El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha confirmado que el segundo intento de evacuar a los civiles de la asediada ciudad de Mariúpol ha fracasado por la ausencia de un acuerdo "detallado y funcional" entre las partes del conflicto: las fuerzas ucranianas que defienden la ciudad y las milicias de la autoproclamada república de Donetsk, afines a Rusia.

A los dos bandos, el CICR les ha recordado que en modo alguno puede ser "garante de un alto el fuego entre las partes", que en las últimas horas se han responsabilizado mutuamente de su ruptura, y que la organización es "un intermediario humanitario neutral e imparcial".

El CICR ha recomendado a ambos bandos que fijen de una vez en común "una hora específica, los lugares de evacuación, las rutas de salida y otros detalles logísticos".

Asimismo, el CICR ha exigido "garantías satisfactorias" para desplegarse junto a la comitiva de evacuación con seguridad tras asegurar que sus equipos y estaban en la ruta designada de salida esperando a la gente antes de que se reanudaran las hostilidades.

"Nuestros equipos siguen en Mariúpol y permanecen listos para facilitar los intentos de las partes para llegar a un acuerdo detallado", ha añadido la organización.

Todo esto ocurre después de que el Batallón Azov, un grupo paramilitar ucraniano de ultraderecha aliado del Ejército, las milicias de Donetsk habrían incumplido así su compromiso de alto el fuego y por ello las autoridades ucranianas -Ejército y Policía- han instado a la población civil a no abandonar los refugios.

El primer intento de evacuación de ambas ciudades tuvo lugar el sábado y acabó en absoluto fracaso después de que Rusia y Ucrania se acusaron mutuamente de incumplir el alto el fuego temporal en vigor en torno a estas dos localidades, donde viven aproximadamente unas 475.000 personas en condiciones deplorables, según las ONG.

Mariúpol es una ciudad portuaria de carácter estratégico, en la costa del mar de Azov, donde residen unas 450.000 personas. La captura de la localidad permitiría a Rusia conectar a sus fuerzas en el este del país con las destacadas en la península de Crimea.

Por su parte, Volnovaja está situada cerca de la antigua línea de frente de Ucrania con los separatistas respaldados por Rusia, la llamada línea de contacto, a unos 60 kilómetros de Donetsk. Allí viven unas 20.000 personas.

Putin está dispuesto a negociar pero, "solo si Ucrania se rinde y deja de luchar"

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha expresado a su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, su disposición a negociar con las autoridades de Kiev una solución a la guerra en Ucrania desatada por la invasión rusa con toda la ayuda que las autoridades turcas puedan ofrecer a este respecto.

A su vez, Putin ha asegurado que la «operación militar en Ucrania está avanzando según lo previsto» y que solo parará si Ucrania se rinde y deja de luchar. Así, el mandatario le ha dicho a Erdogan que Rusia está dispuesta a negociar con Ucrania, pero que no parará hasta que se satisfagan las peticiones rusas. El presidente ruso, según informa el Kremlin, espera que la mesa de negociación sea fructífera y se «aproxime a la realidad».

Turquía lleva días proponiéndose como mediadora en una posible reunión de alto nivel que tendría lugar la semana que viene, durante el foro diplomático de Anatolia; opción a la que incluso el ministro de Exteriores ucraniano, Dimitro Kuleba, se ha mostrado receptivo.

Erdogan, recoge el diario turco 'Haber', ha pedido a Putin colaboración para "construir juntos el camino a la paz" y reiterado su ayuda para colaborar en cualquier declaración de alto el fuego o apertura de corredores humanitarios.

Putin en la misma conversación, ha querido puntualizar no obstante que la suspensión de lo que Rusia describe oficialmente como la "operación especial" en Ucrania "solo es posible si Kiev cesa las hostilidades".

Si bien Ankara se ha opuesto a las sanciones internacionales destinadas a aislar a Moscú, también ha cerrado los estrechos del Bósforo y los Dardanelos en virtud de la Convención de Montreaux de 1936, que habilita a Turquía para impedir el paso entre el mar Negro y el Mediterráneo a buques de países en guerra.

Turquía, aliado de la OTAN, limita con Ucrania y Rusia en el mar Negro y tiene buenas relaciones con ambos países y ha intentado exhibir una postura equidistante.