Kupiansk fue una de las localidades del noreste de Ucrania que más fácilmente cayó del lado ruso en los primeros días de invasión. Su alcalde permitió la entrada de los soldados de Moscú en esta localidad de casi 30.000 habitantes, a menos de 100 kilómetros de Járkov. Una actuación por la que la fiscalía general ucraniana ya le ha acusado de traición.

Tampoco su propio pueblo quedó conforme y en las últimas horas se está rebelando contra la presencia rusa en su localidad. Manifestantes con banderas de Ucrania se han reunido en las principales calles de Kupiansk en las últimas horas, avanzando hacia las filas de soldados rusos y forzándolos a retroceder en algunas situaciones. Imágenes similares se están produciendo en muchos lugares de Ucrania, como Berdiansk, en el sur del país.

Una de estas escenas se ha viralizado en redes sociales por su simbolismo. Ciudadanos ucranianos localizan un transporte militar ruso y se abalanzan sobre él, subiéndose al capó, tratando de detenerlo y golpeándolo a puñetazos y patadas. El vehículo va identificado con el distintivo en forma de Z que está utilizando Rusia durante la invasión. Los militares huyen del lugar acelerando y prácticamente atropellando a los manifestantes.

Tras esto, los civiles han logrado izar banderas de Ucrania cerca de los principales edificios y han continuado marchando por la ciudad que su alcalde entregó a las fuerzas invasoras. Sin embargo, Rusia está tratando de controlar la situación y ha comenzado a dispersar a los manifestantes utilizando gas lacrimógeno y reforzando la presencia militar en la calle.