Todos los continentes del mundo se fusionarán para formar uno nuevo, llamado Pangea Última, que será tan cálido, tan seco y tendrá condiciones tan extremas que será prácticamente inhabitable. Casi todos los mamíferos del planeta morirán, lo que provocará una nueva extinción masiva de especies. Y los seres humanos podrían seguir el mismo camino.

Así será la Tierra en 250 millones de años, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Bristol (Reino Unido) publicado este lunes en la revista Nature Geoscience. La investigación, que ha utilizado modelos climáticos de superordenadores para tratar de predecir cómo será el mundo en futuro lejano, apunta a que habrá dos razones que expliquen el aumento de la temperatura terrestre.

Por un lado, el Sol se volverá más brillante y emitirá más energía, lo que calentará el planeta. Y por otro,  los procesos tectónicos que se producen en la corteza terrestre (y que darán lugar a la formación de ese supercontinente) también conducirían a erupciones volcánicas más frecuentes, que producirían enormes liberaciones de dióxido de carbono a la atmósfera, calentando aún más la Tierra.

Temperatura media mensual del aire en la superficie de la Tierra dentro de 250 millones de años si todos los continentes se unen para formar el próximo supercontinente (Pangea Ultima) / Alex Farnsworth

Los autores consideran que, aunque es probable que el cambio climático y el calentamiento global inducidos por el hombre sean una causa creciente de estrés por calor y mortalidad en algunas regiones, las investigaciones sugieren que el planeta debería seguir siendo habitable en gran medida hasta que se produzca un cambio sísmico en la masa terrestre en un futuro lejano. Pero cuando se forme el supercontinente, los hallazgos indican que sólo entre el 8% y el 16% de la tierra sería habitable para los mamíferos.

Esto podría provocar un impacto catastrófico para muchos animales (incluidos los humanos), que han sobrevivido históricamente gracias a su capacidad para adaptarse a condiciones climáticas extremas, especialmente a través de adaptaciones como el pelaje y la hibernación en el frío, así como breves períodos de hibernación en climas cálidos.

Pero, si bien los mamíferos han evolucionado para reducir su límite de supervivencia a temperaturas frías, su tolerancia a temperaturas superiores generalmente se ha mantenido constante. Esto hace que la exposición a un calor excesivo prolongado sea mucho más difícil de superar y, de cumplirse las simulaciones climáticas, resultarían en última instancia imposibles de sobrevivir.

Precipitación mensual promedio en la Tierra dentro de 250 millones de años si todos los continentes se unen para formar el próximo supercontinente (Pangea Ultima) / Alex Farnsworth

Un nuevo Pangea

"Las perspectivas en el futuro lejano parecen muy sombrías. Los niveles de dióxido de carbono podrían duplicar los niveles actuales. Dado que también se prevé que el Sol emita alrededor de un 2,5% más de radiación y que el supercontinente esté ubicado principalmente en los trópicos cálidos y húmedos, gran parte del planeta podría enfrentar temperaturas de entre 40 y 70 °C", explicó el doctor Alexander Farnsworth, investigador asociado principal de la Universidad de Bristol y autor principal del estudio.

Según detalló Farnsworth, el nuevo continente sería un entorno "mayoritariamente hostil, desprovisto de fuentes de alimento y agua para los mamíferos". Y añadió que "habrá temperaturas generalizadas de entre 40 y 50 grados, y temperaturas extremas diarias aún mayores, agravadas por altos niveles de humedad, que en última instancia sellarían nuestro destino. Los humanos –junto con muchas otras especies– morirían debido a su incapacidad de eliminar este calor a través del sudor, enfriando sus cuerpos".

El equipo internacional de científicos aplicó modelos climáticos, simulando tendencias de temperatura, viento, lluvia y humedad para el próximo supercontinente, que se espera se forme en los próximos 250 millones de años. Para estimar el nivel futuro de CO2, el equipo utilizó modelos de movimiento de placas tectónicas, química y biología oceánica para mapear las entradas y salidas de CO2 .

Geografía de la Tierra actual y la geografía de la Tierra dentro de 250 millones de años, si todos los continentes convergen en un supercontinente (Pangea Ultima) / Alex Farnsworth

Esos cálculos fueron dirigidos por el profesor Benjamin Mills, de la Universidad de Leeds, que explicó que creen que el CO2 podría aumentar de las 400 partes por millón (ppm) actuales a más de 600 ppm. "Por supuesto, esto supone que los humanos dejarán de quemar combustibles fósiles; de lo contrario, veremos esas cifras mucho, mucho antes", recalcó Mills.

Además, la investigación ilustra la importancia de la tectónica y la disposición continental a la hora de realizar investigaciones en planetas más allá de nuestro sistema solar, llamados exoplanetas. Aunque la Tierra todavía estará dentro de la zona habitable dentro de 250 millones de años, para los mamíferos la formación de un supercontinente con niveles elevados de dióxido de carbono hará que la mayor parte del mundo sea inhabitable. Los hallazgos sugieren que la distribución de la masa terrestre de un mundo distante podría ser un factor clave a la hora de determinar cómo de habitable es para los humanos.

"Es de vital importancia no perder de vista nuestra actual crisis climática, que es el resultado de las emisiones humanas de gases de efecto invernadero. Si bien predecimos un planeta inhabitable dentro de 250 millones de años, hoy ya estamos experimentando un calor extremo que es perjudicial para la salud humana. Por eso es crucial alcanzar emisiones netas cero lo antes posible", afirmó la doctora Eunice Lo, investigadora en Cambio Climático y Salud de la Universidad de Bristol.

Sin embargo, los autores señalan que sus predicciones son inciertas y que futuras configuraciones alternativas de supercontinentes podrían alterar los resultados. Y también destacan que otros procesos evolutivos o relacionados con los humanos podrían causar extinciones de mamíferos antes del ensamblaje de los supercontinentes.