Han sido unos años convulsos para Victoria Martín, el 50% de las caras visibles en Estirando el chicle y la protagonista de Malas Personas. Sin embargo, el resultado total parece ser más que positivo: acaba de llevarse su tercer premio Ondas, el primero que gana por su programa en solitario. Además, lo han recibido en una nueva etapa de lo más positiva: estrena oficinas de su productora, la que formó junto a su pareja, en donde tienen su propio estudio de grabación.

Así que la tercera temporada de Malas Personas, que se estrenó en el mes de marzo en exclusiva en Podimo, es solo una de las buenas noticias que tiene que contar Victoria Martín. Lejos quedan los momentos de hate en internet, de exceso de trabajo y de haber explotado de éxito.

La portada del pódcast 'Malas personas', por el que Victoria Martín acaba de llevarse un Ondas.
La portada del pódcast 'Malas personas', por el que Victoria Martín acaba de llevarse un Ondas. | Podimo

¿Cómo te sientes tras el Ondas?

Oye, pues muy bien. La verdad es que muy guay. Sobre todo porque Malas Personas es un pódcast más de nicho, más chiquitito, y que valoren cómo nos hemos currado la estética -porque es vídeo pódcast, así que nos lo hemos currado a nivel visual- es muy guay. Al final curramos muchos aquí.

¿Sabe mejor cuando es en solitario?

Bueno, en Malas Personas somos tres guionistas. Pero no. La cosa emocionante que tuvo El chicle es una cosa irrepetible que ya no vamos a volver a vivir nunca más. Por lo menos yo, de esa forma, porque fue muy emocionante. Fue cambiar el discurso que estaba viniendo a escala pequeñita, así que para nosotras significó mucho. Así que vivirlo con esa emoción otra vez es irrepetible. Pero también está bien. Ahora me lo tomo de forma distinta... más madura (se ríe).

Hace dos años hablabas de mucha ansiedad, ¿se ha aliviado al bajar el boom?

Nos pilló muy repentino. No sé si es que la gente se esperaba algo y nosotras somos dos tontas, siempre lo hemos dicho, dos cómicas, dos amigas que se dedicaban a hablar. No había más ahí. Fue un poco de presión porque vino de repente, también cosas muy bonitas que vienen con el reconocimiento. Pero yo creo que ya lo vivo mejor porque me da exactamente igual. He aprendido a relativizar y eso ha ayudado mucho a mi salud mental. Otra cosa es que ya no tengo que cumplir las expectativas de nadie. Para bien y para mal. Al final yo soy cómica, yo no soy lo que sale de mí aquí. No tengo nada que ver con eso.

Esa es la etiqueta principal que tú te pones, ¿no? Cómica y no creadora de contenido, influencer o guionista.

Sí me siento guionista. No me siento influencer porque yo no vivo de la publi, vivo de los programas, los pódcast que hago. No porque tenga nada de malo la etiqueta de influencer porque hay creadores de contenido que influyen para bien y que me parecen estupendos. Me siento más cómica, es lo que mejor o peor sé hacer.

No hay corrección política en Malas personas

Tú, y en particular tú en Malas personas, pasas por completo de la corrección política. ¿Crees que es algo que atrae o que, por el contrario, se cuestiona?

Bueno, yo creo que ahora lo cuestionamos todo. Yo me censuré muchas veces hasta llegar al punto de decir: mira, este es el tipo de comedia que me gusta. Yo he llegado hasta aquí de forma bastante curiosa, teniendo un personaje repugnante. Es curioso. Desde que empecé yo sabía que quería tener un personaje que no caiga bien y sé que habrá mucha gente que le guste lo que hago y muchísima gente a la que no. Pero me parece saludable. Si te gustara todo el mundo, ¿qué tipo de persona serías?

Lo que dicen de que si eres amigo de todo el mundo no eres amigo de nadie, ¿no?

