Armin Laschet, el delfín de la canciller, Angela Merkel, ha vuelto a sorprender. Cuando todos esperaban su dimisión por el fracaso electoral del pasado 26 de septiembre, el todavía líder de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) ha anunciado una eventual retirada a plazos y controlando el proceso sucesorio. Laschet no ha pronunciado la esperada palabra "dimisión" pero ha asegurado que si la coalición Jamaica es posible no va a fracasar por "una persona".

El diario Bild, que suele estar muy bien informado sobre lo que se mueve entre bambalinas en el partido conservador, titula este viernes: "¿Cuánto tiempo permanecerá Laschet? Dimisión, pero a plazos... ¿Y qué pasará si finalmente la coalición Jamaica tiene opciones?"

En rueda de prensa, tras un tenso encuentro con la ejecutiva del partido, Laschet ha dicho: "Quiero que se celebre un congreso extraordinario". En ese encuentro se tratará sobre las cuestiones personales relacionadas con el desastre electoral y sobre su sucesión. Y apuntó que si finalmente es posible una coalición de gobierno con Verdes y Liberales: "El gran proyecto Jamaica no fracasará por una persona.... No se trata de Armin Laschet".

Aún no está claro cuándo y dónde se celebrará el congreso pero Laschet quiere irse de forma controlada. De forma implícita ha criticado la forma en que se articuló la sucesión de la canciller, Angela Merkel, que anunció su renuncia como líder del partido en 2018 mientras se prolongaba la lucha por su puesto.

Laschet ha pedido que se busque "un camino de consenso" en el que "todos" deben estar implicados. Ha citado como ejemplo su sucesión como jefe del gobierno en Renania del Norte-Westfalia donde Hendrik Wüst ha asumido el cargo.

Huida hacia delante

El candidato a canciller de la Unión ha llevado a cabo una estrategia de huida hacia delante tras la derrota electoral del domingo. Laschet tardó en felicitar a Olaf Scholz, candidato socialdemócrata, que ganó las elecciones. Aprovechó el líder conservador que la suma le permitía soñar con la coalición Jamaica para aferrarse a esa opción como tabla de salvación personal. Pero en la CDU y la CSU el descontento crecía imparable.

La actitud de Laschet no ha gustado a pesos pesados de la CDU como Peter Altmaier, ministro de Economía y Energía saliente, y muy cercano a la canciller, Angela Merkel, por ejemplo. Tampoco las Juventudes estaban conformes con esa forma de asumir la realidad: la Unión se hundió en sus peores resultados desde 1949. Esa es la realidad, aunque no se descarte la opción Jamaica, sobre todo porque el liberal Christian Lindner se lo va a poner difícil a socialdemócratas y Verdes para pactar.

El más duro con Laschet ha sido Markus Söder, líder de la Unión Social Cristiana (CSU), a quien le habría gustado ser candidato a canciller. Söder reconoció la victoria de Scholz antes que Laschet y descartó que la coalición Jamaica fuera una opción. Es más entusiasta de la llamada coalición semáforo que los propios participantes.