De la finlandización de Ucrania a la Otanización de Finlandia. El líder ruso, Vladimir Putin, está logrando que el mapa de la seguridad europea se configure justo a la inversa de lo que pretendía. La invasión de Ucrania, ordenada por Putin el 24 de febrero, ha fortalecido a la Alianza Atlántica, muchos de cuyos países están brindando ayuda militar al país agredido. Ahora países como Finlandia, neutrales por pragmatismo y con la experiencia de haber sufrido dos guerras con Rusia, quieren blindarse con el artículo 5. Y Suecia, que lleva 200 años en paz, va por el mismo camino. El temor es que Putin actúe a la desesperada y extienda la guerra.

El presidente de Finlandia, Sauli Niinistö, y la primera ministra, Sanna Marin, anunciaron el jueves que Finlandia se dispone a solicitar su ingreso en la OTAN "sin demora" con el fin de fortalecer su defensa. El lunes dará su luz verde el Parlamento. Finlandia, que comparte 1.300 kilómetros de frontera con Rusia, confirma así un giro de 180 grados en su política de seguridad, propiciado por la guerra que se libra en Ucrania por obra y gracia de Rusia.

Atrás quedan décadas de no alineamiento militar con el fin de evitar lo que al Kremlin le parecería una provocación. Dado que Putin actúa sin límites, mejor buscarse la mejor de las garantías: la alianza militar más poderosa del mundo que actúa al unísono en caso de ataque a uno de sus miembros. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha prometido que sería una adhesión rápida, pero habrá una zona gris, un tiempo en el que estarán pendientes de la aprobación de los Parlamentos. Reino Unido ha ofrecido garantías defensivas en ese tránsito.

La novena ampliación de la OTAN desde su fundación en 1949 podría llamarse la ampliación de Putin. Sin el ataque de Rusia a Ucrania jamás habría sucedido"

alexander stubb, ex primer ministro de finlandia

Como escribe Alexander Stubb, ex primer ministro de Finlandia en el Financial Times, "la novena ampliación de la OTAN desde su fundación en 1949 podría llamarse la ampliación de Putin. Sin el ataque de Rusia a Ucrania jamás habría sucedido".

Pero la visión de Rusia, como comprobamos con el discurso del Día de la Victoria, es radicalmente diferente. Es la OTAN la que se expande, primero por Ucrania y ahora por el norte, según Moscú. Pero Ucrania ni era aspirante ni lo ha solicitado. Incluso es la única renuncia que ha admitido el presidente, Volodimir Zelenski. Aún así Putin dijo que Rusia había puesto en marcha "un ataque preventivo", ya que era inminente una agresión de los aliados contra la nación.

El Kremlin olvida que si Finlandia y Suecia quieren unirse a la OTAN es para defenderse de una eventual agresión, como tampoco recuerda que la ampliación al Este fue un ejercicio de libertad y soberanía de países que querían mirar a Occidente, tras años bajo la órbita soviética.

Una línea roja para el Kremlin

Para Moscú este desmarque de Finlandia y el inminente de Suecia es una línea roja. Dmitri Peskov, portavoz del presidente ruso ha asegurado que "la ampliación de la OTAN y la aproximación de la Alianza a nuestras fronteras no hace el mundo ni nuestro continente más seguro ni más estable", a la vez que aclaraba que "todo dependerá de qué infraestructura militar se emplace en nuestras fronteras".

Ha ido más allá el Ministerio de Exteriores en un comunicado al asegurar que Moscú se vería forzado "a adoptar medidas de respuesta técnico-militares con el fin de contrarrestar las amenazas que han surgido para su seguridad nacional". Son los mismos términos que emplearon en las advertencias a Ucrania previas a la invasión. En el comunicado, se insta a Helsinki para que tenga en cuenta las consecuencias de este paso, contrario a los tratados internacionales suscritos entre Finlandia y Rusia, según el Kremlin.

