Este otoño será más cálido y más lluvioso de lo normal. Así lo han indicado los modelos de predicción estacional de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), que esperan una alta probabilidad (superior al 60% en la Península y al 70 % en los archipiélagos) de que octubre, noviembre y diciembre sean más cálidos de lo normal.

Por su parte, en cuanto a las precipitaciones, aunque en este caso hay más incertidumbre, existe un 50% de probabilidad de que sea más lluvioso de lo normal, frente a un 20% de que sea más seco.

El tercer verano más cálido desde que hay registros

El verano de 2023 fue el tercero más cálido desde que hay registros. Solo fue superado por los de 2022 y 2003. Durante la etapa estival se registraron cuatro olas de calor, con un total de 24 días en esa situación.

Las temperaturas máximas diarias quedaron en promedio 1,2°C por encima del valor normal, mientras que las mínimas se situaron 1,4°C por encima de la media. Por lo tanto, la temperatura media del verano fue 1,3ºC superior al promedio normal.

Durante el verano fueron frecuentes los episodios de altas temperaturas, observándose cuatro olas de calor en el ámbito geográfico de la Península y Baleares. Las dos primeras se extendieron entre los días 9 a 12 de julio y 17 a 20 de julio, con 14 y 20 provincias afectadas, respectivamente.

Las dos siguientes, que se extendieron entre los días 6 a 13 de agosto (con 19 provincias afectadas) y 18 a 25 de agosto (35 provincias afectadas), fueron las más prolongadas e intensas, con temperaturas máximas por encima de los 40,0°C en gran parte del territorio, llegando a superarse los 45,0°C en algunos puntos de la provincia de Valencia y de Andalucía los días 10 y 11 de agosto.

Al mismo tiempo, a pesar de que España continúa en sequía meteorológica de larga duración, se trató del tercer verano más lluvioso del siglo XXI. Sin ir más lejos, en la España peninsular se acumularon 87,2 mm, valor correspondiente al 124% respecto al promedio normal. Se trató del decimosexto verano más húmedo desde el comienzo de la serie en 1961, y del tercero más húmedo del siglo XXI, después de los veranos de 2010 y 2018. En Canarias fue el segundo verano más húmedo después del verano de 2015.

Tan solo fue seco en puntos dispersos de la Península y algunas zonas costeras de Cataluña. Por el contrario, el verano fue muy húmedo en el interior de Galicia, puntos del País Vasco y Navarra, norte de Extremadura, interior de Zaragoza, en Teruel, mitad norte de la Comunitat Valenciana, zonas de Castilla-La Mancha y mitad occidental de Andalucía. En ambos archipiélagos, el verano fue muy húmedo, con excepción de la isla de Lanzarote, en la que tuvo carácter seco.