Doce días de guerra y tres rondas de negociación después, los civiles siguen muriendo indiscriminadamente en Ucrania. Ya se han encontrado tres veces las delegaciones de rusos y ucranianos en Bielorrusia sin avances sustantivos, tan solo pequeños detalles logísticos. Poco antes se conocieron las inasumibles demandas del líder ruso, Vladimir Putin, que plantea que Ucrania sea neutral, es decir, renuncie por Constitución a integrarse en la OTAN y en la Unión Europea, y reconozca la independencia de Donestk y Lugansk así como la anexión de Crimea por parte de la Federación Rusa.

Ni siquiera han podido llevarse a cabo las evacuaciones de civiles en ciudades sitiadas como Mariúpol, donde hay escasez de alimentos, agua y calefacción. La situación es extrema en esta localidad portuaria donde vive más de 400.000 personas. Rusia anunció a bombo y platillo que iba a permitir los corredores humanitarios, pero luego fuentes ucranianas aclararon que solo permitían la salida hacia Rusia y Bielorrusia. El asesor del jefe de gabinete del presidente ucraniano, Oleksiy Arestovich, ha dicho que era "completamente inmoral" forzar que se fueran a Rusia o Bielorrusia, en lugar de darles libertad para elegir su destino.

Las autoridades ucranianas han denunciado cómo los bombardeos rusos en Kiev, Mariúpol, Sumy, Járkov, Volnovakha y Mykolayiv, han impedido hasta el momento la evacuación de miles de civiles, que sufren carencia de medicinas, alimentos y agua, en palabras del ministro ucraniano de Exteriores, Dmytro Kuleba.

Mientras las delegaciones ucraniana y rusa hablaban en territorio bielorruso, 13 personas caían víctimas de un bombardeo en Makariv, a 40 kilómetros de Kiev. También ha sido objeto de ataques de artillería Mykolaiv, en el sur. La capital de Ucrania sigue siendo el objetivo primordial de la invasión ordenada por el líder ruso, Vladimir Putin, el pasado 24 de febrero, y ha sido especialmente castigada la localidad de Irpin, a 20 kilómetros de Kiev.

Las imágenes de civiles muertos en el suelo cuando pretendían huir el domingo muestran el ensañamiento sufrido por la población ucraniana en estos 12 días de guerra. Putin y los suyos siguen negando que estén bombardeando zonas residenciales y que estén muriendo civiles en estos ataques. Finalmente, unas 2.000 personas pudieron salir de Irpin.

El alcalde de Kiev, Vitaly Klitschko, ha hecho un dramático llamamiento: "Con gran rabia el enemigo está destruyendo Bucha, Hostomel, Vorzel, Irpin. Matan civiles de forma deliberada".  El alcalde de Hostomel, Yuri Prylypko, ha sido víctima de un ataque mientras repartía pan y medicinas.

Al menos 406 civiles, incluidos 27 niños, han muerto desde que comenzó la invasión rusa, según fuentes de Naciones Unidas. Más de 800 han resultado heridos. El número real es probablemente mucho mayor porque hay ciudades como Volnovakha, un pueblo al norte de Mariúpol, donde no hay testigos desde hace días pero los últimos ya hablaban de cadáveres por las calles.

Más de 625 misiles rusos

Según la valoración del Pentágono, Rusia ya está empleando el cien por cien de las fuerzas que había concentrado en torno a Ucrania para la invasión. Es decir, hay 127 grupos táctico nivel batallón en tierras ucranianas. Las fuerzas al servicio del Kremlin han lanzado más de 625 misiles, en su mayoría tierra-aire de corto y medio alcance, y misiles de crucero. Contra pronóstico, los ucranianos tienen todavía la mayoría de sus aviones disponibles y sus defensas aéreas siguen funcionando. La fuerza aérea es el punto débil de los ucranianos. En términos generales, el Pentágono señala que "no han visto muchos progresos" en las últimas horas.

Según informaciones de The Wall Street Journal, Rusia estaría tratando de reclutar combatientes extranjeros, sobre todo sirios, para librar una guerra casa por casa en las ciudades. Sin embargo, fuentes del Pentágono señalan que no tienen confirmación de la presencia de sirios en Ucrania.

De la destrucción huye todo el que puede. Más de 1,7 millones de ucranianos ya han salido del país, según los últimos datos de ACNUR. El país que ha recibido más refugiados es Polonia. La UE ha levantado los límites para recibir a todo aquel que provenga de la guerra en Ucrania. Sin embargo, el Reino Unido sigue poniendo obstáculos a la llegada de refugiados.

Mediación de Turquía y China

A pesar de que los pasos dados hasta ahora han sido infructuosos, habrá un nuevo intento de negociación este jueves en el que participarán los ministros de Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, y el jefe de la diplomacia ucraniana, Dmytro Kuleba, en Antalya. Ejercerá de anfitrión el turco, Mevlut Cavusoglu. Turquía es miembro de la OTAN y a la vez tiene estrechos lazos con Rusia y con Ucrania. El ministro turco de Exteriores ha señalado que espera que este encuentro marque "un punto de inflexión" en la guerra.

El encuentro se acordó después de la conversación telefónica que mantuvo el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, con Putin el domingo. "Abramos juntos la vía de la paz", dijo Erdogan, según el comunicado de Ankara. "Un alto el fuego urgente y general permitirá encontrar una solución política y responder a las inquietudes humanitarias", añadió Erdogan.

China también se muestra dispuesta a jugar "un papel constructivo" para impulsar un acuerdo para poner fin a la guerra en Ucrania. El ministro chino de Exteriores, Wang Yi, ha dicho que está en contacto con los dos países. Ha añadido que "resolver problemas complicados requiere calma y racionalidad, en lugar de azuzar las llamas e intensificar los conflictos", según la agencia china de noticias Xinhua.

Mientras tanto, los líderes occidentales han desplegado una actividad diplomática desenfrenada. Destaca, por ejemplo, el británico Boris Johnson, que se ha visto este lunes con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y con el holandés, Mark Rutte.

Este martes se ve con los dirigentes del grupo V4 (República Checa, Hungría, Polonia y Eslovaquia). Johnson, que habló el domingo con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha asegurado que proporcionará más armamento defensivo a las fuerzas armadas ucranianas.

Reino Unido es uno de los países que el Kremlin ha incluido en la lista de países hostiles, junto con Estados Unidos, toda la Unión Europea, Japón, y Corea del Sur. Ha llamado la atención la inclusión de Taiwán, cuya independencia Rusia no reconoce. Previamente, Putin dijo que las sanciones contra Rusia equivalían a "una declaración de guerra".

Los aliados están preocupados por garantizar la seguridad de su flanco oriental. De esta manera, el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, ha dicho este lunes en Lituania que defenderá "cada pulgada del territorio de la OTAN". Este martes viaja a Letonia el jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, donde visitará la base de Adazi, a 120 kilómetros de la frontera rusa, para visitar junto al primer ministro canadiense y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, a los soldados españoles que forman parte del contingente a cargo de Canadá.