En los últimos años las tiendas de prendas de segunda mano han pasado de ser un secreto de barrios de hipsters a un lucrativo negocio al que se están sumando hasta los gigantes textiles como H&M y Zara. También en el mundo celebrity hay espacio para este concepto de ropa reutilizada, que ha llegado de la alfombra roja hasta Angelina Jolie. La actriz de Hollywood ha comenzado la marca Atelier Jolie, destinada a crear atuendos con telas vintage, material descontinuado y restos.
El auge de lo 'vintage'
A finales de los años 2000 aparece la tribu urbana de los hipsters. Con camisas de cuadros y gafas de pasta, intelectuales y bohemios, este estrato social pone de moda las tiendas vintage. En un primer momento es difícil encontrar en nuestro país este tipo de comercios, mientras que en ciudades como Londres, Berlín o Nueva York abundan desde siempre.
Las de la capital británica solían ser las charity shops, donde el dinero recaudado se utiliza para causas benéficas. Pero más adelante, como en España, llegó la fiebre por las tiendas vintage. Estas son más específicas en su selección de prendas de determinadas épocas, en buenas condiciones y a la moda. La ropa de segunda mano, sobre todo de la década de los años 90, se vende ahora por toneladas en determinadas páginas web.
En un primer momento, este amor por las prendas vintage no venía dado por la reutilización (una de las claves de la conciencia ecológica). En cambio era esa sensación de encontrar algo único, de haber seleccionado entre montañas de ropa una prenda que a pesar de ser antigua estaba a plena moda. Además, era barato: con suerte te habías hecho con un auténtico chollo.
Cabe señalar que para que algo se gane el título de vintage tiene que tener al menos 20 años, por lo que no todo lo que se vende en las tiendas de segunda mano tiene por qué serlo. Algo que nos confirma Christelle McCracken, la mujer detrás de My Runway Archive, una colección de ropa vintage que presta prendas a celebrities como Dua Lipa.
Las alfombras rojas entran en el juego
Miley Cyrus lució en la portada de su disco Bangerz (publicado en septiembre de 2013) una americana vintage de Yves Saint Laurent. Había descubierto el amor por las joyas de la moda, y entre sus looks pudimos observar prendas de algunos de los grandes diseñadores de la historia.
Por ejemplo, en los Bambi Awards de 2013 se puso un traje de Jean Paul Gaultier de los 90 con el que demostraba que su etapa más rebelde no estaba reñida con la moda.
No fue la primera, pero sí una de las millennials que dio comienzo a la tendencia que ahora llena las alfombras rojas. Previamente, Julia Roberts había recogido su Oscar en 2001 con un diseño de Valentino de la colección de 1992. Tras ella fueron Reese Witherspoon con un Dior de 1955 en la gala de 2006, o Penélope Cruz en 2009 con un Balmain de los 70.
En los años posteriores empieza a ponerse de moda el street style para las nuevas modelos e influencers como las Kardashian, Hailey Bieber o las Hadid. Son estas últimas las que empiezan a lucir piezas de diseñador de otras épocas. Firmas como Pechuga Vintage encuentran entonces su lugar: esta marca, administrada por Johnny Valencia desde 2016, colecciona elementos de lo más preciados que busca, restaura y vende o presta a estilistas y famosos.
"Normalmente me piden que encuentre una pieza, peticiones muy específicas que requieren una solución rápida. Otras veces vienen estilistas que no saben lo que quieren así que me dan una idea general y les ayudo a crear un look. Me siento como una biblioteca porque cada pieza está muy seleccionada. Nos visitó John Galliano porque quería estudiar piezas que tenemos en Pechuga y fue todo un honor", nos explica Johnny Valencia.
Para el dueño de Pechuga Vintage, la sostenibilidad debería ser la moda, y no necesariamente lo vintage. "Como dijo Vivienne Westwood, aunque se nos olvide, lo que es bueno para el planeta es bueno para la economía", añade.
Así funciona un archivo de moda
Estrellas de la talla de Kim Kardashian, Beyoncé, Lily-Rose Depp o Amal Clooney recurren a este archivista. Sus prendas han salido en Instagram, pero también en Vogue o en la alfombra de la gala Met. Incluso Kourtney Kardashian llevó uno de sus corsés en su boda de Las Vegas.