Efectivamente. Si todo el mundo son tus amigos es que no tienes amigos. ¿Lo mal que te puedo hacer es que no te rías de lo que te digo? Pues me importa una mierda (dice, riéndose). Si es que nos vamos a tomar por culo. No importamos, de verdad. Hay que quitarle importancia a las cosas que hacemos. Anda que no hay creadores y creadoras, te vas a otra y ya.

Mirándolo ahora con perspectiva y relativizando, como decías, ¿qué es más fácil de tragar? ¿El éxito o el hate?

Para mí el éxito es mucho más difícil. Muchísimo más. Yo estoy acostumbrada a decirme cosas malas todo el rato. No puedo decir que no me haya afectado porque ha habido cosas que... madre mía. Y miedo, pensando que me daba miedo subir cierta cosa. Pero bueno, hay gente que se va a quejar y gente a la que le va a hacer gracia. La gente está en todo su derecho para decir que no le gusta tu contenido.

Pero el éxito yo creo que es mucho peor. Yo tenía miedo porque hacíamos un programa muy bueno, que se veía mucho, y me entraba la ansiedad pensando en el siguiente. Intentando todo el rato achicar agua de una barca y el agua no se acababa nunca. Eso es horrible.

En el pasado has hablado del síndrome del impostor. Imagino que con el éxito abrumador fue especialmente difícil pero ahora que estrenáis vuestra propia oficina y estudio de la productora, ¿lo sientes aún?

Sí, ahora lo siento porque soy una impostora de verdad (se ríe). Ahora he aprendido a estar mucho más tranquila. Al principio te cuesta gestionar las cosas. Pero hay mucha gente que tiene síndrome del impostor porque es impostora también. Hay un poco de todo, a veces no lo haces todo bien. Si vas por la vida pensando que todo lo haces bien es imposible que mejores.

Pero esto en particular... ya no puedes pensar que no lo haces bien.

Ah bueno, yo pienso que lo hago mal siempre. Todo es sufrir. Si puedo utilizar el camino del sufrimiento por ahí voy (ríe).

¿Cómo se siente ahora lanzarse con vuestro propio estudio y vuestras propias producciones?

Mola un montón. Porque además estamos haciendo proyectos muy guays, con gente muy guay, y trabajar detrás me mola mucho, hacer de productora o de guionista para otros proyectos. Me gusta un montón. Al final es otra forma de crear contenido en la que estás viéndolo desde otro prisma y también es muy divertido.

Victoria Martín compagina 'Malas personas' con 'Estirando el chicle' y con la producción de otros programas.
Victoria Martín compagina 'Malas personas' con 'Estirando el chicle' y con la producción de otros programas. | Living Producciones

Sin miedo de ser juguete roto

Decías hace años que te daba miedo ser un juguete roto. ¿Es algo que sigue preocupándote?

(Se ríe) ¡Ya lo somos! Siempre lo hablo con Carol, somos un juguete roto desde el principio. Pero me parece bien. A mí me gustaría ser como Lindsay Lohan pero nunca me he drogado. Tengo que ponerme con ello.

Pero ahora Lindsay Lohan está renaciendo de sus cenizas.

¡Hombre! Claro, la mejor.

¿Es mejor ser un juguete roto y luego renacer o tener un recorrido al alza siempre, que requiere mucho trabajo?

Me gusta mucho eso de ser juguete roto y renacer. Eso que hace Lindsay Lohan o de repente otras personalidades que desaparecen y de repente aparecen en una película de Quentin Tarantino. Y dices "ostia, no me acordaba de Kurt Russell" y luego le dan el Oscar y tal... eso se vive con mucha más emoción. En la vida de nadie va todo de forma estratosférica sin parar. Hay bajones, y aceptar esos momentos también es importante, se aprende un montón.

Acabas de cumplir 10 años con tu pareja y encima trabajáis juntos. ¿Cómo es esto? ¿Cómo lo llevas?

Sí, sí. Al principio lo llevábamos fatal. Tenemos dos personalidades fuertes y organizarnos fue más complicado. Ahora funcionamos muy bien y tenemos una norma, que nunca cumplimos, que es que no se habla de curro en casa. Pero lo intentamos cada vez más, porque si no al final estás todo el puñetero día hablando de trabajo, habrá que hacer otras cosas ¡que el arroz se está pegando!

