Cuando Nikita Jrushchov visitó a Mao Zedong en Pekín julio de 1958, el líder chino, que tenía grabado el humillante recibimiento que le dispensó Iosif Stalin en 1949, le invitó a conversar en la piscina. Mao disfrutaba nadando, pero Jrushov necesitaba flotadores para no hundirse. Esa imagen, que refleja cómo las relaciones entre China y Rusia han tenido sus altibajos, sería inimaginable ahora. Xi Jinping y Putin ya se han visto 38 veces desde 2013 y han compartido blinis, viajes en barca y partidos de hockey.

"Rusia y China son un ejemplo de relación dignificada". Así ha descrito el líder ruso, Vladimir Putin, el vínculo renovado de Moscú y Pekín. El líder chino, Xi Jinping, ha extendido la alfombra roja a Putin horas antes de inaugurarse los Juegos Olímpicos de Invierno en Pekín. Xi estuvo en Sochi en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014 y ahora Putin le devuelve la visita.

Putin y Xi Jinping han demostrado al mundo que su alianza pragmática va sobre ruedas. Un nuevo orden mundial se está gestando y China y Rusia saben cuál es su puesto. Juntos suman.

En los Juegos Olímpicos que han comenzado este viernes han escenificado sus vínculos, basados en el beneficio mutuo, una solidaridad que se refuerza por el choque con Occidente. Llevaban sin verse dos años por la pandemia, así que se han reencontrado a lo grande. En el comunicado sobre esta cumbre, de más de 5.000 palabras, han pedido a Occidente que «abandone su aproximación ideologizada a la guerra fría».

Moscú y Pekín han expresado su rechazo a la ampliación de la OTAN a Europa del Este, el mantra que repite el Kremlin a EEUU y los aliados, y han denunciado la creación de bloques de seguridad en la región Asia Pacífico. También han criticado el pacto suscrito entre EEUU, Reino Unido y Australia, conocido como Aukus.

Como señal de apoyo en sus reivindicaciones sobre Ucrania, China señala que "comprende y apoya las propuestas planteadas por la Federación Rusa encaminadas a crear garantías legalmente vinculantes de seguridad en Europa". A su vez, el documento recoge la preocupación de Pekín por las alianzas comerciales y de seguridad por parte de EEUU. Es decir, China y Rusia se alía para menoscabar la influencia de EEUU en sus zonas de influencia.

Y se erigen en los adalides del "auténtico multilateralismo", como ha dicho Xi. "La defensa del verdadero espíritu de la democracia sirve de base fiable para unir al mundo en la superación de las crisis y la defensa de la igualdad".

Han firmado una serie de acuerdos relativos a comercio y energía. Entre ellos, un nuevo contrato por el que Rusia va a suministrar 10.000 millones de metros cúbicos de gas adicionales cada año a China.

Mientras los dirigentes de Estados Unidos, Canadá y Australia, y un buen número de países europeos han boicoteado el acontecimiento, el líder ruso se ha mostrado encantado del protagonismo que le ha brindado el presidente chino. Putin, enfrentado con Estados Unidos y la OTAN, necesita al amigo chino. Y China, que confirma cada día su papel como superpotencia, comparte con Rusia muchos intereses, aunque también haya divergencias.

El beneficio estratégico de mantener relaciones constructivas supera los beneficios de imponer los propios intereses en cuestiones separadas"

AA baikov, Iv bolgova, IA istomin

"El beneficio estratégico de mantener relaciones constructivas supera los beneficios de imponer los propios intereses en cuestiones separadas", escriben tres académicos rusos en un artículo, que cita la investigadora Kadri Liik, del ECFR, sobre las relaciones entre Rusia y China. "Las dos partes desean obtener beneficios no en cada caso concreto, sino de la relación en su conjunto".

Recelos mutuos en el pasado

Rusia ha sido históricamente el principal agresor de China y de ahí que durante tiempo los dirigentes chinos miraran con recelo al vecino con el que comparten 4.250 kilómetros de frontera.

En siglo XVII Rusia se hizo con tres millones de kilómetros cuadrados de territorio chino. Ya en la época de la URSS promovió escisiones territoriales como la de los mongoles en los años 20. La URSS y la República Popular China firmaron un Tratado de Amistad pero la buena sintonía no duró mucho.

Hubo enfrentamientos localizados en Xinjiang en 1962 y en 1969 tuvo lugar el mayor enfrentamiento armado entre Rusia y China en las cercanías de la isla de Zhebao, del río Ussuri.​ Duró siete meses y cuando se firmó el acuerdo definitiva la isla quedó bajo jurisdicción china. Los soviéticos tuvieron 59 bajas y 71 los chinos. Según los documentos manejados por algunos historiadores, hasta principios de la década de los 70, Rusia consideró atacar a China con armas nucleares.

Esa mutua desconfianza ha hecho que el suministro de armas y tecnología armamentística haya ido avanzado lentamente. Incluso Rusia vendía a rivales de China o Vietnam. China hasta ahora siempre temía que Rusia no la viera lo suficientemente fuerte como para pensárselo dos veces antes de desafiarla.

Ucrania en 2014, punto de inflexión

El punto de inflexión llegó en 2014, cuando Rusia se anexionó Crimea. China no reconoció la anexión, porque supondría violar su principio sacrosanto de no injerencia, pero sí prestó ayuda al Kremlin. Ucrania es vital en la Ruta de la Seda. Cuando fue depuesto Viktor Yanukovich, en 2014, justo regresaba de un viaje a China, país con el que estaba reforzando sus vínculos.

