo normal “sería que tras alcanzar el 1,5 ºC medio a escala global en 2024 o 2025 , luego bajar a lo mejor a 1,4º 1,3º.”, asegura Viñas. "Pero dentro de un escenario de cambio climático volver a subir después".
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