Christell McCracken lleva coleccionando prendas desde 2017. Empezó con las colecciones de Galliano para Dior y poco a poco fue ampliando. Su trabajo consiste en identificar lo que busca y bucear durante días, semanas y meses la ropa que desea. Cuando consigue las piezas clave de una temporada las pone a la venta todas a la vez, por lo que su manera de coleccionar y vender es diferente a la de tiendas vintage al uso.
No todo lo vende. De hecho hay prendas que "alquila" a celebrities por, aproximadamente, un 15% del valor total de la pieza. Las grandes casas de la moda no necesariamente tienen acceso o están dispuestos a prestar su ropa archivada, por lo que negocios como el de Christell tienen un sitio en la industria. "Todas las it girls de Londres llevan ropa vintage de archivo", asegura la experta en moda a El Independiente.
Angelina Jolie entra en juego
"Todo el mundo puede crear. ¿Por qué coleccionamos entonces marcas de diseñador?", escribe Atelier Jolie en su descripción. Para la actriz y su nueva marca, la moda es un arte con el que ella misma ha tenido la suerte de jugar a lo largo de los años. "He diseñado ropa y he aprendido formas de los mejores costureros", añade.
Un largo mensaje con el que la actriz desvela que está creando un estudio de diseño para gente creativa. Su intención es que colaboren con un equipo de costureros, cortadores de patrones y artesanos de todo el mundo para "pasarlo bien", "crear con libertad" y "descubrirse a uno mismo". Solo utilizarán restos de telas, vintage y productos descontinuados, para poder darle una nueva vida a las prendas.
Su primer acuerdo es con Chloé, una de las pocas maisons que tiene una etiqueta B Corp de empresa sostenible. Juntos están preparando una colección cápsula inspirada en el armario de Angelina Jolie. Esto recuerda a lo que nos cuenta Christell McCracken: "El amor por las piezas de archivo es diferente de lo vintage, lo bueno es cuando puedes identificarlas y están documentadas en diferentes sitios. Si se lo ha puesto esta famosa para esta alfombra roja y esta otra para esta portada, entonces es una pieza importante".
Zara y H&M también apuestan por la segunda mano
Se trata de un proyecto con el que Angelina Jolie pretende subirse al carro que ya varias empresas internacionales han puesto en marcha. Esta misma semana se ha anunciado que H&M tendrá un área en una de sus tiendas de Barcelona donde venderá ropa de segunda mano. Un paso imprescindible de cara a la sostenibilidad.
Lo mismo con Inditex, que ya ha lanzado Zara Pre-Owned, una web en donde se comercializan prendas de la marca pero de segunda mano. Una oportunidad de encontrar piezas que nunca se consiguieron, de ahorrar algo de dinero o de utilizar los materiales que tenemos para reducir el consumo. El gigante textil pretende ser la versión premium de Vinted o Wallapop, donde la ropa de la compañía gallega se vende en algunos casos como si fuera de diseñador.
Christell nos deja claro que las cosas de Zara o H&M también pueden ser preciado vintage. Sobre todo teniendo en cuenta que hace 20 años no estábamos tan metidos en la cultura del fast-fashion y se fabricaban cosas más duraderas. Si las compañías ponen en su catálogo de prendas usadas piezas del siglo pasado sin duda serán de las que merece la pena comprar.
¿Dónde comprar 'vintage' de diseñador en España?
Comprar vintage es ahora más fácil que nunca con el aumento de la oferta. Sin embargo, también se complica a la hora de seleccionar, ya que hay muchas opciones. Tiendas como Vestiaire Collective ofrecen un servicio de compraventa en donde se pueden encontrar prendas de segunda mano de las grandes marcas como Chanel, Hermès o Dior, entre otros. También en Etsy pueden encontrarse piezas únicas, aunque no están seleccionadas por expertos como en la primera.
En Madrid las tiendas de Malasaña Number Three Concept Vintage Store o Quality Sportswear tienen prendas de lujo por precios relativamente asequibles. En un ambiente más lujoso cabe señalar Durán Subastas, que incluye muchas veces entre sus colecciones piezas vintage de altísimo valor, desde pieles hasta bolsos y trajes de las mejores casas de moda. Además, pasan por el filtro de calidad de la compañía, por lo que el comprador tiene esa garantía (que también paga).
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