La relación entre Moscú y Pekín atraviesa un momento dulce... Son complementarias. Rusia tiene energía y capacidad de exportar productos agrícolas. Y China, mucha población y es una gran potencia manufacturera"

mario esteban, real instituto elcano

"La relación entre Moscú y Pekín atraviesa un momento dulce. El creciente antagonismo de Rusia y China con Occidente les está acercando. Es una dinámica que comienza a materializarse a raíz de la anexión de Crimea. A China le preocupa su seguridad energética, alimentaria... y de ahí que se haya reforzado el comercio en esos sectores y en el armamentístico", indica Mario Esteban, investigador principal en el Real Instituto Elcano.

"Son potencias complementarias. Rusia tiene energía y capacidad de exportar productos agrícolas gracias a su extensión de territorio. Y China tiene mucha población y poco territorio cultivable. En armamento Rusia controla el know-how. En todo lo demás China es una gran potencia manufacturera y tecnología y le viene bien el mercado ruso para no depender de Occidente", añade Esteban.

Incluso la cooperación militar es cada vez más fluida. Recientemente han realizado ejercicios conjuntos contra la piratería en el Mar Arábigo.

China es el mayor socio comercial de Rusia. Los intercambios comerciales llegaron a los 146.800 millones de dólares el año pasado, un ascenso de más del 35%. El objetivo es llegar a los 200.000 millones en 2024. China ha ofrecido una tabla de salvación a Rusia, sometida a sanciones de EEUU y la UE por la anexión de Crimea y la guerra en el Donbás.

De 2014 data el contrato firmado por Gazprom y China National Petroleum con una duración de 30 años. A través del gasoducto Power of Siberia-1 llegan a China 38.000 millones de metros cúbicos anuales. Para China es vital acceder a las reservas energéticas del Lejano Oriente ruso. Xi y Putin acaban de sumar otra provisión de 10.000 millones de metros cúbicos anuales. Y tienen en mente otro gasoducto, el Power of Siberia-2.

Sería una alternativa para Rusia si el Nord Stream-2, que lleva el gas desde Rusia a Alemania, se retrasa. Estados Unidos presiona al gobierno alemán para que presione a Moscú con el gasoducto en el conflicto abierto ahora sobre la ampliación de la OTAN y Ucrania.

China ha sido el mayor socio comercial de Rusia desde 2010 y también el mayor comprador de sus productos básicos. La interdependencia entre las dos potencias va a aumentar"

xulio ríos, observatorio de política china

Xulio Ríos, director del Observatorio de Política China, explica cómo la crisis sobre Ucrania puede dar alas a las relaciones entre Moscú y Pekín. "China ha sido el mayor socio comercial de Rusia desde 2010 y también es el mayor comprador de sus productos básicos, sobre todo de hidrocarburos y minerales. China exporta productos industriales y alta tecnología. La interdependencia económica entre las dos potencias va a aumentar", afirma Ríos.

Para Rusia es crucial contar con China si las amenazas de sanciones mayúsculas de EEUU y la UE se cumplen. Los dos países también han acordado desarrollar una infraestructura paralela al sistema de pago electrónico Swift para tener una alternativa en caso de que Rusia sea excluida.

Enemigos en común

China reprocha a la OTAN su "mentalidad obsoleta", anclada en la Guerra Fría. También recurre a la misma retórica con Estados Unidos, con quien mantiene un contencioso comercial que se amplía a la seguridad en la región Asia Pacífica. El apoyo de EEUU a las reivindicaciones de Taiwán es considerado una agresión en toda regla por parte de Pekín.

Rusia esgrime que la expansión de la OTAN a Europa Oriental pone en peligro su seguridad, ya que coloca misiles en sus fronteras. Putin quiere retrasar el reloj hasta 1997, antes de la ampliación al Este y los Bálticos.

Argumenta que Ucrania no puede entrar en la Alianza, cuando su ingreso no está en la agenda, ni siquiera con vistas a la próxima cumbre que se celebrará en Madrid a finales de junio. Los dos países han dejado claro en el comunicado de Pekín que rechazan que la OTAN se sitúe en las fronteras de Rusia y que EEUU pretenda ganar aliados en Asia Pacífico.

"En una perspectiva más global lo que más les une son las tensiones con Occidente, sobre todo con Estados Unidos. Siempre con la salvedad de que China no es partidaria de movimientos de fronteras", señala Mario Esteban.

China, con su estrategia de "esperar y ver" cuando hay una crisis en la que no participa directamente, gana en cualquiera de los escenarios. "De haber guerra, eso distraería a Washington de su otra guerra (comercial, tecnológica...) con Pekín; de no haberla, la tensión le habrá servido para reforzar y dar nuevo impulso a la no alianza entre Rusia y China; de adoptarse sanciones contra Moscú, esto realzaría el valor de la solidaridad china con el Kremlin", apunta Xulio Ríos. Rusia ha entendido que si quiere contar en el nuevo orden global ha de cultivar la sintonía con China.

Rusia y China están así por sus enemigos, o rivales, comunes. Y ayuda a que la relación avance la excelente sintonía entre Xi Jinping y Vladimir Putin. Los dos se saben fuertes y comparten una concepción del mundo que nada tiene que ver con el sistema liberal que defienden EEUU y sus aliados europeos. Nadarían juntos sin problema. Y quizá Putin se dejara ganar.