Si aparecen unidades de la OTAN en estos territorios, puede convertirse en un objetivo de ataque"

dmitri polianski, representante adjunto de rusia en la ONU

En Nueva York, quien ha sido más explícito ha sido el representante adjunto ante la ONU, Dmitri Polianski: "Si aparecen unidades de la OTAN en estos territorios [Finlandia y Suecia], pueden convertirse en un objetivo para un ataque". Polianski ha dicho en UnHerd News que Moscú responderá con "medidas espejo" en cuanto se haga efectiva la adhesión a la OTAN.

Rusia ya había advertido a Finlandia y Suecia, que hará pública su decisión este domingo, que desplazaría armas nucleares a su frontera si daban el sí a la OTAN. El ex presidente ruso Dmitry Medveded ha acusado a la OTAN de llevar a cabo una "guerra de proxys" lo que "incrementa la posibilidad de un conflicto directo y abierto entre la OTAN y Rusia". Medveded volvió a referirse al riesgo de guerra nuclear, "lo que sería catastrófico para todos".

Cercanía a la OTAN desde 1995

En realidad, Finlandia y Suecia comenzaron a dejar atrás su neutralidad en 1995 cuando ingresaron en la Unión Europea. Han colaborado con la OTAN a través de la Asociación para la Paz en maniobras militares y de intercambio de inteligencia. Han participado en misiones en los Balcanes, Afganistán e Irak con los aliados.

Finlandia gasta el 2% de su presupuesto en defensa, algo que no han cumplido todos los aliados. Cuenta con una reserva de 900.000 soldados, con capacidad de movilizar hasta 280.000. Su fuerza aérea es de las más modernas de Europa, junto con la artillería. Destaca por sus capacidades en ciberguerra. Así pues, Finlandia no solo se va a beneficiar sino que aporta mucho a la Alianza Atlántica.

"La integración de Finlandia y Suecia fortalecerá la capacidad defensiva de la OTAN pero no amenaza a Rusia. Es una clara señal de que la arquitectura de seguridad europea se adapta a la amenaza", señala Linas Kojala, director del Eastern Europe Studies Centre de Vilna.

Lo más probable es que Rusia recurra a las amenazas híbridas como ciberataques y desinformación. Son medidas que forman parte del guion de Rusia"

linas kojala, director del eastern europe studies centre de vilna

"Lo más probable es que Rusia recurra a amenazas híbridas como ciberataques y desinformación, algo que no es nada nuevo. Son medidas que forman parte del guion de Rusia también sin que se trate de miembros de la OTAN. No creo que haya un riesgo significativo de escalada, sobre todo porque los grandes países de la OTAN han expresado su solidaridad y disposición de ayudar a Finlandia y a Suecia", concluye.

Finlandia ha pasado en apenas unos meses de sentirse cómodo en esa neutralidad pragmática, cercana pero con prudencia a la OTAN, a apoyar claramente el ingreso en la Alianza. Justo después de la invasión, el 1 de marzo, un 53% estaba favor, y en la actualidad llega al 63%.

Es un cambio histórico a velocidad vertiginosa en la manera de entender la geopolítica. A su vez es una prueba clara del miedo que Rusia ejerce en el imaginario del país. La guerra se vive con preocupación en Europa, pero más aún en un país con 1.300 kilómetros de frontera con la potencia eslava.

Rusia infunde ese miedo, y la sociedad de Finlandia y sus políticos no creen que Rusia pueda parar en Ucrania. El gigante ruso no ha hecho sino esgrimir esa amenaza para intentar amedrentar a sus países vecinos de la Unión Europea con el fin de dividirlos o al menos evitar mayores sanciones económicas.

En realidad, la solicitud de ingreso en la OTAN sería un fracaso en la fe en que este conflicto se pueda solucionar en breve. Es una victoria del miedo que sigue agigantándose a la sombra de la amenaza nuclear. De repente, hemos retrocedido a 1939, cuando empezó la Segunda Guerra Mundial y Finlandia vivió la última invasión rusa. Ochenta y tres años no nos han enseñado nada.