¿Qué hobbies tenéis? ¿Tenéis hobbies en pareja?

Sí, nos gusta mucho el cine, por ejemplo. Nos gusta mucho ir a probar restaurantes. Pero, por ejemplo, Nacho [Pardo, su pareja] es muy de pádel. Que esto es una cosa que las novias con novios de pádel tenemos que denunciar esto. Ya es un nivel, que si la empuñadura, que si la goma esa... ya es un poco en plan "me parece muy bien que lo hagas pero no me interesa absolutamente nada" (se ríe). No me lo cuentes. Nacho y yo nos llevamos muy bien. Si te llevas bien con tu pareja es mucho más fácil.

Pero es que si ya estás discutiendo no te metas a trabajar con tu pareja. Porque te digo una cosa: lo vais a dejar. Se va a acabar, eso seguro.

Con diez años de relaciones estaréis a punto de dar consejos de relaciones, la gente os preguntará mucho cómo lo hacéis.

Sí, vamos a ser Nuria Roca y Juan del Val. No, no se me ocurriría porque soy la peor persona gestionando relaciones del mundo. Que cada palo aguante su vela, no me voy a poner a dar consejos de nada. Porque iría muy mal la cosa.

Las recomendaciones de Victoria Martín

Recomienda un pódcast más allá de los que producís, ¿qué escuchas tú?

¡Solo en lo que salgo yo! (Se ríe) No, Me detesto. Me gusta muchísimo La ruina (de Tomàs Fuentes e Ignasi Taltavull). Mimicidios (de Mimi XXL) también. Me gusta muchísimo Criminopatía (de Clara Tiscar). Soy muy de true crime. Me gusta mucho Bestias (de Beatriz de Vicente), que lo producimos nosotros pero de verdad que es muy bueno. ¡Escucho un montón! Queridas hermanas (de Sindy Takanashi), El Olimpo de las Diosas (de Judith Tiral y Henar Álvarez)… Hay un montón de pódcasts buenos.

Siempre se dice que ya hay muchos pódcast, demasiados incluso. ¿Hay todavía cosas que no se han explorado?

Yo creo que ya lo hemos explorado todo, ya nos estamos revolcando en la mierda (se ríe). No, esto es como los programas de televisión. Es verdad que se producen muchos pero cuántos hay que funcionan. ¿Cuántos pódcasts hay que vayan bien? No tantos, eh. Igual que programas de televisión que vayan bien o series que vayan bien. Que algo funcione es difícil, lo que pasa es que como no cuesta mucho dinero salen muchos pero no tantos sobreviven.

Tú precisamente vas por la tercera temporada, ¿cómo has cambiado desde el estreno?

Yo estoy intentando no cambiar nada. La persona más inmadura. Pero yo creo que está ahora mucho mejor. Las entrevistas las dirigía mucho peor. La falta de Carol, que es una persona que dirige muy bien las entrevistas, se notaba mucho. Porque yo soy una persona a la que le gusta mucho hablar de sí misma. Entonces giré todo el programa para que podamos hablar los dos. Ahora las sé hacer mucho mejor y creo que es algo que se ha notado tanto aquí como en Estirando el chicle.

¿Hay alguien que te mueras por entrevistar pero que no has conseguido que venga a Malas personas?

Me gustaría mucho que viniera Estopa aquí. Pero están siempre de gira, siempre trabajando. Es un grupo muy importante de mi infancia y me gustaría mucho que vinieran, por favor. Yo desde aquí reivindico que venga Estopa.

Ya hemos hablado del pasado, pero ¿qué quieres del futuro? ¿Cómo te ves en dos años?

Toda pinchada. He criticado mucho el ácido hialurónico pero me lo voy a poner yo. Me voy a poner la misma cara que tienen el resto de personas en Instagram. Vais a ver a una Victoria distinta (se ríe).